La renuncia al Gobierno de un centroderechista muestra grietas en la estrategia de coalición de Lula

INTERNACIONAL

El diputado Pedro Lucas Fernandes, de União Brasil (UB), ha rechazado el puesto de ministro de Comunicaciones
24 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Fisuras en la estrategia de coalición del Gobierno brasileño. El diputado Pedro Lucas Fernandes, de la formación centroderechista clave União Brasil (UB), ha rechazado el puesto de ministro de Comunicaciones ofrecido por Lula da Silva, haciendo patente la falta de cohesión del Ejecutivo y su fragilidad, a año y medio de las elecciones generales.
«Tengo plena convicción de que, en este momento, puedo contribuir más con el país y con el propio Gobierno desde la función que ejerzo en la Cámara de Diputados», señaló Fernandes, que es jefe de la bancada de UB en esa institución.
Lula ganó las elecciones en el 2022, por estrecho margen, al ultraderechista Jair Bolsonaro, apoyándose en numerosas figuras del centro y la derecha. Su formación, el Partido de los Trabajadores (PT) está, sin embargo, a un abismo de distancia de la mayoría en el Congreso. Controla 68 de los 513 diputados de la Cámara de Diputados, obligando a su líder a pactar con formaciones a su izquierda, al centro y a la derecha para garantizarse poder aprobar leyes.
Para lograr esos apoyos Lula incluye en su Gabinete, formado por cerca de cuatro decenas de carteras, a políticos de los partidos que le dan su apoyo en el Legislativo.
UB es una formación clave, porque controla 58 diputados, y por eso cuenta con tres puestos en el Ejecutivo del izquierdista. Una de esas carteras, la de Comunicación, quedó vacía por la abrupta salida de Juscelino Filho, acusado por la Procuraduría de corrupción pasiva, por hechos del 2021, cuando era diputado, siendo el primer miembro del nuevo Gobierno de Lula acusado por ese tipo de delitos.
La renuncia de Fernandes a sustituirlo deja la imagen de un Gobierno que depende de elementos externos y puede ser afectado por acciones de quienes le apoyan en el Congreso.
El entorno de UB achaca la renuncia a un mecanismo de defensa de Fernandes para no dejar espacio en la Cámara a la oposición de su propio partido, pero hay voces en el Ejecutivo que abogan por tomar represalias disminuyendo el número de ministerios de la formación.
Otros recuerdan que los votos de UB son básicos para la gobernabilidad y que enviar a ese partido a la oposición podría suponer un bloqueo del Ejecutivo en el Parlamento.