Bélgica recupera la idea de alquilar celdas de cárceles en otros países

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro belga, Bart de Wever, en la parte inferior de la imagen, presenta su programa de Gobierno en la Cámara de Representantes del país.
El primer ministro belga, Bart de Wever, en la parte inferior de la imagen, presenta su programa de Gobierno en la Cámara de Representantes del país. OLIVIER MATTHYS | EFE

El país sufre una sobresaturación en su sistema penitenciario. Ya recurrieron a esta medida en el 2010, cuando tomaron prestadas 500 plazas a los Países Bajos

05 feb 2025 . Actualizado a las 09:05 h.

El nuevo Ejecutivo belga, presidido por el ultranacionalista flamenco Bart de Wever y codirigido por otras cuatro fuerzas políticas, propuso en sus notas de compromiso —similar a un programa de gobierno— alquilar celdas de prisiones a otros países. Ni la medida ni el contexto que la justifica son novedad en el país. Bélgica lleva décadas con problemas de hacinamiento, falta de personal y, en definitiva, superpoblación carcelaria. Según la televisión pública RTBF, el sistema penitenciario belga alberga a 13.400 reos, pero cuenta con 11.024 plazas.

Bélgica ya optó por pedir prestado espacio en prisiones extranjeras. En el 2010 recurrió a su vecino neerlandés, con el que acordó enviar a la prisión de Tilburg a unos 500 presos. Una cifra que se redujo progresivamente hasta llegar a cero siete años después.

Bélgica está ligeramente por encima de la media europea de presos por cada 100.000 habitantes, según datos de Eurostat del 2022. Es el decimoséptimo país, con cerca de cien. El problema, casi endémico, es estructural. A finales del 2022, el Comité contra la Tortura del Consejo Europeo condenó a Bélgica por la deficiencia de sus prisiones. Después de revisar varios centros remarcaron la «persistencia del hacinamiento y la falta de personal en las cárceles belgas», además de la inexistencia de actividades programadas. Factores que, a juicio del comité, provocaban que la violencia entre presos sea «un problema recurrente».

El nuevo Gobierno reconoce que las 38 prisiones estatales asumen una «enorme presión». El país ha acometido reformas en su sistema penitenciario que, a juzgar por la hoja de ruta del nuevo Ejecutivo, se antojan insuficientes. El plan más ambicioso pasa por un complejo penitenciario a las afueras de Bélgica que reemplaza a tres cárceles de la capital —Saint-Guilles, Forest y Berkendael— y acoge a 1.190 reos. Una de las prisiones que focalizaron más críticas de asociaciones e instituciones de derechos humanos, la de Ypres —al noroeste, cerca de la frontera con Francia—, ha sido reformada. Su capacidad se amplió el año pasado de 110 a 169 plazas.

El ejemplo danés

El nuevo Gobierno, llamado Arizona porque los colores de los cinco partidos que lo conforman coinciden con la bandera de este estado, tiene un ejemplo más reciente que la propia Bélgica. Dinamarca llegó a un acuerdo en diciembre con Kosovo para alquilar 300 celdas durante diez años. El montante del acuerdo es de 210 millones de euros. Según el Gobierno danés, los presos que pasarán a los Balcanes no son «de alto riesgo». Medio año antes, en agosto, la ministra de Justicia de Estonia, Liisa-Ly Pakosta, propuso aprovechar las vacantes en sus prisiones para alquilarlas a otros Estados. Estimó que podrían ingresar unos 30 millones de euros.