La investidura olímpica de Trump: el presidente convierte la ceremonia en un espectáculo de televisión

La Voz EDUARD RIBAS I ADMETLLA / EFE

INTERNACIONAL

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Tras celebrar su toma de posesión con un gran espectáculo en un estadio de Washington, la pareja presidencial protagonizó un primer baile con tintes patriotas

21 ene 2025 . Actualizado a las 19:31 h.

Donald Trump no es ni quiere ser un presidente convencional y así lo demostró este lunes en su segunda toma de posesión, que se asemejó más al espectáculo televisado de una final deportiva que a una ceremonia tradicional de investidura.

Empujado por el frío extremo en Washington, el republicano tomó la decisión de última hora de celebrar la jura del cargo bajo techo y cancelar la icónica ceremonia en la escalinata del Capitolio que debía haber congregado a miles de simpatizantes en la Explanada Nacional de la capital. El magnate neoyorquino se quedó sin esa histórica fotografía, pero tirando de sus dotes de antigua celebridad televisiva optó por organizar un gran espectáculo en un estadio de Washington.

El Capital One Arena ha sido el escenario de partidos de hockey de los Washington Capitals, partidos de baloncesto de los Wizards, conciertos de estrellas como Madonna y, desde este lunes, de una investidura presidencial. Un mar de gorras rojas con la inscripción «MAGA» (Hacer Estados Unidos grande otra vez) cubría las gradas del recinto, que tiene una capacidad para más de 20.000 personas. Son pocas comparadas con las que caben en la Explanada Nacional, donde Barack Obama (2009-2017) congregó a más de un millón de personas pese a una temperatura igual de gélida que este lunes.

Alimentándose de hamburguesas de queso, perritos calientes y alitas de pollo, así como alguna cerveza en la mano, los simpatizantes trumpistas esperaron durante horas a la llegada del mandatario, que hoy estrenaba un nuevo número de presidente: el 47. Pero primero, Trump debía jurar el cargo en una ceremonia solemne en el interior del Congreso, debajo de la cúpula del Capitolio, donde cabía un reducido número de invitados.

Las pantallas gigantes del estadio proyectaron la jura del cargo en una especie de «watch party» masiva, en la que no faltaron los abucheos cada vez que la cámara mostraba al presidente saliente, Joe Biden, y los vítores para el nuevo. «La era dorada de Estados Unidos comienza ahora mismo», proclamó Trump en sus primeras palabras ya investido, lo que desató un estruendoso aplauso de un público en su mayoría blanco y emocionado por las deportaciones masivas de migrantes que promete el republicano.

Música a todo volumen de ACDC o de Black Eyed Peas amenizó la espera hasta que, casi dos horas más tarde de lo que estaba previsto, Trump llegó a la arena para encontrarse, por primera vez tras su coronación, con sus simpatizantes. Muchos de ellos, decepcionados por no haber podido ver la ceremonia en la Explanada Nacional, se reconciliaron con el mandatario.

Barron Trump, el más aplaudido

El presidente llegó junto a la primera dama, Melania, el vicepresidente, J.D. Vance, y su esposa, Usha Vance, así como toda la familia Trump, que se sentó en un escenario de tres niveles como si se tratara de la alineación de un victorioso equipo deportivo. Un símbolo de que quizás la dinastía Trump vaya a tener más influencia en la próxima Administración que los miembros del gabinete.

El más aplaudido fue claramente Donald Trump como capitán del equipo, aunque el público también aclamó a Barron Trump, hijo de la pareja presidencial, que hace ocho años, al arrancar el primer mandato trumpista, contaba 11 años, pero ahora ya tiene una altura digna de un jugador de baloncesto.

Un desfile de bandas militares recorrió la arena en honor a la familia presidencial, pero toda la atención estaba en una mesita donde Trump iba a firmar sus primeros decretos. Y así fue cómo, en pleno horario televisivo de máxima audiencia y delante de 20.000 personas, entre los que había algún personaje disfrazado de Tío Sam, Trump retiró a Estados Unidos de los acuerdos climáticos de París, entre otras medidas.

A cada rúbrica del mandatario, el público celebraba como si le estuviera metiendo un gol a la Administración de Biden. Y al terminar, lanzó sus bolígrafos a la gente, que los atesorará como un trofeo.

Casualidad o no, Trump será el presidente durante el próximo Mundial de Fútbol y los próximos Juegos Olímpicos, ambos celebrados en Estados Unidos.

Los Trump, conjuntados en blanco y negro en un primer baile con tintes patriotas

Melania y Donald Trump tras la toma de posesión
Melania y Donald Trump tras la toma de posesión ANNA MONEYMAKER / POOL | EFE

Después, el mandatario y la primera dama aparecieron conjuntados en blanco y negro en su primer baile presidencial, para el que eligieron la canción Battle Hymn of the Republic, de la autora estadounidense Julia Ward Howe.

La esposa del líder republicano llevó para la ocasión un vestido con escote palabra de honor en blanco y un zig zag de tela negra en la zona delantera y parte de la espalda, mientras que Trump iba de esmoquin. La pareja bailó al ritmo de esa canción que data de 1861, de la época de la guerra civil estadounidense (1861-1865).

Según recuerda el Centro Kennedy, Howe y su marido visitaron Washington en noviembre de 1861, cuando ya había empezado la contienda. Mientras estaban allí, la mujer escuchó a las tropas de la Unión entonar a todo pulmón la marcha John Brown's Body, en honor al abolicionista John Brown. Un predicador que estaba junto a Howe la animó a escribir una nueva letra con esa melodía. Los Trump empezaron a bailar ese himno en solitario, para ser seguidos después sobre el escenario por el vicepresidente, JD Vance, y su esposa, Usha.

El discurso que el nuevo mandatario ofreció a los presentes también tuvo tintes militares. «Durante los próximos cuatro años recuperaremos el orgullo de nuestras fuerzas armadas», dijo. «Mediremos nuestro éxito no sólo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que finalicemos y, quizás lo más importante, por las guerras en las que nunca nos involucremos. Se llama paz a través de la fuerza», recalcó Trump, que en esa intervención hizo una breve conexión con tropas estadounidenses en Corea del Sur.

Trump procede a cortar la tarta con la forma del Air Force One
Trump procede a cortar la tarta con la forma del Air Force One Daniel Cole | REUTERS

Antes de que la fiesta continuara, Trump y Vance cortaron el pastel de la noche, con forma de avión. En ese momento sonaba una canción que el magnate neoyorquino ha popularizado durante la campaña en todos sus actos: «Y.M.C.A», de los Village People.