El gallego Rodrigo Paz Pereira da la sorpresa y acaba con 20 años de hegemonía de la izquierda en Bolivia

INTERNACIONAL

El candidato centrista disputará la segunda vuelta electoral con el derechista Jorge «Tuto» Quiroga a mediados de octubre
18 ago 2025 . Actualizado a las 21:41 h.Apenas unas decenas de personas se concentraban en la madrugada de este domingo en el Paseo del Prado de La Paz para asistir al discurso del gallego Rodrigo Paz como ganador de la primera vuelta de las elecciones bolivianas. La sorpresa ha sido mayúscula y ni siquiera había habido tiempo de cohesionar a la militancia. Muchos ni habían adquirido sus banderas de Bolivia y los vendedores ambulantes hacían su particular agosto en la zona.
El candidato centrista apenas registraba un 3 % de los votos en los sondeos y ha acabado imponiéndose al resto de contrincantes recogiendo apoyo por el hastío de la población con la crisis económica y las luchas intestinas de la izquierda que han acabado por borrarla del mapa dos décadas después de su llegada al poder. Se impuso con el 32 % de los votos y se batirá en la segunda vuelta de mediados de octubre con el derechista Jorge Tuto Quiroga, que recibió el 27 %.
Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz (1989-1993) y de la española Carmen Pereira Carballo, nació en Santiago de Compostela hace 57 años durante el exilio de sus padres, perseguidos por sus actividades políticas durante las épocas de las dictaduras militares en Bolivia.
El progenitor fundó en los años 70 el socialdemócrata Movimiento Revolucionario de Izquierda (MIR) en el que también militó el ahora candidato. Rodrigo Paz desarrolló después su carrera política en Tarija, una región clave en la industria gasística nacional, siendo diputado, alcalde y senador. Planea acabar con las empresas públicas deficitarias y abaratar las importaciones para paliar la grave crisis económica que azota a un país que registró un 24 % de inflación interanual en julio, la mayor desde el 2008.
«Queremos retomar la fuerza productiva, necesitamos estabilizar, generar gobernabilidad, generar un cambio en la economía para que la economía sea de la gente y no del Estado», señaló durante su mitin de la victoria entre los gritos de las personas que reclamaban a voces «gente nueva» y que el candidato no se venda.
Recibió durante la noche electoral el importante apoyo de Samuel Doria Medina, el empresario que quedó en tercer lugar con el 20 % de los votos. «Es una ruptura con veinte años de injusticia, de corrupción, de abuso de poder, en el que el pueblo nunca ha sido partícipe», dijo a La Voz Biviana Miranda, una comerciante presente en el mitin de la victoria de Rodrigo Paz. «Era necesario que hubiera un cambio por la humillación de nuestros hijos, profesionales que no tenían trabajo y la esperanza llegó para ellos de nuevo», señaló otra participante, Bárbara Mamani, refiriéndose a la crisis económica.
Las elecciones han supuesto la pérdida de la hegemonía de la izquierda tras dos décadas de victorias. Las luchas intestinas entre el expresidente Evo Morales (2006-2019) y el actual mandatario y antiguo aliado, Luis Arce, han dinamitado las opciones del progresismo, muy afectado también por la crisis. Con Arce fuera de los comicios, el primer candidato izquierdista en el conteo fue Andrónico Rodríguez, en cuarto lugar con un 8 % de los votos.
El contrapoder
Morales, atrincherado en Cochabamba por una orden de detención en su contra, fue inhabilitado en junio por el Constitucional, que falló que nadie podía ser presidente durante más de dos mandatos. Los resultados han demostrado que continúa siendo el líder de la porción mayoritaria de la izquierda y el principal contrapoder en Bolivia. Más de 1,2 millones de bolivianos siguieron su directriz y votaron nulo un 19 %.
Esa opción, eso sí, ha acabado relegando a la izquierda a la irrelevancia parlamentaria, dejando a la derecha con mayorías para reformar leyes esenciales. Ha paso de tener mayoría en ambas cámaras a apenas contará con cuatro a seis diputados en la Cámara y ningún escaño en el Senado.
Desde su bastión en Cochabamba, el evismo probablemente continuará siendo un actor clave y podría ser foco de movilizaciones teniendo en cuenta que el nuevo gobierno tendrá que hacer recortes y que prácticamente nadie cree que la crisis pueda solucionarse a corto plazo.