La prohibición israelí de la labor de la UNRWA agrava la crisis humanitaria en Gaza

mikel ayestaran ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Palestinos en su camino a sus hogares en el norte de Gaza.
Palestinos en su camino a sus hogares en el norte de Gaza. Dawoud Abu Alkas | REUTERS

Israel obstaculiza la llegada de ayuda a la población y el traslado de los heridos

29 ene 2025 . Actualizado a las 21:34 h.

Donald Trump recibió este miércoles la negativa oficial de Egipto a su plan de «limpiar» Gaza del mayor número posible de personas para enviarlas a territorio egipcio y jordano. El presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, declaró que «el desplazamiento nunca puede ser tolerado ni permitido debido a su impacto en la seguridad nacional» y lo calificó de «acto de injusticia». No hay proyectos claros para el futuro de una Franja en ruinas que vivirá en las próximas horas la liberación de ocho nuevos rehenes de Hamás, pero que se enfrenta a la incertidumbre que genera la entrada en vigor este jueves de la ley contra la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, aprobada por Tel Aviv.

El enviado del presidente de Estados Unidos a Oriente Medio, Steve Witkoff, visitó Gaza este miércoles y se entrevistó con el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, quien visitará Washington la próxima semana. La presencia de Witkoff mostró que EE.UU. sigue muy de cerca la evolución del pacto entre Hamás e Israel.

La primera fase del acuerdo de alto el fuego avanza y Hamás pondrá en libertad a dos civiles israelíes, Arbel Yehud, de 29 años, y Gadi Mozes, de 80, y a la mujer soldado Agam Berfer, de 19. Saldrán también de la Franja cinco civiles tailandeses secuestrados el 7 de octubre.

La liberación de los cautivos es la prioridad de Israel en esta tregua, mientras que para los islamistas uno de los puntos clave de la primera fase del alto el fuego era el regreso de los civiles al norte de la Franja. Más de 500.000 personas han retornado a la zona desde el lunes y lo que han encontrado en la mayoría de casos es la destrucción absoluta de barrios enteros. La ONU calcula que en el enclave se amontonan más de 50 millones de toneladas de escombros tras casi 16 meses de bombardeos.

En este momento de máxima necesidad para los 2 millones de habitantes de la Franja entra en vigor la ley aprobada en octubre por el Parlamento de Tel Aviv (la Knéset) contra el trabajo de UNRWA. La nueva norma prohíbe las actividades de la agencia en Israel y Jerusalén Este, zona de la ciudad santa ocupada desde 1967, y cualquier tipo de relación entre las instituciones hebreas y una entidad de la ONU a la que acusan de colaborar con Hamás y califican de «organización terrorista».

Los equipos de la agencia abandonaron definitivamente este miércoles la sede de la organización en Jerusalén Este, después de vaciarla, según confirmó Jonathan Fowler, portavoz de la organización, al expirar sus visados, informa Efe.

Desde el punto de vista técnico, la ley no prohíbe el trabajo de la agencia en Gaza y Cisjordania pero, a nivel práctico, lo hace. Se trata de territorios ocupados en los que el acceso y los movimientos dependen de la coordinación con las fuerzas de ocupación israelíes.

Nabil Abu Rudeineh, portavoz de la Autoridad Nacional Palestina, condenó la decisión de la Knéset y la tachó de «inaceptable» y de «provocación» al pueblo gazatí. También acusó a los israelíes de intentar suprimir el «derecho al retorno» de la población y de «liquidar» la cuestión de los refugiados.

La presión de la comunidad internacional para evitar el fin de la UNRWA no tuvo efecto en Israel, que obtuvo el apoyo incondicional de Estados Unidos. Dorothy Shea, encargada de negocios interina de la Casa Blanca para la ONU, declaró ante el Consejo de Seguridad que su país «apoya la implementación» de la ley que acabará con la agencia. En opinión de Shea, que esta entidad «exagere los efectos de las leyes y sugiera que obligarán a detener toda la respuesta humanitaria es irresponsable y peligroso. Lo que se necesita es un debate matizado sobre cómo podemos garantizar que no se interrumpa la entrega de ayuda humanitaria y suministros esenciales». Para Shea, UNRWA no es «la única opción para proporcionar asistencia humanitaria en Gaza» y, en línea con el discurso del Ejecutivo de Netanyahu, se refirió a sus «vínculos terroristas».

Philippe Lazzarini, máximo responsable de la UNRWA, advirtió de las consecuencias «desastrosas» del veto para los palestinos y aseguró que «pondrá en peligro la respuesta humanitaria internacional». Ni Israel, ni Estados Unidos han puesto sobre la mesa de momento una alternativa al trabajo que desempeña la agencia, la organización más importante sobre el terreno en la Franja. El golpe puede ser doble porque los estadounidenses son su principal financiador y, como ya hicieron en el primer mandato de Trump, pronto pueden cortar sus donaciones a un organismo con 75 años de historia que es clave en los sectores de la educación y sanidad de los refugiados.