Sócrates niega las amistades con sus presuntos corruptores que le atribuye el fiscal

B. Suárez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

José Sócrates, a su llegada al Tribunal Criminal de Lisboa
José Sócrates, a su llegada al Tribunal Criminal de Lisboa ANTONIO COTRIM | EFE

Reconoció que, tras su mandato, intercedió para que algunos empresarios portugueses accedieran a gobernantes de terceros países

10 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Si las dos primeras sesiones del juicio de la operación Marqués estuvieron marcadas por las hostilidades entre el ex primer ministro portugués José Sócrates y la jueza, Susana Seca, la tercera comenzó este miércoles con el acusado justificándose: «No entiendo la actitud [hostil] de la señora jueza; quizá se deba a mi personalidad impulsiva», dijo a los periodistas a la entrada del Tribunal Criminal de Lisboa.

Ya en la sala, Seca preguntó a Sócrates sobre la relación con su primo, el también imputado José Paulo Pinto de Sousa, que le habría ayudado a blanquear los sobornos recibidos para favorecer, desde el Gobierno, a empresas lusas. Sócrates dijo que apenas se frecuentaban y que no sabía que su pariente tuviera cuentas en Suiza.

El político sí reconoció que, en los tres años posteriores al fin de su mandato, intercedió para que algunos empresarios portugueses accedieran a gobernantes de terceros países; así lo hizo para que el grupo Lena —una de las empresas sospechosas de haberlo corrompido— se reuniera con el vicepresidente de Angola.

La vida sexual de Salazar

Asimismo, se discutió la relación personal entre Sócrates y Henrique Granadeiro, presidente de otra de sus supuestas corrompedoras, Portugal Telecomunicaciones (PT), para lo que la acusación solicitó escuchar varios audios comprometidos, en los que ambos bromeaban sobre la vida sexual del dictador luso António Oliveira de Salazar. «He perdido el respeto al fiscal», dijo Sócrates.

Precisamente, la víspera, el político había desmentido su trato de favor al Grupo Espírito Santo para la adquisición de PT, argumentando que no tenía ninguna relación de cercanía con su presidente, el banquero Ricardo Salgado. La acusación volvió a rebatirlo, con una grabación en la que el ex primer ministro felicitaba las fiestas navideñas al empresario: «Quiero darle un abrazo de buenas fiestas, de recuerdo, para que mis amigos no me olviden. Soy muy amigo suyo, muy amigo de Ricardo», se oye a Sócrates, que arguyó que no debía interpretarse literalmente. Además, frente al argumento de que desconocía la residencia de Ricardo Salgado, la acusación mostró pruebas de que había estado en su casa, con él y con Granadeiro.