Macron nombra al veterano centrista François Bayrou como primer ministro

Enric Bonet PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

Macron y Bayrou en la localidad francesa de Pau, el pasado 20 de septiembre
Macron y Bayrou en la localidad francesa de Pau, el pasado 20 de septiembre CAROLINE BLUMBERG / POOL | EFE

El presidente francés apuesta por un perfil continuista para sustituir al censurado Michel Barnier. El histórico líder del MoDem afronta el complejo reto de lograr la confianza de una fragmentada Asamblea Nacional

13 dic 2024 . Actualizado a las 13:16 h.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha preferido no sacarse ningún conejo de la chistera. Ha designado este viernes como primer ministro al veterano centrista François Bayrou, de 73 años. Desde la moción de censura exitosa la semana pasada contra el conservador Michel Barnier, el nombre del histórico líder del MoDem —uno de los tres partidos que componen la coalición macronista— aparecía en todas las quinielas. Al final no hubo ningún tapado y Macron apuesta por Bayrou. Se trata de un perfil continuista que no ofrece la garantía de resistir a los embates de una muy fragmentada Asamblea Nacional, donde la izquierda y la ultraderecha se unieron de manera circunstancial para tumbar a Barnier.

El gabinete presidencial anunció la decisión en un comunicado transmitido al mediodía. Antes de la confirmación oficial, el jefe del Estado y el flamante premier se reunieron durante casi dos horas en el Elíseo. Con este nombramiento, el alcalde de Pau (suroeste de Francia) y tres veces candidato a las elecciones presidenciales (2002, 2007 y el 2012) regresa a la primera línea de la política gala, después de siete años en que había quedado relegado a un rol secundario debido a sus problemas judiciales.

El Tribunal de París lo absolvió a principios de este año por una trama de falsos asistentes en el Parlamento Europeo, un caso parecido por el que ahora juzgan a la ultraderechista Marine Le Pen. Ese escándalo le impidió que ocupara hasta ahora algún cargo gubernamental relevante, a pesar de haber sido uno de los primeros aliados de peso de Macron antes de su llegada al Elíseo en la primavera del 2017. De hecho, Bayrou tuvo que dimitir como ministro de Justicia en junio de ese año cuando lo imputaron.

¿Logrará un acuerdo con los socialistas?

Su designación comporta que el macronismo recupera completamente las riendas de Matignon, tras el breve mandato de menos de tres meses de Barnier, vinculado con la derecha tradicional de Los Republicanos (LR). La configuración del Gobierno, prevista para los próximos días o semanas, dará las primeras pistas sobre la capacidad de Bayrou para ampliar sus apoyos más allá de la coalición presidencial, que representa el segundo bloque parlamentario y solo cuenta con 164 diputados (de un total de 577). Pese a sus malas relaciones con el expresidente Nicolas Sarkozy, quien mantiene cierta influencia sobre LR, quizás la derecha tradicional seguirá en el Ejecutivo.

Más complicado le resultará convencer al Partido Socialista (PS). Macron, y seguramente tampoco Bayrou, no aspiran a formar una «gran coalición», integrando a destacados dirigentes socialistas en el Ejecutivo. Su objetivo consiste más bien en lograr un acuerdo para que estos no apoyen una moción de censura, como sí hicieron con Barnier junto con las otras formaciones (insumisos, verdes y comunistas) de la coalición del Nuevo Frente Popular.

Tras haber apoyado a François Hollande en la segunda vuelta de las presidenciales del 2012, Bayrou mantiene buenas relaciones con el ala moderada del PS. No obstante, la actual dirección del partido de la rosa, cuyas riendas lleva el sector más progresista de ese partido, había exigido esta semana al presidente que designara a un responsable del Ejecutivo de centro-izquierda o de izquierda y que este se comprometiera a no aplicar el 49.3, un polémico artículo de la Constitución que permite aprobar una ley sin una votación parlamentaria. Unos requisitos que al no haberse cumplido alimentan la incertidumbre sobre cuál será la posición de los socialistas. Y con ello las dudas del tiempo que durará Bayrou en Matignon.