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EE.UU. vota en contra de una resolución de Ucrania ante la ONU en la que pide la retirada de las tropas rusas «de inmediato, por completo y sin condiciones» cuando se cumplen tres años de la invasión. Von der Leyen confía en que el país pueda entrar en la UE antes del 2030 y promete 3.500 millones más en marzo
25 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los ojos de Europa estaban puestos ayer en tres puntos: Bruselas, donde los ministros de Exteriores de la Unión Europea debatieron el apoyo a Kiev y el nuevo paquete de sanciones a Rusia; Estados Unidos, donde la ONU votó una resolución sobre Ucrania que salió adelante con los votos en contra de Estados Unidos y Rusia; y Kiev, donde treinta y siete líderes internacionales —entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez— escenificaron el apoyo europeo a Ucrania al cumplirse tres años del inicio de la invasión rusa.
En esta última cita, Von der Leyen anunció un nuevo pago de 3.500 millones de euros al país en marzo, una iniciativa que los Veintisiete discutirán en la cumbre europea extraordinaria convocada para el día 6 de ese mes y para la que, según la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, existe «un amplio consenso». Con todo, la decisión final y los detalles, especialmente las cifras exactas, las decidirán los dirigentes europeos. En esta misma cita, se debatirá «un plan global» para impulsar la producción de armas y la defensa europea.
Aunque por el momento los Veintisiete no se plantean enviar tropas al país, «reforzar la resistencia» de Ucrania es una «prioridad absoluta» para la UE, aseguró la presidenta de la Comisión Europea en Kiev. El objetivo comunitario es que el país tenga una posición fuerte en el frente de batalla para poder negociar una paz justa en el país, un aspecto clave teniendo en cuenta que Trump ha dejado a los ucranianos y europeos al margen de las conversaciones de paz que está manteniendo con Moscú.
Integrarse en la UE en el 2030
Los gestos de apoyo a Ucrania no solo fueron económicos. Von der Leyen dijo sentirse «impresionada» por la velocidad y la calidad de las reformas que está llevando a cabo Kiev en su camino de adhesión a la UE y deslizó que el país podría integrarse en el bloque comunitario antes del 2030 si continúa así. Con todo, apuntó que el proceso se basa en «méritos» por lo que no habrá un trato de favor con Ucrania. La adhesión a la UE y su entrada en la OTAN son dos de los aspectos que más interesan al país, aunque la incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica ha quedado en segundo plano desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Aun así, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió ayer en que su país merece estar en la UE y contar con las garantías de seguridad de la Alianza, una idea que recibió el respaldo de la jefa de la diplomacia europea, quien dijo que esta sería «la mejor garantía de seguridad para Ucrania y también la más barata».
Frente a la mesa de negociación de paz que plantea Trump y que no cuenta ni con Ucrania ni con la UE, los líderes europeos quieren abrir un diálogo «real» para poner fin al conflicto. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también acudió a Kiev para mostrar su apoyo al pueblo ucraniano «ahora y siempre».
La líder del Ejecutivo comunitario, el presidente del Consejo Europeo, António Costa; y la jefa del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, pidieron «mantener la solidaridad» con Ucrania tres años después del inicio de la guerra, «para lograr una paz integral, justa y duradera basada en la fórmula de paz ucraniana».
Nuevas sanciones a Rusia
Mientras, en Bruselas, los ministros de Exteriores de los Veintisiete aprobaron el decimosexto paquete de sanciones a Rusia, que aumenta la presión sobre el Kremlin e incluye el veto a las importaciones de aluminio y la identificación de 69 nuevos buques de la «flota en la sombra» de Putin. Kallas insistió en que hay que apoyar a Ucrania «más que nunca» y subrayó que la UE y Kiev «no pueden estar fuera de la negociación de paz».
«Ningún acuerdo puede funcionar sin nosotros. Europa y Ucrania deben estar de acuerdo con el trato», explicó. Entre los ministros de Exteriores hubo un frente común a favor de Kiev. El representante belga, Maxime Prévot, aseguró que es «totalmente inaceptable poner a Rusia y Ucrania al mismo nivel. Hay un agresor y una víctima». En esa misma línea se expresó el ministro español, José Manuel Albares, quien destacó que la paz «no puede tener premio para el agresor» y que debe ser «duradera» y contar con el «gobierno elegido democráticamente en Ucrania y también con los europeos».
Su homólogo irlandés, Simon Harris, incidió en que Europa debe hablar «con una sola voz» en términos de soberanía e integridad territorial de Ucrania. «Nada de paz en Ucrania sin Ucrania», subrayó respecto al plan de paz de Donald Trump. Los ministros de los países nórdicos y bálticos comparecieron de forma conjunta para mostrar su solidaridad con Ucrania y destacaron que «lo más importante es dar fuerza» al Ejército de Kiev.
Resolución en la ONU
La Asamblea General de la ONU, por su parte, aprobó ayer una resolución que condena la invasión rusa de Ucrania y pide la retirada de sus tropas «de inmediato, por completo y sin condiciones», pero esta vez con oposición de EE.UU. —que votó en el mismo sentido que Rusia— y con menor apoyo que en anteriores votaciones. La resolución, presentada por Ucrania y copatrocinada por casi toda la UE, contó con el apoyo de 93 países, la oposición de 18 y la abstención de 65.
Estados Unidos logró que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución de Ucrania que fue rechazada en la mañana cuando la sometió a votación en la Asamblea General, y que no contiene ni siquiera una mención a la «invasión» o la «guerra». La resolución obtuvo el apoyo de diez países.
Rusia advierte de que para una paz duradera tendrá que haber otros líderes en Ucrania
R. m. m.
El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, declaró ayer a la agencia rusa RIA-Nóvosti, en el tercer aniversario de la invasión de Ucrania, que una tregua sin una solución a largo plazo podría tener graves consecuencias. «Es posible constatar con suficiente veracidad el deseo de la parte estadounidense de avanzar hacia un rápido alto el fuego, pero como se enfatizó en Riad y ya anteriormente, un alto el fuego sin una solución a largo plazo es un camino hacia una rápida reanudación de las hostilidades y del conflicto en su conjunto con consecuencias aún más graves, incluso para las relaciones con Estados Unidos (…) No queremos esto», dijo.
Para Riabkov lo importante es «encontrar una solución duradera que necesariamente debe contemplar la eliminación de las causas profundas de lo que ocurrió en Ucrania y su entorno». El viceministro ruso precisó que entre las causas de la guerra «se encuentran la expansión de la OTAN, el desconocimiento del golpe de Estado en Ucrania, el incumplimiento por parte de Kiev de los acuerdos de Minsk y la violación de los derechos de la población rusoparlante», problemas sin cuya superación, añadió, «no podrá haber una paz a largo plazo».
Nuevos contactos con EE.UU.
«Un alto el fuego en sí mismo no es una solución (…) tenemos un enfoque diferente y otras directrices, que fueron expresadas directamente por el presidente ruso y sobre las que nuestros representantes de alto rango hablaron en Riad con la máxima claridad y en minucioso detalle», sostuvo Riabkov.
El diplomático, que la víspera anunció que esta semana habrá nuevos contactos entre Moscú y Washington, afirmó que la denominada operación militar especial tiene motivaciones profundas. «Rusia no tenía alternativa, ya que las causas subyacentes de la crisis se debían en gran medida a las políticas destructivas de Washington y las capitales europeas», indicó.
Sánchez anuncia un nuevo paquete de ayuda militar por 1.000 millones
p. de las heras
Pedro Sánchez anunció ayer un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania por valor de 1.000 millones de euros a lo largo del 2025. El presidente del Gobierno ratificó desde Kiev, junto a los socios europeos, el compromiso de España con la causa ucraniana, de modo especial, ahora que Estados Unidos parece estar dispuesto a desentenderse de su suerte.
Sánchez no se da por aludido, por ahora, con los avisos del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, de que, dada la situación, los países que forman la alianza deberán elevar la inversión en defensa para situarla por encima del 3 % del PIB en un plazo de tiempo no muy largo. España, en el furgón de cola con unas cifras que no llegan ni al 1,3 % del PIB, se mantiene aún en el compromiso de alcanzar el 2 % en el 2029. Pero el presidente quiso lanzar el mensaje de que eso no afectará a su implicación con quien está librando una guerra en defensa, dijo, de «los valores y las ideas de libertad por los que muchos europeos dieron su vida en el pasado».
El nuevo paquete de 1.000 millones se inscribe, según aclararon fuentes gubernamentales, en el Acuerdo de Cooperación en Materia de Seguridad entre España y Ucrania que el jefe del Ejecutivo firmó para una década con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el año pasado en la Moncloa. Habría que sumarlos, pues, tanto a los 1.000 millones ya enviados en el 2024 como a la ayuda canalizada a través de la UE. Unas cantidades que nunca han contado con el respaldo de sus socios de coalición.
Sumar ya mostró su rechazo al compromiso adquirido con Zelenski el pasado año. Pero estas iniciativas no necesitan pasar por el Congreso y suelen materializarse de forma discreta en el Consejo de Ministros mediante la aprobación de créditos extraordinarios al margen de los presupuestos. El presidente del Gobierno, que hace bandera de la batalla contra la «ola reaccionaria» que recorre el mundo, tiene claro que, en este asunto, no cederá a las presiones de sus aliados políticos.
En su intervención ante el plenario de la cumbre de Kiev, Sánchez se sumó al discurso de la UE de que los ucranianos no pueden quedar al margen de las negociaciones para la paz, como pretende EE.UU., y, pese a asegurar que España da la bienvenida a todos los esfuerzos dirigidos a poner fin a la guerra, insistió en que la paz debe alcanzarse mediante un acuerdo «justo, sostenible y global» y refrendado por el propio país invadido. «Solo Ucrania puede decidir sobre su futuro», dijo. Y añadió: «Nada sobre Ucrania sin Ucrania, y nada sobre la seguridad europea sin Europa».
El Gobierno asume que «no es realista», en palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que Ucrania entre en la OTAN a corto o medio plazo, como quiere Zelenski, pero la presencia de los líderes europeos en Kiev pretendía ser un gesto alentador respecto a su incorporación a la UE. Un gesto en el que Sánchez hizo especial hincapié. «Pase lo que pase en los próximos meses, la adhesión de Ucrania a la Unión Europea es la victoria más importante para el pueblo ucraniano», dijo.
Trump dice que Putin podría aceptar tropas de paz europeas
Macron asegura en la Casa Blanca que Europa quiere ser «un socio más fuerte»
miguel palacio
Donald Trump y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunieron el lunes por primera vez tras la vuelta del magnate a la Casa Blanca y, aunque hicieron gala de su cercanía, sus declaraciones subrayaron la profunda brecha que la segunda presidencia de Trump ha abierto en las relaciones entre los países de la Alianza Atlántica.
En la entrevista, Trump volvió a afirmar que el fin de la guerra podía llegar en «semanas» y aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, estaría dispuesto a que se desplieguen fuerzas europeas de mantenimiento de la paz e incluso «quizás» podría devolver parte de los territorios que ahora controla, aunque ha advertido que «no será fácil». El mandatario afirmó también que visitará Moscú de alcanzarse un acuerdo de paz. «Las tropas podrían ir a Ucrania como pacificadores, para que cuando haya un acuerdo puedan vigilar que todo se cumple adecuadamente. No creo que eso vaya a ser un problema», precisó.
Durante la rueda de prensa que siguió a la reunión bilateral, las declaraciones de Trump volvieron a situar a su país más cerca de la narrativa del Kremlin que del apoyo sin fisuras que su predecesor, Joe Biden, brindó a Ucrania. Trump se negó a calificar a Putin de dictador, arguyendo que no se tomaba el término «a la ligera», a pesar de haberlo usado contra el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la semana pasada.
Macron, por su parte, destacó ante Trump la intención de Europa de convertirse en «un socio más fuerte» y subrayó que la paz es el objetivo compartido de ambas partes, pero sin dejar de expresar su admiración por «la valentía y la resistencia del pueblo ucraniano». Además, Macron, en contra de lo que dijo Trump hace unos días —que era Ucrania la culpable de desatar el conflicto—, afirmó que la guerra de Ucrania era «responsabilidad de Rusia» dado que Moscú fue el «agresor».
Otra de las correcciones de Macron llegó cuando Trump afirmó que «Europa le estaba prestando dinero a Ucrania» y que los europeos, «recuperarían su dinero». Macron, a la derecha del mandatario, se apresuró a corregirle: «No, de hecho, y para ser francos, hemos pagado. Hemos pagado el 60 % del esfuerzo total», apuntó el presidente francés.
Acuerdo sobre minerales
Trump, por su lado, se reafirmó en su intención de exigir a Kiev el pago de miles de millones de dólares en minerales como compensación por su apoyo durante la guerra. «Fue mucho dinero y no hemos recibido nada a cambio», afirmó el mandatario, quien poco antes de la reunión con Macron anunció que «esta semana o la siguiente» recibirá a Zelenski en la Casa Blanca para discutir el acuerdo sobre las tierras raras.