Israel inicia la guerra de los rascacielos en Ciudad de Gaza y aniquila dos torres en 24 horas

Mikel Ayestaran / M. Pérez ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Palestinos en el lugar en que un ataque aéreo israelí destruyó por completo un edificio residencial este sábado.
Palestinos en el lugar en que un ataque aéreo israelí destruyó por completo un edificio residencial este sábado. DAWOUD ABU ALKAS | REUTERS

Más de 900.000 civiles sobreviven en un lugar donde mueren al día decenas de personas por los bombardeos o por el hambre causada por una guerra que sigue sin freno

06 sep 2025 . Actualizado a las 22:11 h.

Israel ha puesto en marcha la guerra de los rascacielos en Ciudad de Gaza. El Ejército destruyó ayer la torre Al-Susi, al sudoeste de la capital, donde sostiene que Hamás había instalado un cuartel de vigilancia. El ataque es una continuación del sufrido 24 horas antes por el edificio Mushtaha, inmueble de notable altura reducido a escombros con el argumento de que en la parte superior tenían su base varias células de combatientes islamistas.

El rascacielos ha recibido el impacto de los misiles de aviones israelíes y se ha hundido en segundos en medio de una nube de polvo y humo. Se desconoce aún si hay víctimas. Alrededor de la torre había un campamento de tiendas de campaña. Las Fuerzas de Defensa habían avisado a primera hora del sábado a la población que debía desalojar Gaza City y dirigirse a una nueva zona de seguridad en Khan Jounis.

Las fuerzas israelíes persiguen la eliminación de todos los edificios altos de Gaza City para contrarrestar a Hamás, cuyos observadores aprovechan los pisos superiores para controlar el desplazamiento de los israelíes.

La invasión de la capital es un elemento nuevo, desconocido para el Ejército, que en estos casi dos años de guerra había hecho incursiones limitadas en la ciudad. Los asesores militares del Gobierno consideraron antes de esta operación que sería necesario adoptar todas las tácticas de guerrilla urbana en este despliegue, entre ellas el control de las alturas.

La operación toma mayor velocidad a medida que pasan las horas. Israel ha montado una nueva zona aparentemente segura junto a Khan Jounis con tiendas de campaña, medicamentos, alimentos e infraestructura sanitaria con el objetivo de conducir allí y al campamento de Al-Malwasi a los 900.000 civiles que quedan en la capital.

Pese a las mejoras que Israel asegura haber realizado, el nuevo enclave «humanitario» se encuentra en una zona devastada por la guerra, que continúa sin freno. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, aprovechó el día 700 de operación militar en la Franja para anunciar el viernes la apertura de «las puertas del infierno» en Ciudad de Gaza. 

Katz ha compartido en redes sociales un vídeo con el momento en el que los misiles impactaron en la torre Mushtaha, de más de doce pisos, y la redujeron a escombros. «Comenzamos», ha escrito. Poco después ha advertido de que «una vez que la puerta se abre, no se cerrará».

Vídeos de rehenes vivos

Por su parte, los islamistas han conmemorado los 700 días de guerra con la publicación de un vídeo en el que aparecían dos rehenes vivos y uno de ellos leía ante la cámara un mensaje: «Esto es todo lo que queremos, solo queremos que termine, queremos volver con nuestras familias. Por favor, llévennos de vuelta». La madre de uno de los cautivos, Matan Angrest, ha denunciado este sábado que anoche recibió una llamada telefónica anónima en la que le informaron que la vida de su hijo corría un «peligro inminente».

Mientras los medios israelíes informaban de un nuevo intento de Estados Unidos por alcanzar un acuerdo, la operación militar en Gaza entraba en el «momento decisivo», en palabras de Benjamín Netanyahu, en referencia a la invasión del mayor núcleo urbano, que el primer ministro llama «capital de Hamás».

Más de 900.000 civiles sobreviven en un lugar donde mueren cada día decenas de personas, por los bombardeos o por el hambre. 

Tras varias semanas arrasando barrios como Zeitoun o Sheikh Radwan, el Ejército ha dado un paso más y ha puesto en su punto de mira los edificios más altos de la ciudad, grandes bloques que servían de refugio para cientos de familias. Por la mañana, previa orden de evacuación, acabó con la torre Mushtaha y a las pocas horas ordenó la salida de otro bloque de 16 pisos. La explicación del Ejército es que se trata de «infraestructura de Hamás», sin aportar prueba alguna.

Una línea roja

Las autoridades del Estado israelí sueñan con el plan de Donald Trump para convertir Gaza en la Riviera de Oriente Medio, previa expulsión de dos millones de palestinos. Washington trató en su momento de convencer a egipcios y jordanos para acoger a los gazatíes, pero ambos países mantienen una negativa firme. «El desplazamiento no es una opción, es una línea roja, y no permitiremos que suceda», ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, quien ha explicado que esa maniobra «significa la liquidación y el fin de la causa palestina, y no hay fundamento legal, moral ni ético para desalojar a la gente de su patria».

Estas palabras no han sentado bien a Netanyahu y su oficina ha emitido un comunicado en el que ha acusado a sus aliados egipcios de preferir «encarcelar en Gaza a los residentes que desean abandonar la zona de guerra contra su voluntad». Según el texto, el primer ministro israelí defiende «la libre elección de cada individuo para decidir dónde vivir. Este es un derecho humano fundamental en todo momento, especialmente en tiempos de guerra». El jefe del Ejecutivo israelí olvida que la inmensa mayoría de habitantes de Gaza son refugiados que fueron expulsados de sus tierras en 1948 y 1967.