Israel mata al primer ministro de los hutíes

pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Ahmed al Rahawi en una imagen de archivo.
Ahmed al Rahawi en una imagen de archivo. Khaled Abdullah | REUTERS

Los líderes europeos arropan a la Autoridad Palestina tras el veto de EE.UU. para la cumbre de la ONU

31 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los hutíes reciben su golpe más duro en décadas. Ayer, los rebeldes de Yemen confirmaron la muerte de su primer ministro, Ahmed al Rahawi, en el ataque de Israel sobre el palacio presidencial de la milicia el pasado jueves. Su ejecución se cobró también la vida de varios de sus ministros, según informó el propio grupo.

«Anunciamos el martirio el jueves del muyahidín Ahmed Ghaleb al Rahawi, primer ministro del Gobierno de Cambio y Construcción, junto con varios de sus colegas ministros [sin especificar cuántos]», aseguró en un comunicado el presidente del buró político de los hutíes, Mahdi al Mashat. Según el Canal 12 israelí, las Fuerzas de Defensa de su país todavía evalúan si en el ataque fueron abatidos el resto de ministros de Al Rahawi, 12 en total. Las fuerzas también creen que el jefe del Estado Mayor, Muhammad Abd Al Karim Al Ghamari, podría haber sido abatido en la reunión que mantenía el primer ministro con su gabinete.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, citó un pasaje del Antiguo Testamento para advertir a los rebeldes yemeníes de las consecuencias de más ataques sobre su país: «Después de la plaga de las tinieblas viene la plaga de los primogénitos».

Aunque el ataque se cobró la vida de Al Rahawi, los hutíes designaron para sustituirle a Mohamed Moftah, quien era de facto líder del Gobierno de Saná. Si bien la milicia acordó con la Administración Trump dejar de atacar barcos que circulasen por el mar Rojo y el estrecho de Adén, no aprobaron frenar el intercambio de misiles con Tel Aviv. Este punto propició una serie de ataques que desde principios de la semana pasada, se cobró la vida de al menos 10 personas y dejó unos 120 heridos en la capital de Yemen en respuesta a los misiles lanzados por los hutíes.

Fricciones diplomáticas

Irán pierde así capacidad de maniobra frente a Israel, que podría verse aún más agravada si el plan de desarme de Hezbolá en el Líbano consigue prosperar. Pero con independencia de lo que pase en los frentes de guerra, en los despachos también se desarrolla la guerra.

La cita para inaugurar el 80º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York el próximo septiembre arrancará manchada. La decisión de EE.UU. de vetar la intervención del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, recibió el rechazo frontal de la mayoría de la comunidad internacional y de la propia entidad, que arroparon al dirigente árabe y defendieron su derecho a intervenir ante el resto de Estados.

«A la luz de los acuerdos de sede existentes entre las Naciones Unidas y su estado anfitrión, instamos a que se reconsidere esta decisión», citó en un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, a la que se adhirieron líderes como Pedro Sánchez —que vio «injusta» la medida de Washington— o el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, que aseguró que «una reunión de la Asamblea General no debería tener ninguna restricción de acceso».

Por su parte, la ONU destacó que tratará el asunto con Washington, especialmente habida cuenta de «la próxima reunión sobre la solución de dos Estados que Francia y Arabia Saudí organizarán al inicio de la Asamblea General».

El Departamento de Estado de EE.UU. considera que los miembros de la ANP sancionados recibieron el veto por el «incumplimiento de sus compromisos» y por «socavar las perspectivas de paz» en la región, a pesar de que la Autoridad Palestina siempre destaca por su inmovilismo, lo que le vale cierta impopularidad en Cisjordania a Fatah, el partido de Abás.

Igualmente, el Acuerdo de Sede de la ONU obliga teóricamente a EE.UU. a no impedir el acceso a miembros observadores.