
Rubio y Witkoff viajan a París para hablar de la guerra con sus socios europeos
17 abr 2025 . Actualizado a las 09:22 h.La tregua energética de treinta días entre Rusia y Ucrania llega a su fin con los dos bandos culpándose, un día más, de no acatarla. El Kremlin evitó confirmar si reanudaría los ataques a gran escala contra la infraestructura eléctrica y petrolera ucraniana, después de que el mediador estadounidense, Steve Witkoff, afirmara que se está cerca de un acuerdo para poner fin a la guerra, tras su reunión de cuatro horas con Vladimir Putin la semana pasada en San Petersburgo. El fin de la tregua coincide con el viaje de Witkoff y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a París para hablar con sus homólogos europeos de las conversaciones para tratar de poner fin al conflicto.
Pese a las palabras de Witkoff, altos funcionarios de Moscú han minimizado esta semana cualquier esperanza de un próximo proceso de paz, y han reafirmado sus principales demandas para poner fin al conflicto bélico: que el Ejército ucraniano abandone las cuatro regiones anexionadas por Moscú, reconozca la soberanía rusa sobre esos territorios y renuncie al ingreso en la OTAN. Según The Washington Post, la postura rusa alimenta las dudas sobre la estrategia negociadora de EE.UU. y pone de relieve la reticencia de Donald Trump a ejercer una presión seria sobre el Kremlin o a condenar los recientes ataques a civiles ucranianos.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que el fin de la tregua «depende del comandante supremo», Vladimir Putin, a la vez que acusó a Ucrania de no acatarla. El Kremlin afirma que la tregua energética —a la que se refiere como una moratoria temporal— comenzó el 18 de marzo, lo que significa que finalizaría este jueves. Sin embargo, Ucrania afirma que comenzó una semana después, el 25 de marzo.
Por parte ucraniana, Volodímir Zelenski, quien aboga por hacer extensiva la tregua a toda la infraestructura civil, acusó a Rusia de violar dicho acuerdo desde el principio. «Rusia ha violado el alto el fuego más de treinta veces», dijo portavoz de Exteriores, Gueorguí Tiji.
Ante el incierto proceso de paz, el Parlamento de Kiev aprobó la petición de Zelenski de prorrogar otros tres meses los decretos sobre la ley marcial y la movilización general, dictados tras el inicio de la invasión rusa en febrero del 2022.
Combates en el nordeste
Los movimientos diplomáticos no han apagado los tambores de guerra. Todo lo contrario. Los combates se han intensificado en el nordeste de Ucrania, donde Rusia ha iniciado una ofensiva contra las regiones de Sumi y Járkov, y prosigue su intento de expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk y Bélgorod.
Más de ocho meses después de la incursión por sorpresa del Ejercito de Kiev, la zona bajo su control en Kursk se ha reducido a 31 kilómetros cuadrados, según la plataforma analítica Deep State, tras el último avance de las fuerzas rusas. Mientras Moscú estrecha el cerco sobre Kursk, intensifica sus operaciones en Sumi, justo al otro lado de la frontera.
Con 70.000 soldados rusos en Kursk, los analistas predicen un empuje más intenso hacia Sumi, una vez que las fuerzas ucranianas hayan sido expulsadas por completo de la región rusa. Esta ofensiva supone, en cualquier caso, una amenaza para Ucrania, advirtió Oleksii Melnik, experto militar y antiguo ayudante del ministro de Defensa. «Los soldados ucranianos y su economía están agotados después de tres años de combates, mientras que el futuro del apoyo militar de Estados Unidos pende de un hilo», afirmó Melnik a la agencia Efe.