Algunas propuestas para evadirse con la lectura en vacaciones
21 dic 2011 . Actualizado a las 14:38 h.Último día de la primera evaluación. «¡Por fin!», suspiran aliviados los estudiantes (y sus profesores), tras un intenso trimestre de clases, exámenes y trabajos escolares. Se acabaron los madrugones, las explicaciones interminables, los libros... ¿También los libros?
Sería un error decirles adiós también a ellos en estas vacaciones, que van a durar dos semanas y media, 18 días, más de medio mes. Tiempo más que suficiente para disfrutar de las celebraciones familiares, estrenar los videojuegos que trajo Papá Noel, estar con los amigos, dormir hasta tarde, empacharse de dulces navideños, jugar tardes enteras a la Wii... y leer más de un libro. Justo ahora, cuando los niños tienen más tiempo y están más relajados, es el momento ideal para enseñarles a disfrutar de la lectura en su tiempo de ocio. Padres y madres pueden hacerlo, por ejemplo, acordándose de estas sencillas ideas:
1. Hablemos de libros. Anima a tus hijos a que hablen de libros, a que escojan algunos títulos para pedírselos a los Reyes Magos y a que comenten sus personajes, temas o autores favoritos.
2. No seamos aburridos: variemos un poco. Intenta que durante todas las vacaciones tus hijos tengan a su disposición todo tipo de lecturas en diferentes formatos: periódicos, novelas, libros de poesía, de humor, de viajes, de recetas, cómics...
3. Esa tarde fría y lluviosa, a la biblioteca. Reserva al menos una tarde para visitar la bebeteca o la biblioteca (según su edad). Si ya son mayores para ir por su cuenta, anímalos a que lo hagan.
4. Cada día, un ratito. Apaga la televisión, el ordenador, la Wii o lo que haga falta. Pero encuentra un momento del día para que tus hijos tengan tiempo de disfrutar leyendo. Con 20 minutos al día es suficiente.
5. Leer... y también escribir. Anímalos a que escriban algo sobre lo que están leyendo, como una ficha del libro, una pequeña crítica o un simple listado de lecturas realizadas.
6. Es un placer, no una obligación. No te obsesiones con conseguir que lean. A veces parece una tarea imposible. Es mejor que compartas con ellos tu experiencia personal y que te escuchen decir cosas como «¡Cuánto he disfrutado leyendo este libro!» o «¡Qué ganas tengo de que alguien me regale este otro!».