Los colonos helenos llevaron a la Magna Grecia su idea de ciudad, su arte y sus dioses, la vid y el olivo
15 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El 15 de noviembre se recuerda al dominico Alberto Magno porque fue en este día de 1280 cuando falleció. El patrono de los científicos es conocido con ese calificativo (en inglés también como Albert the Great) no solamente por su buena talla, como relataron quienes le conocieron, sino también por la amplitud y grandeza de su legado. Su magna obra, considerada como la mejor síntesis de la cultura medieval, fue publicada en 21 volúmenes a comienzos del siglo XVII, y resulta un trabajo enciclopédico que recoge numerosas traducciones, comentarios y revisiones del saber antiguo, fundamentalmente de Aristóteles. Son especialmente interesantes sus aportaciones a la lógica, mineralogía, meteorología, geología, botánica, zoología, metafísica, psicología y antropología. Su influencia en el desarrollo de la escolástica, directa y a través de su discípulo Tomás de Aquino, fue enorme. Otro doctor de la Iglesia así calificado es Gregorio Magno, que fue elegido papa a finales del siglo VI, a quien se ha atribuido (con dudoso motivo) la recopilación del canto llano utilizado en la liturgia de la Iglesia católica, que por ello de hecho se denomina canto gregoriano.
Unos siglos antes de que existiera la Iglesia vivió Alejandro Magno (356-323 antes de Cristo), que fue rey a los 20 años, tras el asesinato de su padre Filipo II, quien ya había convertido Macedonia en toda una referencia del mundo heleno. El rey Filipo encomendó la formación de su hijo adolescente al mismísimo Aristóteles de Estagira, del cual recibió enseñanzas durante cinco años. Alejandro sería magno por potenciar el intercambio cultural tras sus hazañas y conquistas, que alcanzaron el Imperio persa y llegaría hasta el río Indo por el este y por el sur a Egipto, donde fundó la más famosa de las Alejandrías, la ciudad que tenía en su faro una de las maravillas de la Antigüedad y albergaba la biblioteca más grande del mundo, que llegó a poseer más de un millón de volúmenes.
La Magna Grecia a la que se refiere Borges en su cita es anterior también a Alejandro Magno. En concreto, los historiadores romanos dieron este nombre al sur de la península itálica junto con la isla de Sicilia, en cuyas costas los colonos helenos fundaron, entre los siglos VIII y VII antes de Cristo, algunas de las polis con las que estaban sembrando de riqueza y cultura el Mediterráneo. Allí llevaron su idea de ciudad, su arte y sus dioses, el cultivo de la vid y del olivo. La llamaron así (Magna Graecia) por su grandeza económica y cultural en comparación con la Grecia misma. Además de Siracusa, patria de Arquímedes y de quien Cicerón dijo que era «la mayor ciudad griega y la más hermosa de todas», es famosa la ciudad de Síbaris, símbolo del lujo y la abundancia, por la magna exquisitez de sus habitantes.
He dejado para el final a Carlomagno (Carolus Magnus), el rey de los francos, que a caballo entre los siglos VIII y IX poblaban los territorios de todo el centro de Europa, donde llegó a constituir un imperio que incluía hacia el sur los territorios fronterizos con Al Ándalus, en lo que se llamó Marca Hispánica. Siguiendo la senda de su padre Pipino el Breve, Carlomagno fue un rey católico con muy buena relación con el papado, y llegó a ser coronado emperador por León III, en un episodio emblemático de si es más importante el que corona que el coronado. Se convirtió en líder de la cristiandad en Occidente y dio un fuerte apoyo a los monasterios como centros de enseñanza, idea por cierto encomiable en un hombre analfabeto, como la inmensa mayoría de los de su tiempo, pero que admiraba el aprendizaje que llevaba al conocimiento, el arte, la literatura y la arquitectura. Carlomagno fue el primer rey, tras la desaparición del Imperio romano, en gobernar un territorio tan extenso. Algunos lo llaman el padre de Europa.
P. S. Hoy las citas de la relación también son magnas. Su longitud -no era fácil reducirlas sin perder contundencia- hace que solo pueda haber espacio para dos. Pero tienen enjundia y actualidad, ¿no es cierto?
Palabras con historia
Unos quinientos años antes de la era cristiana se dio en la Magna Grecia la mejor cosa que registra la historia universal: el descubrimiento del diálogo. [...]Algunos griegos contrajeron, nunca sabremos cómo, la singular costumbre de conversar. Dudaron, persuadieron, disintieron, cambiaron de opinión, aplazaron.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
Los españoles teníamos aún una conquista que lograr: que ya no cumplía a España ir surcando mares en busca de tierras desconocidas, al encuentro de razas a las que sojuzgar, que no teníamos que poner el ímpetu desbordante del genio español al servicio de las armas en la conquista de países extranjeros; pero que teníamos otra magna conquista que realizar. ¿Cuál? Conquistar a España.
Indalecio Prieto (1883-1962)
actividades
1. Allá por los años cincuenta del pasado siglo comienza a darse importancia en España al tema de la imagen. Es entonces cuando la empresa La Toja, que entonces era gallega, lanza al mercado el jabón Magno, de color negro, forma ovalada y tamaño grande. Son tres características para afirmar una identidad. Indica tres propiedades que crees dan identidad de marca a:
- una mochila
- una pasta de dientes
- unos caramelos
2. Los oficios litúrgicos cantados en gregoriano son expresión de solemnidad, como la que acompaña a los actos que las universidades celebran en las aulas magnas. En estas ocasiones se suele entonar el himno en latín «Gaudeamus igitur», una canción estudiantil del siglo XVIII sobre la brevedad de la vida. Pon ejemplos de actos que se celebren en las aulas magnas.
3. De las 70 ciudades que fundó Alejandro Magno, 50 llevaban su nombre. ¿Qué otros motivos sirven para dar nombre a las ciudades? Busca ejemplos en Galicia.
4. Ordena cronológicamente todos los personajes Magnos citados en el texto y coloca entre ellos a Alfonso III el Magno, rey de Asturias y último rey de la Galicia altomedieval.
5. Haz un mapa de la península ibérica en tiempos del reinado de Alfonso III el Magno.