Trump pospone dos semanas la intervención de EE.UU. en la guerra entre Israel e Irán
INTERNACIONAL

Tel Aviv reitera la amenaza de matar a Jamenéi tras el ataque a un hospital
20 jun 2025 . Actualizado a las 19:03 h.En las próximas dos semanas Donald Trump decidirá si involucrará a EE.UU. en la guerra contra Irán lanzada por Israel con el fin de neutralizar su programa nuclear. Ese plazo se debe a la «posibilidad sustancial de que se lleven a cabo negociaciones con Irán», según anunció la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Ese último esfuerzo de resucitar la vía diplomática está en manos de las potencias europeas.
Trump ya pidió hace días al Ejército que preparase un ataque, y toda la infraestructura del Pentágono estaría ya a punto, según varias filtraciones de la Casa Blanca. Así, tan solo faltaría que Trump diera la orden definitiva para que se ejecute la operación. Antes de la rueda de prensa de Leavitt muchos medios daban por hecho que el ataque se produciría este fin de semana.
La cúpula de la república islámica mantiene su actitud desafiante a pesar de las amenazas. Después de un par de días en los que sus ataques tuvieron un impacto limitado en Israel, una nueva ola de misiles balísticos lanzados la mañana del jueves provocó daños importantes en varias ciudades israelíes. Entre los objetivos atacados, figura el Centro Médico Soroka, en la ciudad meridional de Beersheba, así como los suburbios Holon y Ramat Gan de Tel Aviv. A pesar de la destrucción causada, no se registró ninguna víctima mortal, si bien los heridos ascendías a un centenar.
Un «Hitler moderno».
Las versiones sobre el ataque al hospital de Beersheba, uno de los más importantes del país, difieren entre ambas partes. Mientras el viceministro de Exteriores israelí, Sharren Haskel, aseguró que el ataque fue intencionado, fuentes iraníes declararon que el objetivo era una instalación militar cercana. La reacción del ministro de Defensa israelí, Israel Katz, fue apuntar directamente contra el guía supremo, Alí Jamenéi, y tras calificarlo de «un Hitler moderno», señaló que «debe dejar de existir», una más de la cascada de amenazas para liquidar al ayatolá.
La nueva ola de ataques iraníes demuestra que, a pesar de los duros golpes que ha sufrido el Ejército iraní, que ha visto su cúpula y sus arsenales diezmados, todavía conserva la capacidad de penetrar las defensas antiaéreas israelíes. En los días anteriores, se había especulado que había caído en un estado de extrema debilidad después de cinco días de intensos bombardeos israelíes que han alcanzado más de 1.100 objetivos, según fuentes del Ejército hebreo. Ahora bien, también existen dudas sobre la capacidad de Israel de sostener el actual nivel de hostilidades. The Wall Street Journal apunta que se estarían agotando los misiles Arrow que usan las defensas antiaéreas israelíes para neutralizar los ataques iraníes.
Entre los principales objetivos bombardeados este jueves por Israel, figura las centrales nucleares de Arak y de Natanz, está última golpeada en reiteradas ocasiones desde el inicio de la guerra. De acuerdo con los científicos nucleares, los proyectiles lanzados contra estas plantas no pueden crear una catástrofe nuclear como las de Chernobil o Fukushima, pues se dedican a enriquecer uranio y no a proceder a su fisión. Eso sí, los ataques pueden representar riesgos para la salud de las personas que viven en las inmediaciones.
El apagón de internet siembra de incertidumbre a los iraníes
Las autoridades iraníes han aplicado un apagón casi completo en la red de internet en el país, que no se veía desde las protestas del 2019. La decisión no solo ha sembrado incertidumbre y angustia entre los iraníes, sino también entre la nutrida diáspora, formada por más de cuatro millones de personas. Aunque el Gobierno no ha dado ninguna explicación, una posible es la de dificultar el trabajo de los espías israelíes sobre el terreno. Precisamente este jueves, la Guardia Revolucionaria anunció el arresto de 24 personas acusadas de espiar para Israel.
Un estado de paranoia parece haberse instalado en Irán. «Enseguida huimos a las montañas. Están circulando rumores sobre espías extranjeros, y hay controles por todas partes. Teníamos mucho miedo en Teherán», explica una joven iraní casada con un ciudadano europeo que prefiere guardar el anonimato por cuestiones de seguridad.
Con el apagón, el régimen también evita que la población tenga información sobre los bombardeos enemigos. Ha prohibido hacer fotos o grabar en zonas impactadas por los ataques, en medio de las denuncias de un aumento de las medidas represivas con la detención de 223 personas acusadas de colaborar con Israel.