Trump se enfrenta a la ONU: «Tenemos que solucionar los problemas que crean ellos»

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Donald Trump en su discurso ante Naciones Unidas.
Donald Trump en su discurso ante Naciones Unidas. Mike Segar | REUTERS

El presidente de EE.UU. aconseja a Europa «acabar» con la política de «fronteras abiertas» y asegura que no habrá un Estado palestino porque sería «una recompensa» para Hamás

23 sep 2025 . Actualizado a las 23:08 h.

Ya adelantaba en su intervención el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que nos encontramos en un mundo «de guerras». La 80ª Asamblea General tiene el foco puestas en ellas. En Gaza, en Ucrania, y en las que están por venir. Pero el presidente estadounidense, Donald Trump, cargó duramente contra el organismo para asegurar que «solucionamos los problemas» que Naciones Unidas «genera». Y se erigió no solo como pilar de la seguridad mundial, sino como referente ideológico de un modelo antimigratorio, que rechaza el cambio climático y que combate el narcotráfico con potencia antiterrorista. Un modelo a imitar, según el magnate, especialmente por Europa.

El secretario general de la ONU ya anticipó un futuro difícil para el globo porque «hemos entrado en una era de perturbación temeraria y sufrimiento humano implacable». Las guerras de Ucrania y Gaza, entre otras, coparon también el discurso de la presidenta de la institución, Annalena Baerbock, que aseguró, en un contexto de violaciones a la legislación internacional constante, que «no es la Carta [de la ONU] la que falla. La Carta solo es tan fuerte como la voluntad de los Estados Miembros de defenderla. Imaginen lo mucho peor que sería [el mundo] sin las Naciones Unidas».

El multimillonario, no obstante, se desmarcó del discurso de los líderes de la ONU y arrancó su intervención colgándose medallas ante los «fracasos» de la Administración Biden y la propia Organización para lograr la paz. «He puesto fin a siete guerras interminables», aludió Trump mientras enumeró los acuerdos de paz en Camboya, TailandiaKosovo, Armenia, Egipto, Iran y la República democrática del Congo. Todos ellos logros, según dijo, que se alcanzaron por su capacidad negociadora y ante la pasividad de las Naciones Unidas.

«Es una lástima que tuve que hacer estas cosas en lugar de que las hiciera Naciones Unidas. Y tristemente, en todos los casos, Naciones Unidas ni siquiera intentó ayudar en ninguno de ellos. Terminé siete guerras, traté directamente con los líderes de cada uno de estos países, y ni siquiera recibí una llamada telefónica de la ONU ofreciendo ayuda para cerrar los acuerdos», aseguró. Según Trump, Naciones Unidas «crea problemas que nosotros tenemos que solucionar». Y mencionó la inmigración hacia EE.UU. como ejemplo de un conflicto que el organismo internacional «financia y crea». «Se supone que deben frenarlas», avisó.

Las dos guerras pendientes

Pero también admitió que hay guerras que se le resisten. Gaza y Ucrania están muy lejos de la paz. Sobre la primera, el mandatario republicano advirtió a Hamás de que «liberen a todos los rehenes». Y eso implica «a todos, los vivos y los muertos», de un solo golpe y sin negociaciones por un alto el fuego. Porque según el dirigente, «las negociaciones pueden empezar» cuando el grupo islamista se desarme y devuelva a los cautivos de los ataques del 7 de octubre del 2023.

Además, aseguró que la ola de reconocimientos del Estado Palestino supone «una recompensa para Hamás», que ha rechazado «ofertas generosas para poder poner fin a la guerra». Aunque no mencionó el sabotaje de las negociaciones por parte de Israel con su ataque a la cúpula del partido-milicia en Doha ni la resistencia de Netanyahu para no dialogar sobre este asunto a pesar de las presiones internas que recibió del Ejército.

El presidente norteamericano agregó que Irán «es el principal promotor del terrorismo internacional» y que gran parte de la responsabilidad del genocidio en Gaza es suya. Pero también agregó que «no se puede permitir» que el régimen de los ayatolás «tenga armas nucleares» y que su gabinete ha trasladado a Teherán una oferta para que acaben con su programa de enriquecimiento de Uranio, el cual «han rechazado», aunque no mencionó nada acerca de las consecuencias que tendrá.

Sobre Ucrania, Trump admitió que «creía que iba a ser la guerra más fácil de solucionar» por su relación con Vladimir Putin, pero acabo admitiendo que «las guerras dan sorpresas». Y a pesar del bloqueo a los envíos de armamento que mantuvo su Administración hasta hace pocos meses, culpó a «China, la India y los países europeos» que compran petróleo ruso de los avances de Moscú. Sobre los Estados del Viejo Continente, aseguró que «es absurdo» que «financien una guerra contra ellos mismos» e instó a la UE a adoptar medidas y posiciones «unidas» con Washington para coordinar una mejor respuesta contra el Kremlin.

Por último, Trump hizo una valoración de la seguridad en su país y reseñó que la política de migración cero, la expulsión de presos del país hacia cárceles de El Salvador, el despliegue de la Guardia Nacional en varios puntos del país y la guerra contra los carteles de la droga han hecho que, en siete meses de Gobierno, EE.UU. sea el lugar «más seguro del mundo».

Pero a estos logros le siguieron reproches hacia el resto del mundo, y especialmente hacia Europa, por apostar por una agenda progresista que «destruirá» sus países, especialmente por la inmigración. «Europa está en peligro y nadie hace nada para evitarlo. En Londres quieren imponer la sharia [la ley fundamentalista islámica]. Vuestros países se van al infierno. Acabad con el experimento de fronteras abiertas», cerró.

Progreso contra «trumpismo»

Sobre Venezuela, aseguró que EE.UU. ha «empezado a usar al poderoso Ejército para destruir a los terroristas venezolanos y las redes de tráfico que dirige Nicolás Maduro», pero alertó al resto de países de los riesgos que supone «el experimento de fronteras abiertas». «Sus países se van al infierno», aseguró para agregar que las políticas de energía verde, la pérdida de valores cristianos y la alianza con países que «compran petróleo a Rusia» como China o India explican la crisis por la que atraviesa Europa.

Su discurso antiprogresista topó con el del presidente brasileño Lula da Silva, con quien mantuvo estas semanas unas tensas relaciones por el juicio y condena de su aliado Jair Bolsonaro. El actual dirigente argumentó en contra que la ONU se encuentra «en jaque» por la presencia de «fuerzas antidemocráticas» que se reflejan en «atentados contra la soberanía, sanciones arbitrarias e intervenciones unilaterales». Un dardo a Trump y sus socios al que añadió que «un único veto, el de Estados Unidos, es el que obstruye las aspiraciones de paz del pueblo palestino. Por ello, recomendó unidad: «Necesitamos liderazgos con visión clara, que entiendan que el orden internacional no es juego en las sombras».

A pesar de las diferencias, ambos líderes acordaron una reunión para la semana que viene. Hubo «química», según el dirigente. La misma que con Macron, que vivió un inusual suceso cuando se trasladaba por Nueva York y tuvo que llamar a su homólogo cuando una comitiva cortó las calles: «Todo está bloqueado por tu culpa», bromeó Macron por teléfono con Trump.

Un histórico «derecho»

Varios líderes de Oriente Medio también intervinieron en la Asamblea General con Gaza en el foco. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró que «la humanidad ha tocado fondo» con la cuestión palestina porque «en Gaza no hay una guerra. No hay dos bandos equiparables. Un bando tiene todas las capacidades tecnológicas, en el otro hay civiles inocentes».

Por su parte, el rey de Jordania, Abdalá II, volvió a insistir en que la autodeterminación palestina es un «derecho», y no una «recompensa» a Hamás, como dijo Trump. «¿Cuánto tiempo pasará antes de que exijamos los mismos estándares a todas las naciones? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que reconozcamos a los palestinos como personas que aspiran a las mismas cosas que ustedes y yo… y actuemos en base a ese reconocimiento?», aseguró en su intervención.