Estados Unidos despliega su mayor portaviones en el Caribe en plena crisis diplomática con Colombia y Venezuela

La Voz

INTERNACIONAL

Alyssa Joy | EFE

Trump acusa al presidente colombiano de ser un «matón y mal tipo que produce mucha droga», y amenaza con tomar «medidas muy severas» contra su país

25 oct 2025 . Actualizado a las 10:45 h.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha anunciado el despliegue en aguas del Caribe de su mayor portaaviones, el USS Gerald R. Ford, en el marco de un refuerzo militar para intensificar la lucha contra las organizaciones transnacionales dedicadas al narcotráfico. La decisión llega en medio de una fuerte escalada diplomática y retórica entre Washington y varios gobiernos de América Latina, en particular Colombia y Venezuela.

«Una mayor presencia de fuerzas estadounidenses en el área de responsabilidad del United States Southern Command (USSOUTHCOM) reforzará la capacidad de Estados Unidos para detectar, supervisar y desmantelar actores y actividades ilícitas», afirmó el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, a través de redes sociales.

Según indicó, el despliegue tiene como objetivo «fortalecer las capacidades existentes para desmantelar el narcotráfico» y «reducir la actividad de organizaciones criminales transnacionales en la región latinoamericana».

Operativo militar y choque con Venezuela

El anuncio se produce horas después de un operativo estadounidense que acabó con la muerte de seis tripulantes de una narcolancha presuntamente vinculada a la organización criminal venezolana Tren de Aragua, según confirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

La operación ha tensado aún más la relación entre Washington y Caracas. Según Europa Press, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha autorizado a la Central Intelligence Agency (CIA) a operar en Venezuela, mientras que su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, ordenó el despliegue indefinido de tropas y recursos en cinco provincias, ampliando la movilización original de 15.000 soldados tras el primer ataque contra embarcaciones.

Trump y Petro cruzan acusaciones

En paralelo, la tensión entre Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha escalado tras un intercambio de declaraciones que incluyó insultos directos del mandatario estadounidense, quien calificó a Petro de «matón y mal tipo que produce mucha droga» y amenazó con adoptar «medidas muy severas» contra Colombia si no frenaba sus críticas hacia Washington.

La crisis se agravó este viernes, cuando la Office of Foreign Assets Control (OFAC), dependiente del United States Department of the Treasury, incluyó a Petro, a miembros de su entorno familiar y a altos cargos de su Gobierno en la llamada «lista Clinton» de sanciones antinarcóticos. Entre los designados se encuentran la primera dama,Verónica Alcocer, su hijo Nicolás Petro y el ministro del Interior Armando Benedetti.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, acusó a Petro de «permitir el crecimiento de los cárteles de la droga» y de «otorgar beneficios a organizaciones narcoterroristas» bajo su plan de ‘paz total', lo que habría derivado, según Washington, en niveles récord de cultivo de coca y producción de cocaína.

Desde Bogotá, Petro calificó las sanciones de «arbitrarias» y aseguró que Estados Unidos ha decidido «aliarse con la mafia» en Colombia. «Yo siempre pensé que era una colaboración mutua de dos repúblicas que se trataban como iguales (...). Creí que nos podíamos ayudar francamente, sin trampas», señaló el presidente colombiano durante la ‘Marcha por la Paz, la Soberanía y la Democracia', celebrada el viernes en la capital.

«Esto no es más que la decisión del Gobierno de Estados Unidos de escoger como su aliado en Colombia a la mafia y atacar a quien la combatía», afirmó. Petro también rechazó las acusaciones sobre un aumento en la producción de cocaína y destacó las cifras históricas de incautaciones durante su mandato, recordando que el mayor crecimiento de cultivos ilícitos se produjo durante el gobierno de Iván Duque.

La medida implica el bloqueo de los bienes de los sancionados en territorio estadounidense y prohíbe a ciudadanos o entidades estadounidenses realizar transacciones con ellos.

La combinación de movimientos militares y sanciones económicas coloca a la región en un escenario de alta tensión. Mientras Washington refuerza su presencia en el Caribe con un despliegue sin precedentes, tanto Caracas como Bogotá endurecen su discurso, alertando de una «injerencia» que podría desestabilizar aún más la zona.

Expertos en relaciones internacionales advierten de que esta crisis podría marcar un nuevo punto de inflexión en la política estadounidense hacia América Latina, en un contexto de rivalidad geopolítica creciente y de tensiones internas por la lucha antidrogas.