Gisella Garzón, del Movimiento Revolución Ciudadana: «Hace falta un presidente con la firmeza como la de Rafael Correa para poner orden en Ecuador»

INTERNACIONAL

Este domingo se celebra la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia del país, entre la izquierda correísta de Luisa González y el partido de centroderecha de Daniel Noboa
13 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Ecuador celebra este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. En las urnas se enfrentan la izquierda correísta, representada por Luisa González, y el centroderechista Daniel Noboa, de Movimiento Ecuatoriano Unido, con ventaja en los sondeos, aunque menguada en los últimos días.
«Es una posibilidad de recuperar la patria y de alcanzar la paz», asegura Gisella Garzón, una joven política, de apenas 31 años, y trasfondo feminista, que logró en agosto la reelección para ocupar un puesto en la Asamblea Nacional por el partido Movimiento Revolución Ciudadana, después de que el presidente, el conservador Guillermo Lasso, llamase a elecciones, evitando un juicio político por supuesta corrupción.
La parlamentaria electa recibe a La Voz de Galicia en una barriada del sur de Quito. Ella es correísta y las urnas serán un nuevo examen sobre la salud de su movimiento político, liderado por el expresidente Rafael Correa, quien dirigió el país del 2007 al 2017.
El líder izquierdista reside en Bélgica desde que dejó el poder, y no ha vuelto tras ser condenado a ocho años de prisión por instigación a cohecho pasivo en el marco del caso Sobornos, un proceso que el exmandatario considera una persecución política. «Los procesos judiciales en contra de Correa no tienen fundamento legal. Está condenado por influjo psíquico. Eso lo dice la sentencia», considera Garzón.
La figura del líder izquierdista sigue siendo clave en el país. Apenas hay conversación política donde no se mencione su nombre. Los ecuatorianos lo adoran o lo detestan. Quienes lo apoyan recuerdan que sacó a dos millones de personas de la pobreza y en su Gobierno hubo avances clave en sectores como salud y educación. Quienes rechazan a Correa critican, en cambio, el control del aparato estatal, considerándolo un presidente autoritario.
«Él siempre está presente. Es la propia oposición la que se ha encargado de mantener presente su figura», asevera Garzón. No cree que Correa sea un mandatario autoritario. «Más bien hace falta firmeza para poner orden en el Estado. Aquí se pensaba que porque el presidente Correa era firme en sus decisiones, las tomaba y no daba pasos para atrás, era una muestra de autoritarismo. En este momento, al existir una nueva corrupción en el Estado, un presidente firme es lo indispensable», considera Garzón, recordando el estallido criminal en Ecuador, un país que cerrará el 2023 como el año más violento de su historia debido al conflicto entre bandas adscritas al narcotráfico.
A Correa lo rechaza la derecha en bloque, pero también parte del progresismo, lo que explica que a González se le esté complicando la segunda vuelta tras ganar la primera. Otro de los aspectos más criticados del expresidente es su vehemencia con el adversario político. «Hay que incomodar a ciertos sectores para que las minorías vivan dignamente otra vez, y eso puede ser interpretado como autoritarismo, pero a mí me gusta llamarlo como una firmeza necesaria en un momento crítico», asegura Garzón, optimista de cara a la cita del domingo.