Las limitadas pausas de Israel no frenan las matanzas junto a los puntos de ayuda
INTERNACIONAL

Al menos 31 gazatíes perdieron la vida desde la madrugada pese al parón
27 jul 2025 . Actualizado a las 21:43 h.Después de que el Ejército israelí cediese el sábado —aparentemente— a la presión internacional y anunciase pausas humanitarias para la entrada de ayuda en Gaza, mató a al menos 31 gazatíes. Once de ellos murieron durante la madrugada del domingo, mientras esperaban la llegada de camiones con comida cerca del puesto militar de Zikim, en las afueras de la ciudad norteña de Beit Lahia, según confirmó el Hospital Al Shifa. Otro centro, el Al Awda, informó de otros nueve muertos junto a un punto de distribución gestionado por la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), en las proximidades del asentamiento de Nuseirat, en el centro de la Franja. En el sur, cerca de otro punto de la GHF, fallecieron otros seis palestinos, y cinco más por un bombardeo en Ciudad de Gaza.
Esa GHF, de propiedad estadounidense-israelí, lleva meses en los titulares internacionales por masacres junto a sus centros de ayuda. Las pausas humanitarias a las que accedió Israel, de diez de la mañana a ocho de la tarde, no cambiaron las cifras, si bien es cierto que el Estado hebreo tuvo cuidado de limitar las zonas libres de bombas a tres: Ciudad de Gaza —bombardeada, con cinco muertos—, Deir al Balah y Al Mawasi. El Ejército no se ha pronunciado sobre los ataques.
Bajo el zumbido de los misiles, eso sí, entraron en el norte del enclave 35 camiones de la ONU tras cinco días retenidos. El primer convoy, de diez, entró a las siete menos veinte de la mañana y fue asaltado por decenas de gazatíes desesperados. Hacia las ocho y media entró un segundo grupo de diez, también asaltado. Lo mismo sucedió con los dos convoyes restantes, de diez y cinco camiones, vaciados por la población hambrienta mucho antes de llegar a su destino. Uno de estos asaltos, cerca del paso fronterizo de Zikim, fue el que dejó once muertos.
Aunque a los convoyes humanitarios se unieron lanzamientos de ayuda desde el aire (25 toneladas) por parte de Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, la medida no es suficiente. Así lo denunciaron las autoridades gazatíes, que informaron de seis víctimas más de la crisis de hambre, al tiempo que Hamás acusaba a Benjamin Netanyahu de buscar «blanquear su imagen» mientras la invasión continúa.
Como si hubiese escuchado al movimiento islamista, el primer ministro israelí proclamó que «no habrá más excusas» para que el Estado mantenga su ofensiva sobre la Franja, después de implementar «rutas seguras» para los convoyes de ayuda. «La ONU está mintiendo. Dice que no permitimos la entrada de suministros, pero sí se permite. Hay convoyes protegidos y hoy es oficial», dijo. También anunció la construcción de una gran tubería desde Egipto para llevar agua a la población gazatí.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Turk, pidió a los países participantes en la conferencia sobre Palestina que empieza este lunes en Nueva York «incrementar la presión» sobre Israel. El canciller alemán, Friedrich Merz, pidió a Netanyahu un alto el fuego, más pasos sustanciales y aumentar el acceso de suministros. El ministro de Exteriores británico, David Lammy, se unió a las quejas por el plan de ayuda, que tachó de insuficiente. Los lanzamientos aéreos y las pausas, dijo, llegan tarde y «por sí solos no pueden aliviar las necesidades de quienes sufren desesperadamente en Gaza». También se pronunció el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, quien aseguró que España está lista para enviar todo lo necesario al enclave.
Amenaza a Jamenéi
Más allá de la Franja y los gazatíes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, apuntó ayer a Irán. Concretamente, a su ayatolá y líder supremo, Alí Jamenéi: «Quiero mandar un mensaje claro al dictador Jamenéi: si sigues amenazando a Israel, nuestro largo brazo alcanzará Teherán de nuevo y con más fuerza aún. Y esta vez a ti personalmente. No amenaces, no sea que te hagas daño».