Condena millonaria a la multinacional bananera Chiquita Brands por financiar el paramilitarismo en Colombia

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un agente de la policía militar colombiana, en una imagen de archivo.
Un agente de la policía militar colombiana, en una imagen de archivo. Europa Press / Contacto / Sebastian | EUROPAPRESS

La distribuidora de plátanos, una de las mayores del globo, había reconocido el desembolso de 1,7 millones de dólares entre 1997 y el 2004

11 jun 2024 . Actualizado a las 22:26 h.

Hito judicial en el marco del conflicto armado colombiano. El Tribunal del Distrito sur de Florida, en EE.UU., halló culpable a la multinacional bananera estadounidense Chiquita Brands por haber financiado al paramilitarismo en Colombia con dinero que fue utilizado, según el fallo, para cometer crímenes de guerra. Especialmente en una región, Urabá, donde se produjeron decenas de masacres con centenares de víctimas mientras se producían esos pagos. La compañía está obligada ahora a desembolsar 38,3 millones de dólares a ocho víctimas de los paramilitares.

Chiquita, antes conocida como United Fruit, una de las mayores distribuidoras de plátanos del globo, con una controvertida historia, había admitido previamente haber desembolsado una suma de 1,7 millones de dólares a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entre 1997 y el 2004. Su equipo de abogados había argumentado que los pagos habían sido bajo presión, y para proteger a sus trabajadores de los paramilitares, versión que el Tribunal estadounidense no consideró como probada. Varios exlíderes paramilitares y extrabajadores de Chiquita refutaron el relato de la empresa.

La Masacre de las Bananeras

United Fruit, fundada en 1899, fue relacionada durante décadas en el siglo XX con maquinaciones por el poder y abusos a sus trabajadores, marcando la historia de los países latinoamericanos donde operaba. Gabriel García Márquez relató en 100 años de soledad la Masacre de las Bananeras, recreación de un suceso de 1928, cuando la empresa estuvo involucrada en la matanza de sus trabajadores a manos del Ejército durante una huelga. Después de caer en bancarrota, en los setenta, se reorganizó como Chiquita Brands.

«Un siglo de crímenes perpetrados en Colombia por la multinacional del banano y sus filiales», criticó el martes el senador izquierdista Iván Cepeda. «A esa empresa se le debía prohibir continuar haciendo negocios en el país», añadió. En Colombia hay abiertas varias causas contra Chiquita por la financiación al paramilitarismo, pero no se ha dado condena alguna. «¿Por qué no pudo la justicia colombiana?», se preguntó el presidente colombiano, Gustavo Petro.