Biden critica abiertamente a Netanyahu y tacha de «error» su estrategia en Gaza

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un hombre palestino llora mientras sostiene el cuerpo de un niño muerto, en Gaza.
Un hombre palestino llora mientras sostiene el cuerpo de un niño muerto, en Gaza. RAMADAN ABED | REUTERS

Los combates continúan en el corredor de Netzarim, que divide la Franja en dos

10 abr 2024 . Actualizado a las 21:38 h.

Desde el principio de la guerra en Gaza, hace ya más de seis meses, Estados Unidos apoyó a Israel casi incondicionalmente. Entre críticas y condenas internacionales, la Administración Biden bloqueó tres resoluciones a favor de un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, envió armamento —en secreto— y criminalizó hasta la saciedad las acciones de Hamás. Pero esa tendencia, cada vez más apagada en los últimos meses, dio el martes por la noche un vuelco repentino. «Creo que lo que está haciendo [Benjamin] Netanyahu es un error. No estoy de acuerdo con su enfoque», dijo Joe Biden durante una entrevista en la cadena Univision.

El presidente de EE.UU. insinuó que Netanyahu antepone su propia supervivencia política a los intereses nacionales. También calificó de «indignante» que Tel Aviv matase a siete trabajadores de la organización benéfica World Central Kitchen la semana pasada. «Lo que estoy pidiendo es que los israelíes simplemente accedan a un alto el fuego, que permitan durante las próximas seis u ocho semanas un acceso total a todos los alimentos y medicinas que entran en el país». El resto de naciones, dijo, están listas para ayudar. No hay excusas.

Mientras algunos medios vaticinaban una rectificación de Biden, Donald Trump declaró desde Atlanta que su rival «no tiene ni idea de dónde está ni a quién apoya». Señaló que es una persona «con poca capacidad intelectual», que ha perdido el control y que ha abandonado «totalmente» a Israel. «Cualquier judío que vote al Partido Demócrata o vote a Biden debería hacerse examinar la cabeza», sostuvo el magnate.

Sin avances palpables

Aunque la presión internacional para llegar a una tregua es cada vez mayor, todavía no hay avances palpables en las conversaciones entre Hamás y el Estado judío. Además, una gran parte de altos cargos estadounidenses sigue defendiendo la guerra y enviando armas a Israel, incluso cuando los palestinos muertos desde el 7 de octubre se acercan a los 33.500.

Las tropas se han retirado del sur de la Franja, pero los combates continúan en el corredor Netzarim, que la divide en dos. El miércoles, el Ejército informó de que la brigada Nahal está llevando a cabo «operaciones selectivas» en la zona contra refugios de Hamás. Ningún gazatí regresará al norte sin el control de Tel Aviv. Según el comunicado, decenas de milicianos yihadistas fueron abatidos en Netzarim durante los últimos días, en «emboscadas proactivas» con las que también se destruyeron puestos de lanzamiento de misiles antitanque y la boca de un túnel de Hamás.

Pero los ministros ultranacionalistas israelíes, entre ellos el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, no están contentos. Presionan a Netanyahu para que siga la ofensiva y ataque Rafah, y amenazan con romper la coalición de Gobierno en caso contrario.

La relatora de la ONU para los territorios palestinos, Francesca Albanese, aseguró el miércoles que la «intención genocida» de Israel contra el pueblo palestino «es tan ostentosa que no se puede apartar la mirada, hay que castigarla» y debe ser objeto de investigación por la Corte Internacional de Justicia.

Sin embargo, un día antes, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, volvió a rechazar categóricamente que las acciones de Israel en Gaza sean genocidas. «No hay ninguna evidencia», dijo, mientras la hambruna en el enclave palestino se sigue extendiendo, niños siguen muriendo de inanición y las autoridades israelíes siguen bloqueando la entrada de ayuda humanitaria.

El difícil camino para reconocer a Palestina: casi 140 países, pero mucho por hacer

El 15 de noviembre de 1988, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) proclamó el establecimiento del Estado palestino en Argel, durante una sesión extraordinaria del Consejo Nacional del país en el exilio. A finales de ese año, más de 80 naciones habían reconocido la independencia de Palestina. Pero Israel no daba su brazo a torcer.

Cinco años después, en 1993, la OLP firmó con Israel los llamados Acuerdos de Oslo, en virtud de los cuales se estableció la Autoridad Nacional Palestina (ANP), una suerte de administración interina de autogobierno para los territorios palestinos. Tel Aviv seguía, aun así, manteniendo el control militar sobre ellos.

La situación continuó sin grandes cambios y entre conflictos intermitentes hasta la actualidad, cuando 139 de los casi 200 países que forman la ONU ya reconocen el Estado palestino, según la Misión Permanente de Observación de Palestina.

La mayoría están en África, Asia y América del Sur. De momento, en Europa solo nueve países reconocen dicho Estado: Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Hungría, Malta, Polonia, República Checa y Rumanía. Todos ellos desde 1988 y la inmensa mayoría por su antigua pertenencia a la Unión Soviética. A ellos se sumó Suecia en el 2014. El embajador israelí no ha pisado Estocolmo desde entonces.