La UE se queda sola en la defensa de Ucrania y arrinconada en el diálogo para lograr la paz
INTERNACIONAL
![El ministro francés de Defensa, Sebastien Lecornu, se apresura para situarse en su puesto para la foto de familia de la reunión de la OTAN en Bruselas](https://img.lavdg.com/sc/cBR7EwIl62COr7L8DWSlAEimHDk=/480x/2025/02/13/00121739463901326365694/Foto/GF14P2F1_172251.jpg)
«Cualquier negociación sobre nuestro país sin nosotros, no la aceptaremos», subrayó Zelenski
14 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El teléfono de la Unión Europea para hablar sobre Ucrania sigue sin sonar. Tras los contactos del miércoles de Donald Trump con los presidentes de Rusia y Ucrania para iniciar las negociaciones que pongan fin a la guerra, los Veintisiete reclamaron ayer su lugar en una mesa en la que Washington y Moscú se han reservado las cabeceras y donde Kiev se resiste a ocupar un lugar marginal. «Cualquier negociación sobre Ucrania sin nosotros, no la aceptaremos», subrayó el presidente Volodímir Zelenski, que la víspera había aceptado con un «hagámoslo» la propuesta de su homólogo estadounidense de negociar.
La de ayer fue una jornada de lamentos por parte de los países comunitarios, que EE.UU. y la OTAN trataron de aplacar sin mucha convicción. Tras el terremoto político que provocó en Europa el anuncio de las inminentes negociaciones de paz, la UE —uno de los mayores aliados de Kiev en apoyo financiero y militar desde el inicio de la guerra— teme quedarse fuera de la mesa de diálogo y ha afeado a Trump que haga concesiones a Rusia incluso antes de comenzar la negociación entre Kiev y Moscú.
La primera respuesta llegó a través de un comunicado del Ministerio de Exteriores de Ucrania junto a España, Italia, Francia, Alemania, Polonia, el Reino Unido y la Comisión Europea en el que subrayan que «Ucrania y Europa deben ser parte de cualquier negociación» y que el país debe recibir «fuertes garantías de seguridad» para una paz «justa y duradera», que refuerce la seguridad trasatlántica. «La seguridad del continente europeo es nuestra responsabilidad común», una idea que subrayó la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, a su llegada a la reunión de ministros de Defensa de la OTAN: «No debemos quitar nada de encima de la mesa antes incluso del inicio de las negociaciones», replicó en referencia a las declaraciones del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, sobre descartar el ingreso de Ucrania en la Alianza.
Lo que las capitales europeas temen es la urgencia de Washington por cerrar el conflicto, que ha provocado un importante desgaste de las arcas públicas europeas, con apoyo económico, militar y para la reconstrucción de Ucrania; y también las posibles intenciones de Trump de que Europa afronte en solitario la carga económica de la reconstrucción de Ucrania y las garantías de seguridad frente a Rusia.
Hegseth se defendió ayer asegurando que el plan de Trump para la paz «no es una traición a Ucrania», que «no hay concesiones a Putin» y que la renuncia a Crimea y a la adhesión de Kiev a la Alianza «solo responde a una visión realista de las negociaciones». El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quitó hierro a estas declaraciones, apuntando que todos los aliados quieren la paz «más pronto que tarde» y que lo prioritario es mantener el apoyo a Kiev para que tenga «una posición de fuerza en las negociaciones». Rutte destacó la necesidad de que Ucrania esté en la mesa de negociación, pero evitó pronunciarse sobre su ingreso en la OTAN. «Tenemos que concentrarnos en los grandes temas», zanjó, al tiempo que insistió en la importancia de que Occidente dé imagen de «unidad» ante Moscú. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, precisó ayer que su «principal contraparte en este proceso es Washington» y que la entrevista con Putin en Arabia Saudí sugerida la víspera por Trump podría requerir «semanas y meses».