
El republicano quiere hacerse con la propiedad de las plantas para garantizar su protección de la amenaza rusa
22 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las cuatro centrales nucleares que tiene Ucrania han tomado protagonismo esta semana en los contactos entre Washington y Kiev para avanzar hacia el fin de la guerra, después de que la Casa Blanca explicara que el presidente, Donald Trump, se plantea la posibilidad de hacerse con la propiedad de esas plantas como medida para garantizar su protección de la amenaza rusa. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aclaró poco después de la llamada en la que el republicano habría planteado esa opción que ambos dirigentes habían hablado únicamente de la posibilidad de que EE.UU. se haga responsable, con inversiones, tecnología y personal especializado, de volver a hacer funcionar la mayor central ucraniana, situada en la región suroriental de Zaporiyia y ocupada por Rusia al comienzo de la guerra, si Kiev recuperase el control sobre esa infraestructura.
Abriéndose a la opción de ofrecer ventajas económicas a EE.UU. de la futura explotación de la central —que es la más grande de Europa y un pilar clave del sistema energético ucraniano—, Zelenski busca maximizar las probabilidades de recuperar tanto la infraestructura como la mayor parte posible del territorio adyacente, para lo que necesitará de la presión que Trump pueda ejercer sobre Putin al negociar.
En este sentido, Zelenski declaró que recuperar la planta no sería suficiente para garantizar su correcto funcionamiento y su rentabilidad, que precisaría del suministro de agua y las infraestructuras asociadas adecuadas. También descartó negociar la transferencia de la propiedad de alguna de sus centrales atómicas a EE.UU., como planteó Trump.
Un factor de riesgo elevado
Dotada de seis reactores y una potencia total de 6000 MW, la central de Zaporiyia era antes de ser desconectada por los rusos la principal proveedora de electricidad en Ucrania con una generación de entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad, lo que representaba una quinta parte de la producción anual del país y la mitad de toda la producción de las cuatro centrales nucleares ucranianas.
Tras la ocupación rusa de la central hace más de tres años, ambos bandos se han acusado de ponerla en peligro, haciendo volar drones por encima de la infraestructura o almacenando equipamiento militar en su interior. Uno de los momentos de más peligro para la central se produjo en junio del 2023 con la voladura de la presa de Kajovka, que estaba bajo control ruso y alimentaba con agua a la central de Zaporiyia.
Además de Zaporiyia, Ucrania cuenta con otras tres centrales nucleares situadas en el noroeste, el oeste y el sur del país que siguen bajo control de Kiev y han evitado el colapso del sistema eléctrico ucraniano. Los ataques con drones rusos contra transformadores que conectan a las plantas con el resto del sistema son motivo de preocupación entre los expertos, tanto por la posibilidad de que se produzcan impactos en las centrales como por el riesgo de que estas dejen de funcionar por los daños en infraestructuras asociadas.