El cable roto del funicular siniestrado en Lisboa no cumplía la normativa para el transporte de personas

INTERNACIONAL

El elevador se precipitó cuesta abajo y chocó contra un inmueble. En el accidente murieron 16 personas el pasado 3 de septiembre
20 oct 2025 . Actualizado a las 22:11 h.El cable de seguridad subterráneo que unía las dos cabinas del Elevador da Glória, que el 3 de septiembre sufrió un accidente en el que murieron 16 personas, «no cumplía con la especificación en vigor» de la empresa pública que opera este transporte. Además, el certificado de inspección elaborado por el fabricante de este cable especifica que «no puede ser utilizado» con enganches como los de este funicular.
Son dos de las principales conclusiones que arroja el informe pericial preliminar sobre el accidente, elaborado por el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes con Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), y que las atribuye a «diversos errores acumulados en su proceso de adquisición, aceptación y aplicación». El cable, que presentaba una composición diferente a la habitual, sorprendió a algunos trabajadores, que lo hallaron más flexible de lo normal durante la instalación. Sin embargo, los autores inciden en el carácter provisional del informe y destacan que «no se puede, en este momento, afirmar si influyó en la rotura, o qué influencia tuvo, la utilización de este cable inapropiado».
Sin embargo, son contundentes en cuanto al proceso de mantenimiento, una labor que había sido externalizada hace más de una década y que se realizaba por la misma empresa desde el 2019. El informe reconoce que la rotura del cable no hubiera sido posible de detectar a simple vista, en las revisiones diarias, pero pone en tela de juicio los protocolos utilizados y que las tareas registradas como cumplidas se correspondiesen con las efectivamente realizadas.
Se confirma así la principal hipótesis de que el siniestro se produjo debido a que el cable de seguridad, que une las dos cabinas del funicular en un sistema de contrapesos, se soltó de una de ellas, que se precipitó en caída libre.
El informe indica, también, que el conductor del vehículo reaccionó según el protocolo y realizó las maniobras necesarias para detener la caída. Sin embargo, «el sistema de frenado de las cabinas no fue eficaz para inmovilizarlas, a pesar de que en la cabina 1 todos los existentes, automáticos y manuales, fueron accionados», dice el documento.
Por último, el GPIAAF deja en evidencia al Estado portugués: «La situación contrasta marcadamente con la realidad [de Estados homólogos a Portugal] donde la mayoría de los funiculares están sujetos al cumplimiento de normas técnicas y a la supervisión periódica por parte de las autoridades nacionales o regionales». Desde el accidente, todos los funiculares de Lisboa están inactivos.