Los mercenarios del Grupo Wagner juran vengar la muerte de Prigozhin

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Putin promete investigar el siniestro y Occidente insinúa que es obra suya

26 ago 2023 . Actualizado a las 19:26 h.

El siniestro sin supervivientes del avión en el que iba la cúpula del Grupo Wagner, entre ellos su líder Yevgueni Prigozhin, dos meses después de que se sublevara contra el Kremlin, deja muchas preguntas sin respuesta, aunque el ejército mercenario acusa abiertamente a Vladimir Putin y jura vengar la muerte de su jefe. Mientras, el Kremlin sigue su guion habitual. En su primera reacción, el presidente ruso prometió este jueves una investigación «exhaustiva» y «hasta el final» de las causas que provocaron la caída del avión, aunque dijo que los exámenes técnicos y genéticos requerirán «algún tiempo».

Acto seguido, Putin transmitió su pésame a los familiares de los diez ocupantes del aparato —entre ellos el número dos de Wagner, Dmitri Utkin, y el jefe de logística, Valeri Chekálov, alias Rover— y se alargó en destacar la «notable contribución a la lucha contra el régimen neonazi en Ucrania» de Wagner y en alabar a Prigozhin. «Era un hombre de talento, un empresario capaz», aunque «fue una persona con un destino complicado» que «cometió graves errores durante su vida», añadió.

Ningún Gobierno occidental se atreve a culpar directamente a Putin de estar detrás del asesinato, pero todos lo insinúan, incluido Joe Biden. «No hay mucho que pase en Rusia en lo que Putin no esté detrás», dijo. Un guion que repitieron distintos líderes europeos. «Nada que salga de Rusia es creíble», señaló un portavoz de la Comisión Europea.

A falta de las pruebas de ADN, uno de los comandantes de la compañía paramilitar asegura que ha identificado los cadáveres de Prigozhin y Utkin, según Chka-Ogpu, uno de los muchos canales de Telegram cercanos al grupo Wagner. «El principal signo para reconocer a Prigozhin fue la ausencia de un dedo, mientras que para Utkin, su altura y sus tatuajes», dijo. 

¿Qué provocó el siniestro?

La versión de la inteligencia de EE.UU. sobre qué provocó que la aeronave se precipitara a tierra desde una altura de 8,5 kilómetros es la explosión de una bomba, que estaría escondida en el compartimento del tren de aterrizaje. Los medios afines a Wagner insisten en el impacto de un misil de las defensas antiaéreas rusas.

Ante las insinuaciones de algunos analistas rusos sobre la posible implicación de Kiev en el suceso, el presidente Volodímir Zelenski lo negó este jueves rotundamente y aseguró que Ucrania «no tuvo nada que ver». «Todos entendemos quién está detrás», zanjó ante la prensa junto a su homólogo portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.

Los llamamientos a la venganza de los mercenarios de Wagner se mezclan con los que quieren convertirlo en un mártir. Partidarios y paramilitares depositaron flores y recuerdos en memoria de su comandante y de su segundo en las sedes del grupo en San Petersburgo y Novosibirsk. Pero las imágenes más inquietantes son aquellas en las que encapuchados armados hasta los dientes juran venganza por la muerte de Prigozhin. En sus mensajes, se refieren de forma genérica a los «traidores» que acabaron con la vida de su jefe, pero sin citar a ningún miembro del Kremlin, informa Colpisa. Estos llamamientos no parece que puedan tener mucho futuro, ante las presiones de las fuerzas de seguridad a familiares de los mercenarios para desalentar cualquier intento de respuesta.

Dmitry Utkin, cofundador del grupo paramilitar ruso Wagner.
Dmitry Utkin, cofundador del grupo paramilitar ruso Wagner.

Dmitri Utikin, el lugarteniente neonazi de Prigozhin

M. s.

«Bienvenido al infierno» son las últimas palabras que pronunció el número dos del Grupo Wagner, Dmitri Utkin, en un vídeo publicado por su jefe, Yevgueni Prigozhin, el pasado julio. La muerte de ambos en el avión que se estrelló este miércoles al norte de Moscú deja descabezada una empresa de mercenarios que fue bautizada por el propio Utkin como Wagner, en homenaje al compositor de música preferido del genocida Adolf Hitler.

Nacido en 1970, Utkin estaba obsesionado con el Tercer Reich y se había tatuado una esvástica, un águila nazi y runas de las SS. Hasta el año 2013, fue miembro de las fuerzas especiales del Ejército ruso, con las que luchó en las guerras de Chechenia y Siria, y ascendió hasta teniente coronel. Dos años más tarde, Vladimir Putin condecoró a este neonazi declarado con la Orden del Coraje. En el 2014, Utkin fue uno de los fundadores del grupo Wagner, que se estrenó en la ofensiva sobre Crimea, logrando su anexión a Rusia, y terminó protagonizando el fallido golpe de Estado contra el Kremlin del pasado mes de junio.

Este exmilitar fue sancionado por EE.UU. y la Unión Europea por «graves abusos contra los derechos humanos, que incluyen torturas, ejecuciones y asesinatos extrajudiciales». Ayer, los tatuajes nazis en su cuerpo medio carbonizado sirvieron para confirmar su muerte.