La UE cierra un acuerdo para desbloquear el pacto migratorio en vísperas de la cumbre de Granada

Pablo Medina GRANADA / ENVIADO ESPECIAL

INTERNACIONAL

Un guardacostas llegan al puerto de Lampedusa con migrantes rescatados, mientras son observados por dos barcos con turistas.
Un guardacostas llegan al puerto de Lampedusa con migrantes rescatados, mientras son observados por dos barcos con turistas. YARA NARDI | REUTERS

Los Veintisiete llegan a un consenso para endurecer las leyes de asilo, tras limar las reticencias de Italia y Alemania

05 oct 2023 . Actualizado a las 10:22 h.

La última de las cinco patas del pacto migratorio entre los países miembros de la Unión Europea se desbloqueó este miércoles tras superarse las reticencias de Italia y Alemania, en vísperas de la cumbre de Granada. El borrador del texto, que deberá pasar por un proceso de aprobación interinstitucional, endurece las medidas para conceder asilo y recoge por primera vez el concepto de «instrumentalización» de la inmigración irregular.

Después de que los embajadores permanentes de la UE lograran cerrar el conocido como Reglamento de Crisis (la última pieza del pacto de migración y asilo), será el viernes en Granada cuando los Veintisiete terminen de limar flecos, antes de la aprobación por parte del Consejo Europeo y de la Eurocámara.

El texto recoge aún más restricciones en las solicitudes de asilo y en los tiempos para tramitarlas —más de 18 meses—, lo que provocará que los migrantes permanezcan bloqueados fuera de las fronteras europeas. En cuanto al concepto de «instrumentalización», se especifica que cuando un país —o el conjunto de la UE— sea objeto de un intento de desestabilización, tendrán derecho a frenar el flujo migratorio.

Aunque, por otro lado, el Reglamento de Crisis prevé la posibilidad de acelerar las solicitudes de asilo de personas que huyen de situaciones de peligro extraordinario como una guerra. Ello concedería a los refugiados acceso inmediato a residencia, empleo, educación y otras bonificaciones sociales. Algo similar a lo ocurrido con los refugiados de la invasión rusa de Ucrania. Eso sí, deja al libre arbitro la decisión de si conflictos como el terrorismo yihadista, uno de los grandes motores de la inmigración subsahariana, entraría en ese cupo.

Pulso entre Berlín y Roma

La quinta parte del pacto migratorio ha sido aprobada después de que se resolvieran las peticiones de Italia y Alemania. El Gobierno de Olaf Scholz quería incluir una mayor protección para las familias y menores, y el de Italia, con la exigencia de la primera ministra Giorgia Meloni de medidas más firmes, tras la última crisis de Lampedusa.

Ambos países chocaban por cómo se contemplarían las misiones de rescate en el Mediterráneo. Finalmente, y según refleja el reglamento —que solo se aplicaría en caso de crisis—, los rescates de las oenegés continuarán, pero dejando una especie de «zona gris» operativa que los Estados receptores podrían criminalizar.

La problemática del Mediterráneo se acentuó desde que Túnez se convirtió en la principal ruta migratoria. Y una de las urgencias por aprobar este reglamento es que el acuerdo alcanzado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente tunecino, Kais Said, está al borde del colapso.

Los problemas del Mediterráneo también se pueden extrapolar a las rutas terrestres del este. Amnistía Internacional aseguró en un comunicado que «con este acuerdo se corre el riesgo» de que los migrantes «queden atrapados, detenidos o sumidos en la miseria a lo largo de las fronteras de Europa». Fronteras que en el centro del continente permanecen cerradas.

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La trampa de las fronteras: morir en el desierto, de hipotermia o por disparos

La aprobación del Reglamento de Crisis llega en un momento de especial tensión en los límites de la UE, donde las fronteras del sur, el este y el centro han provocado una situación de estrés en los países soberanos que las mantienen. Y el texto, de hecho, emana de la crisis de la ruta de los Balcanes (2015-2016), que amenazó con romper el espacio Schengen de libre circulación.

Pero los contextos en los que se aplicaría el documento pueden ser peligrosos. Las guerra de Ucrania, el yihadismo en el Sahel y las crisis en Oriente Medio han provocado llegadas masivas de migrantes que en incontables ocasiones no pasan la frontera. Las líneas dibujadas en los mapas que delimitan los países pueden convertirse en una trampa mortal.

En el 2021, Bielorrusia recibió sanciones por aplacar movimientos prodemocráticos. El presidente Lukashenko reaccionó enviando a Polonia y Lituania olas de migrantes que llegaban en vuelos procedentes de Estambul a las fronteras de ambos países. En el lado polaco se desplegaron 12.000 soldados para contener a varios cientos de migrantes. Cuatro de ellos nunca cruzaron porque murieron de hipotermia.

La frontera con México y EE.UU. se proclamó este año como la más mortal del mundo. En el 2022 murieron 700 personas al intentar cruzarla.

Crímenes en Oriente

Este mes de agosto, al menos 27 personas murieron en el desierto situado entre Túnez y Libia. Eran de origen subsahariano y fueron expulsados del país, tras lo que el calor y la sed les arrebató la vida. Y no era la primera ocasión en la que esto pasaba. Human Rights Watch (HRW) contabilizó 1.200 expulsiones en la zona solo en el mes de julio. Haitham Yahiya, de Sudán, dijo a Africanews tras ser rescatado en el desierto: «Estaba en el trabajo cuando me cogieron y me trajeron aquí en un camión de las fuerzas de seguridad. Luego me dejaron y me dijeron que me fuera a Libia». Él sobrevivió. Otros, no.

El mismo mes, Arabia Saudí fue acusada de haber matado a tiros o con explosivos a al menos 655 personas procedentes de Etiopía que huían de la guerra, según HRW.