Pakistán promete vengar el ataque de la India que los sitúa al borde de la guerra

zígor aldama MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Dos mujeres caminan entre los escombros de uno de los edificios alcanzados por los misiles indios sobre Pakistán
Dos mujeres caminan entre los escombros de uno de los edificios alcanzados por los misiles indios sobre Pakistán Sajjad | EUROPAPRESS

La escalada entre las dos potencias nucleares causa al menos 46 fallecidos

08 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Preparados para golpear, entrenados para ganar». Ese fue el críptico mensaje que publicó el Ejército indio en su cuenta de X para marcar el inicio de la operación Sindoor, un ataque sorpresa que duró 25 minutos y en el que los militares indios usaron misiles balísticos para volar por los aires nueve «instalaciones terroristas» en la vecina Pakistán. «Se ha hecho justicia», publicaron las Fuerzas Armadas al finalizar las operaciones, en las que participaron fuerzas de tierra, mar y aire.

Poco a poco, muy avanzada ya la madrugada de ayer en el subcontinente indio, comenzó a llegar información de ambos bandos. Nueva Deli se congratulaba del éxito de la operación. El primer objetivo fue, a las 01.04 horas, el «campo terrorista» Abbas en la localidad de Kotli, «una infraestructura clave para el entrenamiento de terroristas suicidas» a 13 kilómetros de la línea de control que separa temporalmente las dos potencias nucleares.

A los cuatro minutos, otro misil destruía el campo de Gutli, «centro de control y base del grupo terrorista Lashkar-e-Taiba, utilizado para revivir el terrorismo en Cachemira», a 30 kilómetros de la frontera. Finalmente, el Ejército mostraba la destrucción del campo Mehmoona Joya, en Sialkot, «uno de los centros claves de entrenamiento de Hizbul Mujahideen». Es la primera vez desde 1971 que el país de Gandhi ataca más allá de sus fronteras. El objetivo, según el secretario de Exteriores Vikram Misri, fue «prevenir y disuadir de que se produzcan atentados terroristas de los que han advertido los servicios de inteligencia» y «desmantelar las capacidades de los terroristas que pueden ser enviados a la India».

Los dirigentes hindúes fueron veloces a la hora de exigir a su enemigo que no respondiese, pero en Pakistán aseguraban que sus fuerzas estaban tomando represalias y que sus soldados respondían con fuego de artillería. «Nuestras acciones han sido centradas, mesuradas y no buscan una escalada. Ninguna instalación militar pakistaní ha sido atacada. La India ha demostrado una considerable moderación en la selección de objetivos y el método de ejecución», afirmó el Gobierno del primer ministro Narendra Modi en un comunicado.

No obstante, su homólogo pakistaní, Shahbaz Sharif, cedió el control de las operaciones militares al jefe de su Ejército para que pusiera en marcha las represalias necesarias. Según la información ofrecida por Sharif, los misiles indios dejaron 31 muertos y 57 heridos, entre los que hay mujeres y niños. «Prometo que vengaremos cada gota de sangre de estas víctimas», dijo el mandatario pakistaní. Por su parte, el Comité de Seguridad Nacional del país islámico subrayó que se reserva el derecho a responder a las operaciones indias «en cualquier momento, lugar y forma». Al otro lado de la frontera, la India informó del fallecimiento de 15 personas por el fuego de artillería.

La ONU advierte que el mundo no puede permitirse un choque entre los dos países

Los ataques de la India contra su vecino son las primeras consecuencias de las represalias que Modi había anunciado como venganza por el atentado que el día 22 dejó 26 muertos en Pahalgam, una zona muy visitada de la Cachemira india. Según testigos de la masacre, los terroristas trataron de diferenciar a hindúes y musulmanes para acribillar a los primeros, evitando herir a mujeres y niños.

Ese atentado fue inicialmente reivindicado por un grupo islamista que, poco después y en un movimiento extraño, retiró su reivindicación. Ese movimiento dio alas a la teoría india de que la república islámica es cómplice, algo que Islamabad negó de nuevo ayer. La sed de venganza india es compartida por la población y arengada por los medios de comunicación.

Mientras tanto, la comunidad internacional trataba ayer de reconducir la situación. «El mundo no puede permitirse una confrontación militar entre la India y Pakistán», dijo Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.

Por su parte, el secretario británico de Comercio, Jonathan Reynolds, ofreció la mediación de su país para apoyar un acercamiento entre los archienemigos para buscar una desescalada. Y el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, se sumó al coro de quienes exigen a las partes «contención» y «protección» para los civiles. Incluso Rusia urgió a la «moderación para evitar un mayor deterioro» de la situación.