Cinco muertos en un tiroteo en una iglesia mormona en Míchigan, incluido el tirador

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

El templo fue pasto de la llamas, en un incendio provocado por el tirador que fue abatido por la policía. El FBI lidera la investigación «como un acto de violencia selectiva».

29 sep 2025 . Actualizado a las 08:43 h.

Un tiroteo en una iglesia mormona en la localidad de Grand Blanc, en el estado de Míchigan, ha dejado cinco muertos, entre ellos el tirador, y el templo en llamas, según informó el Departamento de Policía de la localidad. El pistolero, identificado como Thomas Jacob Sanford, de 40 años, incendió intencionadamente la iglesia.  

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Grand Blanc celebraba una misa dominical en la que participaban cientos de fieles, según explicó en rueda de prensa el jefe de policía local, William Renye, cuando sobre las 10.25 un hombre embistió con un vehículo la puerta principal de la iglesia antes de abrir fuego con un rifle de asalto.

De acuerdo con las autoridades, el hombre, que usó un rifle de asalto, estuvo en la Marina entre junio de 2004 y junio de 2008, donde fue mecánico y alcanzó el rango de sargento. También ha trascendido que durante su carrera militar Sanford, que era de la cercana localidad de Burton, recibió varios premios, entre ellos la Medalla de Buena Conducta de la Marina, la Medalla de la Campaña de Irak, la de Servicio en la Guerra Global contra el Terrorismo y la de Servicio de Defensa Nacional, destacó NBC.

Sanford chocó su automóvil contra la iglesia, tras lo cual abrió fuego y luego la prendió en llamas. En el lugar del tiroteo se encontraron unos tres dispositivos improvisados.

Paul Kirby, de 38 años, que se encontraba en la iglesia cuando ocurrió el tiroteo, explicó al diario neoyorquino que salió del templo tras escuchar lo que parecía una explosión. Entonces vio a unos diez o veinte metros a un hombre salir de su vehículo y comenzar a disparar contra la gente. Una bala atravesó la puerta de cristal que estaba cerca de él y un trozo de metralla le dio en una pierna. Acto seguido entró en la iglesia, reunió a su familia y a otras personas y salió corriendo por una puerta trasera. «Nunca había estado tan asustado», confesó Kirby.

La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, informó de que agentes del FBI se desplazaron al lugar de los hechos. «Tal violencia en un lugar de culto es desgarradora y escalofriante. Por favor, únanse a mí en orar por las víctimas de esta terrible tragedia», añadió.

El director del FBI, Kash Patel, puso la agencia a disposición de las autoridades locales y definió el suceso como un acto «cobarde y criminal». El Departamento de Policía declaró que aún no dispone de los nombres de las víctimas e instaron a la población a permanecer alejada de la zona.

Por su parte, el presidente Donald Trump aseguró estar siguiendo la situación y condenó el ataque. «Esto parece ser otro ataque dirigido contra los cristianos en los Estados Unidos de América. La Administración Trump mantendrá informada a la opinión pública, como siempre hacemos. Mientras tanto, RECEN por las víctimas y sus familias. ¡ESTA EPIDEMIA DE VIOLENCIA EN NUESTRO PAÍS DEBE TERMINAR, DE INMEDIATO!», escribió. 

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