Rishi Sunak no levanta cabeza

Íñigo Gurruchaga LONDRES / COLPISA

INTERNACIONAL

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

La aparición del populista líder del «brexit», Nigel Farage, en la campaña dificulta la ya compleja estrategia electoral del conservador primer ministro.

09 jun 2024 . Actualizado a las 14:09 h.

La semana de Rishi Sunak ha sido una tragicomedia. El presidente de su Partido Conservador, Richard Holden, ha huido del nordeste de Inglaterra, donde tenía su escaño, y ha sido 'enchufado' como candidato en una circunscripción segura del sudeste en la que el diputado 'tory' se ha retirado. Los miembros locales del partido están indignados porque les impongan a un 'paracaidista'.

La gente de la región de Essex, en donde ha aterrizado el extraño, es muy orgullosa de su comarca. También lo son los habitantes del norte de Inglaterra, que han visto a otros cuatro diputados conservadores huir a puntos lejanos del sur porque están convencidos de que esta vez no mantendrán los escaños que ganaron en el 2019, en lo que fue la gran conquista brexiter de un territorio políticamente rojo.

Más fugas. Mientras diputados de su cuerda huían del norte inglés, Rishi Sunak se marchó sigilosamente de los campos de la libertad y la muerte en Normandía, en los que se conmemoraba el desembarco del Día D, el 6 de junio de 1944. Evitó la cumbre de líderes de los países aliados —Biden, Trudeau, Macron, Scholz— porque había quedado en Londres para hacer una entrevista que se emitirá el próximo miércoles. Ha tenido que pedir disculpas por ello. Algo que no hizo el miércoles pasado. Entonces envió a su ministra Clair Coutinho para que negase tajantemente que él hubiese mentido en el primer debate televisado, cuando repitió una y otra vez que un análisis de los funcionarios del Ministerio de Hacienda señalaba que los laboristas aumentarán los impuestos en una media de 2.350 libras por familia.

Rechazo en las encuestas

Su protegida, Coutinho, afirmaba en radios y televisiones que los empleados del Servicio Civil habían calculado esa cifra justo en el momento en el que se publicó una carta del más alto secretario del Tesoro confirmando que había pedido a miembros del Gobierno que no atribuyeran esos cálculos a los funcionarios. Pero eso no es lo más grave que le ha sucedido esta semana. Lo peor para el primer ministro es que Nigel Farage haya decidido presentarse a las elecciones. Según la firma de encuestas YouGov, Farage es más popular que el laborista Keir Starmer. Mientras que el líder del brexit es el que tiene más apoyo, un 38%, y provoca el rechazo del 42% de los encuestados, Sunak solo causa buena impresión a un 20% y el disgusto del 55%.

En la noche del viernes, la BBC organizó un debate entre siete representantes de los partidos que tienen más escaños o más intenciones de voto en los sondeos. Contestaban a preguntas de la audiencia. Las primeras fueron sobre la capacidad de las Fuerzas Armadas y la marcha de Sunak de las ceremonias del aniversario del Día D. La ministra conservadora Penny Mordaunt reconoció que fue algo «totalmente equivocado».

La respuesta de Farage fue extraordinaria. Según él, el ejército está peor dotado que con el último gobierno laborista. Además, la marcha de Sunak de los actos en Normandía mostraría que «no comparte los instintos del pueblo británico, del que está desconectado». Aunque el primer ministro nació en Inglaterra en una familia de inmigrantes indios y se ha educado en la cultura británica, para Farage es «muy antipatriótico».

Inmigración

La del viernes fue la primera comparecencia del líder del Reform UK en los debates televisados de la campaña. Encuestas de los últimos días dan al partido de Farage un 17% de intención de voto, frente al 19% de los conservadores. La gran mayoría lograda por los conservadores liderados por Boris Johnson en el 2019 se debió en parte a que Farage, entonces al frente del Partido del Brexit, no presentó candidatos en circunscripciones conservadoras. Esta vez tiene más votantes potenciales y ataca a los 'tories' por haber aceptado 4,3 millones de inmigrantes durante sus 14 años de mandatos, más que los 2,7 millones de la era laborista.

En su discurso final, el líder del brexit invitó a los británicos a unirse a un «fenómeno político» que ocurrirá, según él, en las próximas semanas; a una «revuelta» contra un sistema sostenido por dos partidos parecidos —conservadores y laboristas— «que no cambiarán nada». Sunak tiene una compleja campaña electoral en la que debe batallar desde una posición débil contra un Partido Laborista que le aventaja en 20 puntos y contra la demagogia nacionalista de un Farage que quiere destruirlo.