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Oculta en la selva durante siglos fue un hallazgo de un estudiante de doctorado
03 feb 2025 . Actualizado a las 08:21 h.Oculta en la selva de Campeche, enterrada por la espesura y relegada al olvido, ha permanecido, durante siglos, la que se ha revelado ahora como una de las mayores ciudades del antiguo mundo maya.
Científicos estadounidenses y mexicanos anunciaron, hace unas semanas, el descubrimiento de Valeriana, una urbe de 16 kilómetros cuadrados, formada por más de 6.400 estructuras de creación humana, que podría haber dado cobijo a más de 30.000 personas en su apogeo, fechado entre los años 750 dC y 850 dC.
El hallazgo se dio, como tantos otros en el ámbito de la ciencia y la arqueología, producto del azar. Fue clave el empleo de la tecnología Lidar, que permite realizar mapas a través del uso de la luz y que ha permitido decenas de grandes descubrimientos en los últimos años.
Pero Lidar no funciona solo, y la intuición de un joven científico terminó propiciando el hallazgo. Luke Auld-Thomas, un estudiante de doctorado de la universidad estadounidense de Tulane, estaba documentándose por internet, cuando cantó bingo. «Estaba en la página 16 de la búsqueda de Google y encontré un estudio con láser realizado por una organización mexicana de monitoreo ambiental», explicó el científico.
Pudo ver sobre ese mapeo, tomado en el 2013, y olvidado en algún servidor de internet, algo que había pasado desapercibido: una urbe perdida desde hace cientos de años.
Valeriana, nombrada así por un estanque cercano del mismo nombre, es un gran área urbana con dos centros principales ricos en arquitectura monumental, incluyendo, según los investigadores, grandes pirámides.
Esos núcleos distan alrededor de un kilómetro y medio entre sí. El más grande tiene «todas las características» de una capital política maya de la época clásica, una etapa que los investigadores fechan entre el año 250 y el 900 dC. Hay centros ceremoniales y también un campo para el juego de pelota maya. En los alrededores se han encontrado lo que parecen aldeas rurales, áreas agrícolas y asentamientos más pequeños.
Esos elementos no son visibles a simple vista. Sobre el terreno son solo montículos, a pesar de que los locales habían tenido sospechas de que bajo ellos podía haber ruinas. Es destacable que el sitio está a apenas 15 kilómetros de una de las carreteras principales de la zona. Muchos campesinos han estado sembrando entre ruinas durante años sin saberlo.
Valeriana tiene el tamaño de Edimburgo, la capital de Escocia, y los científicos piensan que podría tratarse del segundo asentamiento más grande del mundo maya tras Calakmul, que se encuentra a unos 100 kilómetros de distancia.
El hallazgo será clave para continuar entendiendo el mundo maya. «Será importante documentar la arquitectura hidráulica construida para captar y drenar el agua de lluvia hacia las aguadas cercanas, ya que en esta región no existen aguas superficiales que hayan abastecido a sus antiguos habitantes», expone a La Voz de Galicia Adriana Velázquez, directora del centro en Campeche del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, y coautora de un estudio sobre la urbe recién descubierta publicado en colaboración con universidades estadounidenses.
Valeriana muestra que las ciudades mayas influyeron en el desarrollo de las ciudades en América como centros de innovación agrícola y complejos sistemas de gestión de recursos. Lidar ya había demostrado que los mayas tenían un complejo sistema de carreteras oculto ahora bajo la maleza. «Ya hay interés de algunos arqueólogos por realizar trabajos de mapeo y prospección en superficie que permitan conocer la traza urbana y características generales del asentamiento», desvela Velázquez.
Una de las preocupaciones es proteger los restos. «Se han iniciado acercamientos con las comunidades vecinas a fin de garantizar la conservación del sitio y evitar posibles saqueos. Se plantea realizar reuniones comunitarias y avanzar un posible polígono de protección para el conjunto arqueológico», asegura la científica.
Lidar está acelerando descubrimientos como los de Valeriana y una de las preocupaciones del mundo arqueológico es adquirir la capacidad para estudiar con detenimiento todo lo encontrado.