Un escándalo de espionaje del kirchnerismo sacude la campaña en Argentina

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Varios policías argentinos, en una imagen de archivo.
Varios policías argentinos, en una imagen de archivo. AGUSTIN MARCARIAN | REUTERS

Fabián «Conu» Rodríguez, directivo de la Administración Federal de Ingresos Públicos, es el principal detenido

09 nov 2023 . Actualizado a las 22:24 h.

La detención de Fabián Conu Rodríguez, el lunes pasado, miembro de la organización kirchnerista La Cámpora y directivo de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), destapó una trama de espionaje ilegal en plena campaña electoral argentina. La lista de personalidades espiadas es larga. Incluye al actual presidente Alberto Fernández, la excandidata Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y a los que se disputan la presidencia en la segunda vuelta del 19 de noviembre: el oficialista Sergio Massa (Unión por la Patria) y el opositor Javier Milei (La Libertad Avanza).

Este nuevo escándalo, en el que se registró la casa y la oficina de Rodríguez, se suma al que en junio pasado tuvo como protagonista al expolicía federal Ariel Zanchetta. El exagente, que decía ser periodista, escribía en sitios web y entregaba información sobre personalidades públicas a Fabián Conu Rodríguez.

Rodríguez es uno de los referentes de comunicación de La Cámpora. Quedó involucrado en el expediente ya que, de la investigación que se lleva adelante sobre Zanchetta, surgió que hubo intercambio de dinero público entre el funcionario y el policía a cambio de tareas de supuesto espionaje.

Pero lo que más compromete a Rodríguez es un encargo que le hizo a Zanchetta para que filtrase información sobre la actual Ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz: cuentas, deudas, declaraciones juradas y hasta imágenes satelitales de su vivienda. Zanchetta también tenía como clientes a la Municipalidad de San Isidro, a cargo de Gustavo Posse, precandidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. Este municipio le cedió fondos oficiales entre mayo y octubre del 2023.

Lo que el expediente judicial viene a demostrar es que existe todo un mundo de (pseudo) periodistas (de poca monta) que espían personalidades públicas y arman carpetas —a veces por encargo y a veces por iniciativa propia—, que luego venden al mejor postor, y esto muchas veces incluye a los mismos investigados. Operaciones que, por lo demás, se multiplican por cientos en una época electoral como esta.