La ONU trata de desarmar la «trampa silenciosa» de la deuda pública mundial
INTERNACIONAL

Países en desarrollo destinan más dinero a intereses que a gasto social
02 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Si la deuda pública de los países en vías de desarrollo fuera un Estado, a nivel económico, sería la primera potencia mundial por delante de EE.UU., China o Japón. En el 2024, este índice se disparó hasta los 34 billones de dólares, el 31 % del PIB mundial, la mayor cifra de la historia. Para la ONU, se trata de una «trampa silenciosa» que provoca que más de 3.300 millones de personas en el mundo vivan bajo gobiernos que se ven forzados a anteponer el pago de intereses a los acreedores frente al gasto en sanidad o educación.
El de la crisis de deuda es uno de los asuntos que centra el debate en la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo que la ONU celebra en Sevilla hasta mañana. Con el rechazo de EE.UU., el mayor donante del mundo, a respaldar los compromisos que se alcancen en la cita, los países participantes afrontan la titánica tarea de reformar la arquitectura financiera global para mitigar esta crisis de deuda. Entre otras, esperan dar los primeros pasos a base de «mejoras» en la fiscalidad, también a las grandes fortunas, o movilizando recursos de los bancos de desarrollo y del sector privado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró en su discurso inaugural en la cumbre que «la carga de la deuda está paralizando al mundo en desarrollo». También apeló a «arreglar el sistema de deuda global», que, en su opinión, es «insostenible e injusto». Según Naciones Unidas, la deuda externa de los países menos avanzados se triplicó en los últimos 15 años. Solo el pago de los intereses alcanza los 1,4 billones de dólares al año, su nivel más alto en 20 años. Además, los países en vías de desarrollo sufren tipos de devolución más gravosos que los desarrollados a la hora de financiarse.
En la otra cara de la moneda algunas de las causas de este problema, advierten los expertos, se encuentran en malas decisiones ejecutivas. Entre otras, el caso más clásico es el de la multiplicación de grandes obras costosas, especialmente en algunos países africanos, como es el caso de Egipto, que está levantando una nueva capital administrativa a las afueras de El Cairo, y que reciben miles de millones de dólares en préstamos de China, perdiendo, como efecto secundario, soberanía frente al gigante asiático. También ahondan el problema la sucesión de crisis internacionales, desde la pandemia del covid-19 a los conflictos armados que afectan al planeta.
Dentro de esta espiral, si un Gobierno renuncia a pagar la deuda deja automáticamente de recibir nueva financiación, por el temor de los prestamistas al impago. La situación se convierte, entonces, en un bucle del que es difícil escapar. Además, ningún país está, a priori, a salvo de esta trampa. En el sur de Europa esta situación es bien conocida. Durante la crisis financiera, en el 2011, España se vio forzada por Bruselas a reformar el artículo 113 de la Constitución para establecer un principio de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera para imponer límites al endeudamiento y vincular la deuda pública al déficit público. En Grecia, en el 2015, se llegó a organizar un referendo sobre las condiciones impuestas por la troika para rescatar la economía del país. Los griegos votaron por un mayoritario rechazo del 61,37 % a las condiciones de austeridad que traía aparejado el plan. Pero la comunidad financiera internacional hizo caso omiso a esta circunstancia y siguió adelante con el rescate.
Alianza internacional
Entre los eventos que están tratando este problema en la cumbre de la ONU, este martes se celebró uno conjuntamente entre España y Sudáfrica, dedicado a la sostenibilidad de la deuda en el Sur Global. En el encuentro, Pedro Sánchez defendió que «la arquitectura de la deuda necesita un cambio profundo». «La deuda puede ser una trampa que perpetúe la pobreza», zanjó el presidente del Gobierno.
El jefe del Ejecutivo también anunció que España ha promovido una alianza que reúna acreedores, deudores, bancos y organismos multilaterales y bancos de desarrollo. Uno de los objetivos pasa por otorgar mayor representatividad a los países del llamado Sur Global, que en la actualidad están excluidos de los foros de acreedores.
En este plan participarán también el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de Desarrollo de Asia y el Banco Africano de Desarrollo, así como el Banco Europeo de Inversiones, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Una coalición internacional que busca acelerar la inclusión sistemática de cláusulas de suspensión de deuda en los instrumentos financieros públicos y privados, que permiten suspender temporalmente los pagos de deuda ante eventos extraordinarios como desastres naturales, crisis alimentarias o emergencias sanitarias.
España y Brasil proponen mayor tributación global para los superricos
c. cándido
España y Brasil ponen el foco en la tributación de los grandes patrimonios para contribuir a una mayor redistribución de la riqueza. Este es el objetivo que se han marcado ambos países para impulsar a nivel mundial una mayor tributación de los superricos. En una iniciativa conjunta presentada en el marco de la cumbre de la ONU en Sevilla, el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, avanzó ayer la necesidad de conocer los beneficios que están detrás de los instrumentos que se usan en muchos lugares del mundo: cuentas financieras, información sobre inmuebles o intercambio de información sobre activos.
El Gobierno español se marca un plazo de tres meses para impulsar un debate internacional para garantizar la progresividad y la eficiencia en todos los sistemas fiscales con el objetivo de reducir la desigualdad social en el mundo. En este período avanzará un plan de acción que sirva de punto de partida para que cada país pueda avanzar a su ritmo. Gascón avanzó que en las fases intermedias cada país tendrá que tener su propio registro, para lo que será necesario ofrecer asistencia técnica a aquellos que así lo precisen. «No podemos analizar a una persona rica como si fuera una persona única en el mundo, hay que analizar su entorno, su estructura societaria», señaló.
España llama a los gobiernos que estén dispuestos a avanzar para formar una «coalición» desde la que trabajar juntos y en la que será necesario el impulso político. «Hay países que tenemos cierta experiencia en el gravamen de los patrimonios y de la riqueza, podemos aprender de los éxitos y los fracasos», afirmó. Antes, hay que ver el punto de partida de cada país. «Necesitamos conocer más sobre la concentración de la riqueza, necesitamos estadística y cuánto están pagando realmente los más ricos. La estadística va a ser crucial», enfatizó.
Sistema tributario progresivo
La propuesta planteada por España y Brasil parte de la necesidad de abordar el problema de la desigualdad extrema y lograr una mayor redistribución de la riqueza a través de un sistema tributario progresivo y justo donde paguen más quienes más tienen. En este sentido, el texto de la iniciativa recuerda que actualmente el 1 % más rico del mundo posee más riqueza que el 95 % de la humanidad. Cabe recordar que en la reunión de líderes del G20 en el 2024 en Río de Janeiro se alcanzó por primera vez un acuerdo colectivo e histórico para cooperar en la implementación de una agenda tributaria efectiva para los HNWI (personas de alto patrimonio).
La declaración presentada por España y Brasil sostiene que si no se toman medidas «la desigualdad extrema seguirá aumentando, socavando el crecimiento, la sostenibilidad y la confianza pública en la democracia». Según ha apuntado Hacienda, una de las causas de esta creciente desigualdad es la baja contribución de las personas con un alto patrimonio, quienes a menudo disfrutan de tasas impositivas efectivas significativamente más bajas que el promedio de los trabajadores o ciudadanos.
Para corregir esta situación, la propuesta pretende incentivar y orientar a diferentes países a sumarse a la iniciativa y abordar las deficiencias políticas, administrativas y de datos, y garantizar que las personas con un alto patrimonio tributen de forma más eficiente conforme a su riqueza. «Para ello es necesario impulsar una cooperación internacional en foros multilaterales que permita promover y facilitar la implementación de reformas basadas en la evidencia y experiencias en curso sobre la tributación de grandes fortunas en diferentes países», se remarca en el texto.