España sufre el apagón que Austria predijo hace cuatro años

Azucena Alfonsín
A. Alfonsín LA VOZ / REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Una de las estampas que dejó el apagón en Santiago
Una de las estampas que dejó el apagón en Santiago XOAN A. SOLER

El incidente que dejó sin electricidad a millones de españoles confirma las advertencias lanzadas por la ministra de Defensa austríaca en el 2021, las mismas que el Gobierno de Sánchez descartó «con rotundidad»

29 abr 2025 . Actualizado a las 21:21 h.

«La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo». La profética frase la dijo la ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner, en el 2021. Aseguraba entonces que había una altísima probabilidad de que su país, y posiblemente el conjunto de la Unión Europea, sufrieran en el 2025 un blackout masivo. Aunque la noticia se volvió viral y generó debate en Europa, no logró despertar el interés de las autoridades españolas. De hecho, la entonces vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, descartó «con rotundidad» el riesgo de que España pudiera sufrir un apagón eléctrico.

Cuatro años después, mientras la península trata de recuperarse del suceso que dejó sin suministro eléctrico a millones de españoles, las palabras de Tanner resuenan con inquietante actualidad.

Austria no solo advirtió del riesgo, también actuó. Desde hace años, su Ejército trabaja bajo el supuesto de que un blackout generalizado no es ciencia ficción, sino un peligro real y tangible. Está previsto que antes de que termine este año, cien de sus principales cuarteles sean autosuficientes en energía, agua, alimentos y combustible, funcionando como auténticas «islas de seguridad» destinadas no solo a mantener operativas las Fuerzas Armadas, sino también a sostener servicios esenciales de emergencia en caso de colapso.

En el 2021, el Gobierno austríaco lanzó una gran campaña de sensibilización bajo el lema ¿Qué hacer cuando todo se para?, instando a la ciudadanía a prepararse para vivir de forma autosuficiente al menos durante dos semanas. La ministra sembró la polémica en toda Europa con un vídeo supuestamente alarmista protagonizado por una familia que cenaba en su casa mientras se apagaban todas las luces. En las imágenes se aprecia al padre encendiendo velas con tranquilidad, mientras una voz en off explica algo fundamental: «siempre hay que contar con que ocurra un apagón, llega por sorpresa, por eso es imprescindible comenzar a prepararse». 

El manual de instrucciones publicado por el Gobierno incluía almacenar conservas, agua potable, combustible, sacos de dormir, dinero en efectivo, linternas y radios de baterías. Y alertaba de la importancia de tener siempre el coche con al menos medio tanque de combustible.

La visión estratégica de Austria está basada en una lectura de los riesgos que ya en el 2017 les permitió prever la crisis de la pandemia, utilizando el mismo análisis de datos que cuatro años después justificaba sus preparativos para un fallo sistémico del suministro eléctrico. Cada año, el Gobierno analiza estos riesgos en un informe que comparte con la ciudadanía.

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España vivió este lunes su propio ensayo de vulnerabilidad. Mientras las autoridades investigan aún las causas concretas del apagón, el suceso ha puesto sobre la mesa la urgente necesidad de revisar y reforzar la resiliencia de las infraestructuras críticas, especialmente en un contexto de cambio climático que agrava los fenómenos meteorológicos extremos y las tensiones sobre las redes energéticas.

Ya lo advertía también Karl Nehammer, ministro austríaco del Interior: «Un gran apagón es una de las mayores amenazas para un Estado moderno». Y hoy sus palabras parecen un diagnóstico certero para todo el continente.