El Ejército desafía a Netanyahu y niega que se pueda acabar con Hamás

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un niño entre una montaña de basura en la zona costera de Deir al Balah, Gaza.
Un niño entre una montaña de basura en la zona costera de Deir al Balah, Gaza. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

La oficina del primer ministro se opone a finalizar las operaciones en Gaza

20 jun 2024 . Actualizado a las 22:22 h.

Israel vive otro capítulo del órdago político y social contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu. Esta vez, es el Ejército el que se une al descontento. Su portavoz, Daniel Hagari, afirmó ayer que destruir a Hamás, el casus belli de la guerra contra el grupo islamista, es una tarea «imposible». Unas declaraciones que vuelven a poner en duda el liderazgo del líder del partido Likud y que deja medio cerrada la puerta a una escalada bélica contra Hezbolá.

«Este asunto de destruir a Hamás, hacer que desaparezca, es simplemente arrojar arena a los ojos del público», dijo Hagari en una entrevista con el Canal 13 israelí, en la que añadió que el Movimiento de Resistencia Islámica «es una idea, un partido». «Está arraigado en los corazones de la gente; quien piense que podemos eliminar a Hamás está equivocado», añadió. Una afirmación que pone en entredicho los objetivos militares de Netanyahu, que aboga por la «destrucción» política y militar del movimiento palestino.

La oficina del primer ministro salió a contradecir al portavoz castrense y aclarar que Hagari se refería a la imposibilidad de una «derrota ideológica», no tanto militar, que sí es posible, y aclaró que tanto el Gobierno como las Fuerzas Armadas están «comprometidos a lograr los objetivos de la guerra».

Desafíos en varios frentes

Con las contradicciones estatales, los ánimos de la sociedad israelí no mejoran, menos aún en un momento en el que se ha dejado de dar prioridad a los cincuenta rehenes que siguen vivos en Gaza y tampoco se presta atención a los suicidios de soldados israelíes que han combatido en la Franja. Por ello, una ola de manifestantes cortó varias carreteras en Jerusalén y Cesarea, donde Netanyahu tiene sus dos residencias, como preludio de las multitudinarias manifestaciones de la noche, programadas a lo largo de toda la semana.

Mientras, en Gaza no cesan los bombardeos. Varios ataques en las zonas de Nuseirat, Deir al Balah y Zeitun dejaron al menos 35 muertos, lo que eleva las cifras de asesinados a 37.431 y la de heridos a 85.653, según el último balance del Ministerio de Salud del enclave palestino, controlado por Hamás.

Hezbolá responde al asesinato de un oficial con cien misiles

Los ojos del Ejército israelí también están posados en su frontera norte. En el frente libanés, Hezbolá respondió al asesinato del comandante Ibrahim Hamza Hamada con el lanzamiento de un centenar de misiles Katiusha, según la propia milicia chií. El enfrentamiento se produjo un día después de que el líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, amenazara con atacar Chipre si presta su infraestructura al Ejército de Israel en caso de una invasión al sur del país árabe, similar a la acontecida en el 2006.

Ante esta amenaza, Bruselas respondió al líder del conocido como Partido de Dios que «Chipre es Unión Europea y la Unión Europea es Chipre. Una amenaza contra un Estado miembro lo es contra la UE», en palabras del portavoz comunitario de Exteriores, Peter Stano, que recordó en una rueda de prensa el artículo 42.7 del Tratado de la UE, que indica que si un Estado miembro es «víctima de una agresión en su territorio», los demás «le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance». Israel aprobó recientemente un plan de ofensiva contra el sur libanés pese al intento de apaciguamiento de Amos Hochstein, mediador de la Casa Blanca.