Groenlandia opta este martes entre independencia y bienestar en unas elecciones influidas por la amenaza de Trump

Anxo Lamela NUUK / EFE

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Una mujer espera en una parada del autobús con propaganda electoral en la capital de Groenlandia
Una mujer espera en una parada del autobús con propaganda electoral en la capital de Groenlandia Marko Djurica | REUTERS

El único sondeo publicado, con un 30 % de indecisos, apunta a un triunfo del partido socialista Inuit Ataqatigiit (IA) del presidente Múte B. Egede

11 mar 2025 . Actualizado a las 09:10 h.

Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, celebra este martes elecciones sin pronósticos fiables y debatiéndose entre sus ansias de independencia y los deseos de mantener su bienestar, en medio del interés de Estados Unidos por adquirir esta isla ártica.

El único sondeo publicado hace más de un mes y con un 30 % de indecisos apunta a un triunfo del partido socialista Inuit Ataqatigiit (IA) del presidente Múte B. Egede con el 31 %, por delante del socialdemócrata Siumut. Ambas formaciones gobernaron juntas los últimos tres años, aunque retrocederían varios puntos respecto a los comicios del 2021. El Demokratiit sería la tercera fuerza, con casi el 19 %, desbancando al Naleraq, el partido que más rápido quiere romper los lazos con Dinamarca. De cumplirse ese escenario, podrían repetir gobierno el IA y el Siumut, las dos únicas fuerzas que han encabezado Ejecutivos groenlandeses desde la implantación de la autonomía en 1979, modificada en el 2009 para ampliar el marco de competencias e incluir el derecho de autodeterminación.

Serán los comicios que más expectación han generado dentro y fuera de Groenlandia, en los que votan cerca de 43.000 personas para elegir los 31 escaños del Inatsisartut (Parlamento).

El reiterado interés de Trump por hacerse con Groenlandia ha sobrevolado la campaña electoral y ha obligado a posicionarse a las principales fuerzas políticas, que de forma mayoritaria se han opuesto a sus deseos.

Promesa de «billones»

En su última intervención en redes sociales el domingo, Trump mostró su apoyo a que Groenlandia decida su futuro, prometiendo seguridad y «billones de dólares» en inversiones. En una entrevista a la televisión pública danesa DR, grabada antes de las últimas palabras de Trump, Egede subió el tono de anteriores reacciones y pidió «respeto», además de defender un gobierno «robusto» y construir una base económica sólida para avanzar hacia una independencia sin fecha fija.

La economía groenlandesa depende en gran medida de Dinamarca, que aporta alrededor del 40 % de los ingresos de esta isla de casi 57.000 habitantes que viven en 2,2 millones de kilómetros cuadrados (un 80 % cubierto permanentemente por el hielo) y en la que la pesca supone el 90 % de sus exportaciones.

El rechazo a Trump ha sido mayoritario entre los políticos y la población: aunque la mayoría apuesta por la independencia, el 85 % de los groenlandeses no quiere formar parte de Estados Unidos, según un sondeo reciente.

El Siumut, tradicional dominador de la política groenlandesa, ha sufrido indirectamente la influencia de Trump y del repunte en la discusión sobre la independencia, que apoyan todas las fuerzas parlamentarias, aunque con matices el liberal Attasut.

El Siumut ha enviado mensajes ambiguos durante la campaña y por el camino ha perdido a Aki-Matilda Høegh-Dam, una de las dos diputadas groenlandesas en el Parlamento danés.

El impacto de la «ola» naranja

Høegh-Dam se ha unido al Naleraq, al que también ha ingresado Qupanuq Olsen, la influencer groenlandesa más conocida, con sus vídeos en inglés sobre la cultura inuit.

El Naleraq participó como socio menor en dos Gobiernos anteriores, la última vez con el IA en el 2021, pero la coalición solo duró un año después de varias polémicas, como la idea de su líder, Pele Broberg, de que solo personas de origen inuit podrían votar en un referendo de independencia.

Es el partido más a favor de estrechar lazos con EE.UU., con el que quiere firmar un tratado de libre asociación a cambio de dinero y seguridad, aunque ya tiene una base en Groenlandia y podría contar con más, gracias a un acuerdo con Dinamarca de hace siete décadas.

El Naleraq ha sido la fuerza política con más presencia en redes sociales y sus partidarios, ataviados con prendas de color naranja, se han hecho notar en los debates electorales organizados por la televisión pública KNR, que recorren las principales poblaciones.

Los groenlandeses están más preocupados por el bienestar

La independencia, a la que ninguna fuerza política se ha atrevido a poner fecha concreta, no ha sido la cuestión más relevante en la campaña, en la que los temas vinculados al bienestar han tenido más protagonismo.

De acuerdo con un sondeo del diario Sermitsiaq, el 85 % de los groenlandeses cree que la principal tarea del próximo Gobierno debe ser solucionar los problemas en sanidad, finanzas y vivienda.

Las deficiencias sanitarias y en educación son uno de los motivos que explican por qué el número de groenlandeses que residen en Dinamarca ha aumentado un 23 % desde el 2008, hasta unos 17.000.

«Los políticos deben trabajar más en el área social y de sanidad. Hay que resolver el problema de la gran falta de médicos en la sanidad. Esa es mi primera prioridad», afirma Lilly Michaelsen, una asistencial social.

La mayoría de ellos no podrán votar sin embargo este martes, ya que es necesario tener residencia fija en Groenlandia seis meses antes, salvo excepciones como estudiantes o diplomáticos.