Las diferencias internas entre los islamistas elevan la incertidumbre, mientras Netanyahu se desmarca de Trump y descarta un Estado palestino
30 sep 2025 . Actualizado a las 22:29 h.El liderazgo político y militar de Hamás ha comenzado a estudiar el plan de veinte puntos pactado por Donald Trump y Benjamín Netanyahu para poner fin a la guerra en Gaza sin contar con el movimiento islamista, a pesar de que supone su rendición. El documento ya está en manos de su delegación en Doha (Catar), pero su decisión puede tardar varios días debido a la compleja comunicación entre los líderes que están dentro de Gaza y lo que están fuera. Trump les dio este martes «tres o cuatro días» para responder, ampliando el plazo de 72 horas que figura en el punto 4 de su propuesta. Y advirtió que si rechaza el acuerdo, «lo pagará con el infierno».
El anuncio de la cadena CBS News, citando a una fuente próxima a la negociación, de que el grupo islamista se inclinaba por aceptar los términos del plan estadounidense se desvaneció con el paso de las horas, con las declaraciones de altos cargos de Hamás a medios como la BBC. En la cadena británica, un alto cargo anunció el rechazo del plan de paz por considerar que «sirve a los intereses de Israel» e «ignora los del pueblo palestino», además de considerar poco probable que Hamás acepte desarmarse y entregar sus armas. El comandante Ez al Din al Haddad se mostró a favor de seguir lucha en Gaza. En las últimas semanas, los miembros del movimiento islamista que están fuera de la Franja se han visto marginados de las negociaciones, al no tener el control directo sobre los rehenes israelíes.
Las diferencias internas en Hamás elevan la incertidumbre sobre cuál será respuesta. Catar se muestra optimista, pero cree que es demasiado pronto para especular sobre el resultado, en palabras de Majed al Ansari, portavoz del Ministerio de Exteriores. Algo que refrendo el primer ministro Mohamed bin Abdulrahman, bajo la premisa de que el plan presentado «aún necesita aclaraciones y detalles adicionales» que se tienen que «negociar». Ante la pregunta de los periodistas sobre si Hamás tiene margen para la negociación, Trump respondió: «No mucho».
Habrá que esperar a ver si Turquía, Egipto y Catar ejercen la presión suficiente sobre Hamás para que acepte el plan de paz. Este martes estaba prevista una primera reunión en Doha entre los negociadores islamista y las delegaciones turca y catarí. Los 20 puntos de la propuesta chocan con muchas de las exigencias de Hamás, a parte de promover su desaparición, a lo que hay que unir su animadversión a que Tony Blair juegue un papel clave en la nueva autoridad transitorias.
Desmarque de Netanyahu
Tampoco ayuda el desmarque de Netanyahu al plan de Trump nada más salir de la Casa Blanca. En un vídeo en las redes sociales, el primer ministro afirmó que las Fuerzas de Defensa de Israel «permanecerán en la mayor parte del territorio» de la Franja y que «de ninguna manera» aceptara un Estado palestino. «Ni siquiera está escrito en el acuerdo», asegura pese a que en el punto 19 se habla de avanzar hacia la creación de dicho Estado.
El plan de paz ha sido ampliamente acogido por los líderes de todo el mundo al verlo como una oportunidad para poner fin al genocidio en Gaza. La misma Autoridad Palestina lo recibió con satisfacción, pero una alto cargo de Al Fatah adoptó un tono radicalmente diferente y describió la propuesta como un «documento de rendición» impuesto a los palestinos sin su consentimiento.
Mientras la guerra continuaba en Gaza, dejando este martes más de 40 muertos —entre ellos un comandante de Hamás que participó en el ataque del 7-O), y la Flotilla Global Sumud, situada a unas 120 millas náuticas de la Franja, esperaban en breve la intervención de las fuerzas israelíes. Un comando especial naval, la unidad Shayetet 13, será el encargado de incautar los barcos y arrestar a su ocupantes.