Seis meses de Milei: protestas, crisis diplomática y mucha motosierra

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Enrique García Medina | EFE

Las medidas del presidente tienen un fuerte impacto en el poder adquisitivo de la población y han provocado una mayor recesión, deuda e inflación

10 jun 2024 . Actualizado a las 22:26 h.

A seis meses de su investidura como presidente de Argentina, Javier Milei puede jactarse de mantener una imagen positiva a pesar de haber aplicado el ajuste más feroz de la historia. El plan motosierra, que tiene un fuerte impacto en el poder adquisitivo de la población, han provocado una mayor recesión, deuda e inflación. Mientras tanto, las crisis en el oficialismo se multiplican, la protesta social va en aumento, y las relaciones diplomáticas con sus principales socios comerciales y regionales no dejan de resentirse.

Si bien las encuestas todavía muestran un amplio apoyo de la población al plan de Milei, también hablan de que una buena parte de ese 56 % que le dio la victoria el pasado 10 de diciembre, comienza a impacientarse. Aun cuando el Gobierno celebra el superávit fiscal, es difícil no preguntarse cómo podrá repuntar un país donde la actividad económica, la producción industrial y las ventas de consumo masivo muestran caídas significativas. La actividad acumula una caída del 5,3 % en el primer trimestre —una cifra que no se alcanzaba desde la pandemia— y la producción industrial manufacturera cayó un 14,8 % en ese mismo período. 

La Administración subraya la baja en los índices inflacionarios de estos últimos meses, pero desde que Milei asumió la presidencia el índice general de precios acumula un incremento del 107 %. Y todavía se espera el impacto que puedan tener en los bolsillos de los argentinos los anunciados aumentos de tarifas en junio de la electricidad, gas, agua, combustibles, transporte y peajes. Un panorama que probablemente no colabore para disminuir las constantes protestas callejeras y las huelgas que enfrenta el oficialismo casi desde que se constituyó como Gobierno.

Milei anunció en campaña que llevaría adelante el ajuste más importante de la historia, y está cumpliendo, pero también prometió que ese ajuste lo pagaría la casta —los sectores privilegiados—, y es ahí donde aparece uno de los principales cuestionamientos a su gestión. Por ahora el ajuste recayó, fundamentalmente, en los sectores más vulnerables. En un país con un índice de pobreza del 55 %, el recorte de más de un 38 % en las pensiones, de un 27 % en las nóminas de los empleados públicos y por encima del 60 % en las ayudas —así como el despido de 50.000 funcionarios más— no hacen sino aumentar la preocupación y los reclamos. 

Crisis interna

El otro frente de conflicto es la crisis interna que ya le costó el puesto a Nicolás Posse, su jefe de gabinete, y que podría llevarse por delante a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, envuelta en un escándalo por el bloqueo de alimentos para los sectores más pobres. 

El hecho de que en estos seis meses Milei no haya logrado hacer pie en el Parlamento, ni aprobar su ley ómnibus, tampoco es una buena señal. El Congreso no solo no le sancionó ninguna ley, sino que el Senado rechazó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) con el que inauguró su Gobierno. Además, los diputados han votado una subida de las pensiones que va contra su plan económico.

Con quienes tampoco parece tener intenciones de construir una buena relación es con varios presidentes regionales (Brasil, Chile o Colombia), a los que constantemente insulta. Una lista a la que en las últimas semanas añadió al presidente Pedro Sánchez, mientras continúa enfocado en alimentar las relaciones con países como EE.UU. o Israel, que le permiten seguir en campaña para erigirse como líder global de la ultraderecha.