Parte de la comida lanzada desde el aire en Gaza acaba en el mercado negro
INTERNACIONAL

Críticas a la distribución de ayuda en aviones por ser cara y ineficaz
02 ago 2025 . Actualizado a las 20:11 h.El drama y la desesperación convertido en negocio. Algunos de los paquetes con alimentos que el Gobierno español lanzó el viernes desde aviones en paracaídas sobre el territorio de Gaza acabaron en el mercado negro y a precios desorbitados, unos noventa euros por ración. Las bolsas contienen 24 galletas, café, chocolate, frutos secos y zumos. Varias oenegés y la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) están en contra de este modo de distribución de ayuda humanitaria por ser «caro, insuficiente e ineficaz». Aunque no ha habido confirmación oficial hasta ahora, lo más probable que esta práctica se extienda con parte de los cientos de toneladas de alimentos que se seguían lanzando en la zona. Ayer, por ejemplo, un avión A400M que partió desde Jordania lanzó más de una veintena de palés con productos básicos en la zona, procedentes de Alemania.
Además, según varias fuentes, parte de la comida no llega a los más necesitados. Los paquetes caen en muchas ocasiones en zonas que Israel considera de guerra. Pisar ese suelo conlleva el peligro de ser tiroteado. Algunos envíos son cogidos por milicianos. Funciona la ley del más fuerte. Y la ayuda se convierte así en un negocio destinado al mercado negro.
Philippe Lazzarini, director de la UNRWA, considera que estos lanzamientos de comida son una «cortina de humo». Esta agencia de Naciones Unidas ve como solución a la hambruna la entrada en Gaza de 500 ó 600 camiones diarios, como antes de que Israel impusiera el 2 de marzo un bloqueo a la ayuda humanitaria. El pasado domingo, Tel Aviv abrió una espita, pero ni siquiera acceden a la Franja un centenar de tráilers por jornada. Cada camión puede transportar 25 toneladas y cuesta 2.150 euros; un avión se queda en 10 toneladas y su precio se eleva a 300.000 euros.
«Una gota en el océano»
Tras la pausa humanitaria decretada por Israel a finales de julio, España, Alemania, el Reino Unido y Francia iniciaron el envío de comida distribuida con aviones y lanzada en paquetes con paracaídas. El Ministerio de Exteriores dirigido por José Manuel Albares movilizó 12 toneladas de alimentos, «una gota en el océano», como él mismo reconoció, al tiempo que reclamaba la apertura de las fronteras para el tránsito de camiones de forma regular.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo se encargó de los vuelos en coordinación con el Ministerio de Defensa y con las fuerzas armadas de Jordania y la Organización Caritativa Hachemita. Las autoridades jordanas fueron las encargadas de seleccionar los puntos sobre los que se lanzaron los paquetes con suministros.