Detenido por profanar la tumba al soldado desconocido de París encendiendo un cigarro con la llama a modo de mechero
INTERNACIONAL

El ministro francés del Interior calificó lo ocurrido de «indigno y miserable». El autor de los hechos, según «LeFigaro» es un sintecho de origen marroquí con una larga lista de antecedentes
07 ago 2025 . Actualizado a las 14:07 h.Honrar a los militares caídos en combate y que no pudieron ser identificados es el objetivo de las llamadas tumbas al soldado desconocido, un monumento que tienen muchos países no solo a modo de homenaje a las víctimas y sus familias, sino para servir a la memoria colectiva de los conflictos bélicos. Una de estas tumbas, quizás la más conocida, en la ubicada en el Arco del Triunfo de París, la capital de Francia. «Aquí descansa un soldado francés que murió por su patria», puede leerse en la lápida, coronada por una llama, en recuerdo de los soldados franceses muertos en la Primera Guerra Mundial.
Tan simbólico lugar fue profanado por un hombre, ya detenido, que el pasado lunes se encendió un cigarrillo con la llama de este elemento patrimonial, ante la atónita mirada de ciudadanos franceses y turistas.
Las imágenes de este hecho acabaron siendo compartidas y criticadas en redes sociales, también por el ministro del Interior de Francia, Bruno Retailleau, que además de dar cuenta del arresto, consideró el acto como «indigno y miserable». El hombre se saltó la barrera de protección cigarro en boca, se agachó sobre la llama, y la empleó a modo de mechero para poder fumar. Se le acusa de «violación de sepultura, tumba, urna o monumento edificado en memoria de los muertos», hechos que ha acabado reconociendo a la Policía tras su detención.
Según el diario Le Figaro, es un sintecho de nacionalidad marroquí con una larga lista de antecedentes judiciales, entre ellos violencia, robo de coche, deterioro de bienes o injuria pública racista. Otras fuentes apuntan a que además de las consecuencias penales que se determinan, se le vería revocado su permiso de residencia permanente.
En 1920, un año después del término de la Primera Guerra Mundial, se enterraron bajo el Arco de Triunfo los restos de un soldado francés muerto en la contienda que no estaba identificado en homenaje de todos los caídos y tres años después se encendió por primera vez la llama para que no se les olvidara.