Harris y Trump se lanzan a convencer a los votantes de los estados bisagra

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Brendan McDermid | REUTERS

El magnate se burla de Biden al llegar a un mitin en un camión de la basura

31 oct 2024 . Actualizado a las 22:07 h.

A cuatro días de unas elecciones presidenciales estadounidenses que prometen resolverse por la mínima diferencia, Kamala Harris y Donald Trump se han embarcado en una gira contrarreloj en los estados bisagra. Si el miércoles los dos candidatos coincidieron en Wisconsin, este jueves lo hacían en Nevada. El candidato republicano con un mitin en la localidad de Henderson, y la demócrata con un acto electoral en Las Vegas, acompañada por el grupo mexicano Maná y por la actriz Jennifer López. Un esfuerzo dirigido a deshacer el empate que las encuestas predicen en los estados más disputados.

Cuando muchos estados ya llevan semanas recibiendo las primeras papeletas —más de 3,2 millones de personas han votado ya de forma anticipada en Georgia, lo que representa una participación electoral sin precedentes—, el posible resultado elude cualquier predicción.

Según el análisis del portal Fivethirtyeight, el margen de error en la media de encuestas podría resolverse con una victoria de cualquiera de los dos aspirantes y, lo que es todavía más relevante, el ganador podría obtener un triunfo más abultado del que señalan los sondeos a día de hoy.

Una realidad que obliga a los candidatos a seguir empujando hasta el último minuto en siete estados que podrían decantarse por cualquiera de los dos: Georgia, Carolina del Norte, Wisconsin, Míchigan, Pensilvania, Nevada y Arizona.

Prueba de ello es el ajustado calendario que afrontan los candidatos y la abultada inversión publicitaria de las campañas en los siete territorios. Este jueves, Trump, además de Nevada, tenía programado otro mitin en Nuevo México. Su rival demócrata, además de coincidir con el magnate en Nevada, también tenía previsto dirigirse a los votantes en Fénix, Arizona.

Trump no desaprovechó la ocasión para sacar partido del desliz del presidente Joe Biden al sugerir que los simpatizantes del magnate neoyorquino eran «basura». Así se presentó el miércoles (madrugada de este jueves en España) en un mitin en Green Bay (Wisconsin) a bordo de un camión de la limpieza decorado con su nombre y el lema de campaña, Make America Great Again. «¿Les gusta mi camión de basura? Es en honor a Kamala Harris y Joe Biden», exclamó el candidato desde el asiento de copiloto. Ya sobre el escenario, y sin quitarse el chaleco naranja reflectante propio de los empleados del servicio de recogida de residuos, Trump señaló que la metedura de pata de Biden refleja «lo que él [Biden] y Kamala piensan realmente». 

Mensaje ofensivo a las mujeres

Tampoco la candidata demócrata desperdició la ocasión para cargar contra el expresidente por haber declarado que protegerá a las mujeres «les guste o no» durante un mitin el miércoles en el estado clave de Pensilvania. Un comentario que para Harris es «muy ofensivo para las mujeres en términos de no entender su propia agencia, su autoridad, sus derechos y su habilidad para tomar decisiones sobre sus propias vidas».

Kamala Harris se centró la noche local del miércoles en atraer el voto de los jóvenes en una visita a la Universidad de Wisconsin, en la ciudad de Madison. Con ese objetivo resaltó su lucha para proteger el planeta, el control de las armas o los derechos reproductivos.

La economía de EE.UU. da síntomas de buena salud, pero a los votantes no les convence 

G. Azábal

Las buenas cifras de la economía estadounidense tanto en el crecimiento del PIB como en materia de empleo, unidas a una bajada de la inflación, podrían haber supuesto un espaldarazo al Gobierno demócrata y a su candidata Kamala Harris, pero no está claro que vayan a pesar en la elección presidencial.

La crisis del covid-19, que marcó los últimos meses de mandato de Trump y los primeros de Biden, llevó a EE.UU. a un caos económico —la tasa de paro más alta desde la Gran Depresión y la caída del PIB más notable en su historia reciente— del que ha salido progresivamente hasta evidenciar una gran solidez. Esto es lo que dicen los principales indicadores de la situación actual de la economía: de julio a septiembre se registró un firme ritmo de crecimiento, el 2,8 %, y la creación de empleo alcanzó su nivel más alto en más de un año: 233.000 puestos de trabajo.

Los salarios medios semanales han crecido y en septiembre, si se ajustaban a la inflación, eran de 368 dólares, frente a los 390 dólares que se embolsaban los estadounidenses bajo el mandato de Trump previo al covid-19. A eso hay que añadir la decisión de la Reserva Federal de una bajada de los tipos de interés de medio punto, la primera tras un ciclo de once subidas desde marzo del 2022, cuando la inflación estaba desbocada por la pandemia y la guerra de Ucrania. 

La inflación

No obstante, el ritmo al que llegaron a subir los precios, con una inflación máxima del 9,1 % en junio del 2022, ha contribuido a que los estadounidenses tengan la economía como su mayor prioridad de cara a los comicios presidenciales y continúen preocupados por los costes de los alimentos y la vivienda.

De acuerdo a una encuesta de CBS News de principios de octubre, seis de cada diez estadounidenses consideran que «la economía va bastante mal» o «muy mal», mientras que otro estudio de la firma Gallup en el mismo período revela que el 52 % cree que «sus familias están peor económicamente que hace cuatro años».

Así, la percepción de los votantes difiere de los buenos augurios de la economía estadounidense y, según las encuestas, priorizan a Donald Trump por sus planes económicos frente a la opción de Kamala Harris.

La mayoría de sondeos, incluido uno publicado por The New York Times/Siena College días atrás, refleja que el expresidente sigue siendo el candidato preferido en cuanto a gestión económica, pero que la alternativa —a priori continuista— de Harris ha recortado distancias notablemente en este apartado.