Muere mientras su mujer se hacía una resonancia magnética por no quitarse un collar metálico
INTERNACIONAL

Ocurrió en un centro médico del condado de Nassau, en Nueva York. El hombre, de 61 años, entró en la sala donde la máquina estaba en funcionamiento, siendo arrastrado por el campo magnético
21 jul 2025 . Actualizado a las 13:05 h.Una resonancia magnética es un examen médico no invasivo que utiliza un campo magnético fuerte y ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos y tejidos del cuerpo. Una herramienta de diagnóstico muy útil pero ante la que se deben tomar precauciones. La más importante, dada la potencia del magnetismo empleado, es que el paciente se despoje de cualquier elemento metálico, ya esté en su ropa o se trate de otros objetos como joyas, piercings, relojes o gafas. Los accidentes relacionados con el uso de estas máquinas son escasos, pero pueden llegar a ser muy graves. En 2001, en un centro médico de la ciudad de Nueva York, un niño de seis años murió por una fractura de cráneo provocada por una bombona de oxígeno que estaba en la misma sala donde se le hacía la resonancia. Ahora, 24 años después, de nuevo en el estado de Nueva York, ha ocurrido un accidente similar.
Un hombre de 61 años que portaba un collar de metal ha fallecido en el centro Nassau Open MRI en Westbury, Long Island. El departamento de Policía del Condado de Nassau señala que el hombre accedió sin permiso a la sala donde estaba funcionando la máquina. «El hombre llevaba una gran cadena metálica alrededor del cuello, lo que hizo que fuera arrastrado hacia la máquina en un episodio calificado de accidente médico», recoge la BBC declaraciones de las autoridades policiales.
«Me dijo adiós con la mano y luego todo su cuerpo se quedó flácido» indica Adrienne Jones-McAllister, esposa de Ketih, la víctima de este terrible accidente, a la cadena local News 12 Long Island. Según su relato era a ella a quien le estaban haciendo la resonancia magnética por un problema de rodilla. Le pidió ayuda para levantarse de la máquina a su marido, que llevaba una cadena de 9 kg con un candado que usaba para hacer pesas: «En ese instante, la máquina lo giró, lo atrajo hacia adentro y llegó a la resonancia magnética».
Aunque un técnico en la misma sala intentó alejarlo, fue inútil. «Les digo: "Podrían apagar la máquina?"», explicó en televisión. «Llamen al 911. Hagan algo. ¡Apaguen esta maldita máquina!».
Los campos magnéticos de las resonancias convierten cualquier objeto que contenga metal, como unas llaves, unos pendientes o un móvil, en proyectiles. Las autoridades médicas inciden en no acceder con nada metálico a salas donde estén funcionando estas máquinas de diagnóstico.