Quema su mansión en Reino Unido para evitar que su mujer se quede con ella tras el divorcio

Un caso de violencia machista en Reino Unido a punto ha estado de acabar en desgracia. El pasado 25 de junio, Francis McGuirk, adinerado golfista de 50 años y copropietario junto a su mujer de una lujosa vivienda con vistas al mar en la localidad de Sandwich en el condado de Kent sufrió un ataque de ira. Tras una traumática separación de su esposa al romperse su matrimonio decidía quemar la vivienda que hasta entonces había compartido. Antes, según una noticia de la que se ha echo eco el Daily Mail, ya había advertido de sus intenciones a su expareja, diciéndole a través de aplicaciones de mensajería que «quemaría la casa hasta los cimientos» mientras estaba dentro.

Afortunadamente no cumplió del todo su amenaza, ya que accedió a la vivienda sabiendo que estaba vacía, cuando la que fue su esposa, Sarah, había salido a cenar. Tampoco estaba ninguna de las tres hijas del ya extinto matrimonio. Según el Tribunal de la Corona de Canterbury, encargado del caso, el hombre cerró las puertas dejando las llaves puestas por dentro e hizo un primer intento para incendiar la casa con aceite de cocina. Al no conseguirlo se fue al salón y ahí sí consiguió prender los cojines de un sofá con pastillas de encendido para la barbacoa. Causó graves daños en la propiedad, quedando todas las habitaciones cubiertas de una capa de hollín. Además, se provocó heridas a sí mismo en lo que el tribunal calificó como «intento de suicidio».

Un transeúnte dio la voz de la alarma al ver la extensa humareda y los vecinos contactaron con el servicio de emergencias. Cuando los bomberos se personaron en el lugar para sofocar las llamas Francis admitió haber provocado el incendio con el único objetivo de fastidiar a su exmujer: «No quería que esa perra lo tuviera todo». 

A McGuirk se le impuso por estos hechos una pena de prisión de 20 meses, suspendida por los problemas mentales que el tribunal considera que puede estar sufriendo. Además, se le ordenó pagar las costas del proceso, unos 14.000 euros. También deberá completar 200 horas de trabajo no remunerado en la comunidad, asistir a 30 sesiones de actividades de rehabilitación y participar en un seguimiento de abstinencia de alcohol durante 120 días. Durante cinco años tendrá en vigor una orden de alejamiento de su expareja, no pudiendo comunicarse con ella a través de ningún medio.

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