Dejar la píldora anticonceptiva: «Si has notado retención de líquidos por tomarla, puede revertirse»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

La píldora combinada es la alternativa más popular en cuanto a anticoncepción oral.
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Además de la protección frente al embarazo, la anticoncepción oral está indicada para tratar diversas enfermedades y problemas, como la endometriosis, los miomas uterinos o el síndrome premenstrual

15 may 2024 . Actualizado a las 15:04 h.

¿Estás a punto de empezar a tomar la píldora? ¿La has tomado durante años y te estás planteando dejarla? La anticoncepción oral salió al mercado a mediados de la década de los sesenta y desde entonces ha supuesto una verdadera revolución, convirtiéndose en una opción popular no solo para prevenir el embarazo, sino para tratar una amplia variedad de síntomas, patologías y enfermedades asociadas a los cambios hormonales que se dan a lo largo del ciclo menstrual.

Sin embargo, a pesar de todos sus usos, sus beneficios y sus efectos adversos siguen siendo motivo de controversias y mitos, sobre todo si no se recibe información sobre qué esperar cuando se empieza o se abandona la toma. Exploramos estas preguntas, analizamos todo lo que tienes que saber si estás empezando a tomar estas pastillas y te contamos qué hacer para dejarla de manera segura, ya sea que busques un embarazo o quieras cambiar de método anticonceptivo.

Anatomía de la píldora

Las píldoras anticonceptivas pueden ser de dos tipos. Están, por un lado, las que se basan únicamente en gestágenos, que son las indicadas para personas fumadoras o lactantes. Y por otro lado, están las píldoras combinadas, que son las más populares. «Esas píldoras tienen dos componentes: por un lado, el estrógeno y, por otro, el gestágeno, con una doble misión. Una es frenar la estimulación del ovario para que no crezcan folículos, y la otra es tener un aporte hormonal adecuado para que no se produzcan complicaciones por falta de estrógenos o progesterona», explica el doctor Luis Rodríguez Tabernero, ginecólogo y presidente de la Sección Esterilidad e Infertilidad de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego).

La mayoría de los envases de píldoras anticonceptivas en la actualidad contienen entre 21 y 28 comprimidos. Así, el tratamiento establece en el cuerpo un ciclo de tres semanas de toma, seguidas de una sin hormonas (que puede ser con la toma de placebos o sin tomar nada). En esta semana es cuando se produce el sangrado que las pacientes identifican con la regla; aunque no es exactamente lo mismo que la menstruación en un ciclo natural, ya que no ha habido ovulación.

«La píldora simula una menstruación al final de la caja. Lo que recomendamos a las usuarias es que los blisters sean de 28 comprimidos, para que la toma se realice todos los días sin descanso, evitando que haya olvidos. Dependiendo de la píldora que vayamos a prescribir, puede contener más o menos pastillas que sean placebo, es decir, que no lleven medicación. Pero se ha visto que muchas usuarias, cuando les tocaba iniciar la siguiente caja, a lo mejor olvidaban tomar la píldora un día y solo con ese día, se puede producir una gestación. Sobre todo, en los siete primeros días de la caja, que es cuando es más fácil quedar embarazada por un olvido», explica la doctora Raquel Oliva, ginecóloga y profesora de la Universidad de Murcia.

«Por eso recomendamos establecer un hábito y tomar la píldora a la misma hora todos los días a la misma hora. No hay una hora obligatoria para todas las personas, pero yo recomiendo tomarla después de la comida, porque suele ser la ingesta que más frecuentemente se mantiene en las mujeres y hay un porcentaje pequeño de personas que son sensibles a los estrógenos, tomándola con la comida se tolera mejor», añade la experta.

«Las píldoras han evolucionado mucho desde las primeras formulaciones. Siempre se ha intentado bajar la dosis mínima eficaz para que se reduzcan los efectos secundarios, a la vez que se han ido cambiando los tipos de estrógenos usados en algunas y, sobre todo, se ha cambiado el tipo de gestágeno», señala Rodríguez.

Beneficios y riesgos

Además de la protección frente al embarazo, la anticoncepción oral está indicada para tratar diversas enfermedades y problemas, como la endometriosis, los miomas uterinos o el síndrome premenstrual. «Por ejemplo, en personas que tienen menstruaciones muy dolorosas, en la mayoría de casos va a disminuir ese dolor o lo va a anular. También va a disminuir el volumen de la regla. Hay píldoras que tienen efectos de mejoría en la regularidad del ciclo menstrual, hay píldoras que mejoran el acné y el vello. Y disminuyen el riesgo de cáncer de ovario y de cáncer de endometrio», apunta la doctora Oliva.

«Hay datos de alta calidad que respaldan el hecho de que la anticoncepción oral es beneficiosa para el síndrome premenstrual. Porque estabiliza los niveles hormonales. Hay mujeres más sensibles que otras a estos cambios. Y el problema no son los niveles en un momento determinado, sino el hecho de que haya una subida pronunciada y luego una caída abrupta. El síndrome premenstrual es causado por las fluctuaciones de esas hormonas, y si las estabilizamos, desaparece», detalla la ginecóloga Jen Gunter.

Con todo, la píldora tiene riesgos que deben ser considerados a la hora de elegirla o no como método anticonceptivo. «El riesgo tromboembólico de las píldoras actuales es muy bajo. Pero todos los tratamientos estrogénicos a largo plazo pueden tener ese riesgo. Sí que es verdad que, si bien el riesgo global de las pacientes es pequeño, en chicas que llevan tiempo tomándolas y que tienen un estilo de vida sedentario, hay que ser prudentes, igual que si hay una cirugía o una intervención y hay que hacer reposo. Entonces, sí que es un factor de riesgo, pero es limitado. El riesgo de cáncer de mama también aumenta muy levemente, ya que es un tratamiento con estrógenos a largo plazo», señala Rodríguez.

Empezar a tomar la píldora

Cuando se empieza a tomar la anticoncepción oral hormonal, la mayoría de los síntomas o efectos secundarios se van a presentar durante los primeros tres ciclos de toma y, en general, tenderán a desaparecer después. «En los primeros ciclos con la píldora se puede producir un poquito de manchado, que se llama spotting, y que suele resolverse en los tres primeros ciclos», explica Raquel Oliva.

En cuanto se estabilizan los niveles hormonales en el organismo, gracias a la píldora, se anula la ovulación y con esto se suprimen las fluctuaciones pronunciadas en estas hormonas a lo largo del ciclo. Aunque esto tiene múltiples beneficios, como los ya mencionados en el dolor menstrual o el acné, también puede producir otros cambios. Puntualmente, señala Rodríguez, muchas pacientes reportan una mayor sequedad vaginal al tomar la píldora, síntoma que se acompaña de una disminución, en algunos casos, del deseo sexual.

«También podría haber una sensación de mayor hinchazón, debida al hecho de estar continuamente durante todo el ciclo con una dosis de gestágenos, cuando, en el ciclo normal, la ovulación se produce en el día 14 y a partir de ahí, durante 8 o 10 días, es la etapa premenstrual en la que los gestágenos hacen que la persona se note más hinchada o con los pechos más hinchados. Con la píldora, va a haber gestágenos durante todo el ciclo, entonces, esa sensación de hinchazón puede estar presente de manera constante», señala el experto.

Sin embargo, esto no significa que la píldora «engorde». Hay que diferenciar, en este sentido, la retención de líquidos con el aumento de peso. «Los estudios que hay sobre la evolución del peso con la píldora realmente no demuestran que haya un incremento ponderado, o bien, este es mínimo, o se da al principio y luego el cuerpo se adapta y vuelve al peso inicial. Hay que tener en cuenta que, si tú tomas la píldora durante diez o quince años, las evoluciones que se van a producir en tu cuerpo en ese tiempo pueden ser muy grandes, especialmente si empiezas a tomarla como adolescente y la dejas siendo ya una mujer adulta. El cuerpo cambia y si no tomas la píldora, igualmente lo va a hacer. Entonces, la clave son los hábitos de vida de la mujer que la toma», indica Rodríguez.

Cómo dejar la píldora de manera segura

Si tomas la píldora y por alguna razón te estás planteando dejar de tomarla, lo primero que hay que tener en cuenta es en qué momento abandonar el tratamiento. «Aunque la píldora se puede dejar en cualquier momento, lo ideal es dejarla al acabar el paquete, ya que vas a tener la regla y a partir de ahí, el propio sistema empezará a reiniciar el funcionamiento del eje hipotálamo-hipofisario-ovárico para que la mujer vuelva a tener un ciclo menstrual nuevamente», señala Rodríguez.

De todos modos, es posible dejar una caja de comprimidos por la mitad, es decir que no es necesario tomarla durante los 21 días. Es útil conocer esta información porque, por ejemplo, en caso de programar una cirugía, puede ser conveniente dejar la píldora antes de la intervención para minimizar el riesgo de trombos.

Una vez que la dejas, tienes que saber que puede que recuperes la fertilidad de manera casi inmediata. «Lo normal es que el ciclo se recupere en los tres meses siguientes a dejarla. Tienes la regla y a partir de ese momento ya no estás protegida. De hecho, hay estudios en los que se muestra que, cuando una mujer deja la píldora, en los tres meses siguientes es cuando se produce el embarazo, si no hay ninguna patología de base. Incluso hay un porcentaje muy alto de personas que al mes siguiente recuperan el ciclo natural», advierte Rodríguez.

Cabe tener esto en cuenta a la hora de buscar una gestación. «Hay gente que piensa que tiene que descansar de la píldora para quedar embarazada, pero en principio, la recomendación actual para buscar embarazo es tomar ácido fólico un mes antes de la concepción. Por tanto, no es necesario dejar la píldora al instante, sino simplemente tomar ácido fólico junto con la píldora si quieres un embarazo programado y dejarla al cabo de un mes, teniendo en cuenta que la recuperación de la ovulación se da de una a dos semanas después de la última toma de anticonceptivo», recomienda Oliva.

En algunos casos, sin embargo, puede haber una amenorrea tras dejar la píldora.c. A lo mejor, previamente habían tomado la píldora porque tenían ciclos muy irregulares, que es una de las indicaciones para las que se da más frecuentemente esta medicación: chicas que tienen desarreglos y se les prescribe la píldora. Cuando la dejan, se vuelven a producir ciclos irregulares. Pero en general, se soluciona simplemente esperando y no requiere ninguna intervención por parte del ginecólogo», explica el ginecólogo.

Los síntomas esperables al abandonar el tratamiento anticonceptivo oral están relacionados principalmente con el hecho de reanudar la ovulación y, por tanto, las fluctuaciones hormonales que se dan cada mes. «Si tenemos acné o vello y estamos utilizando la píldora, que tiene efecto antiandrogénico, esos síntomas pueden volver. Si es una persona que ha notado retención de líquidos por el gestágeno, puede revertirse ese cambio», señala Oliva. También es probable que las menstruaciones sean más dolorosas y abundantes a raíz de haber dejado la píldora.

Por último, si dejas este tratamiento pero necesitas otro método anticonceptivo, puede ser buena idea consultar con el médico para que indique cuáles pueden ser las posibilidades. «El preservativo es siempre una opción adecuada, sabiendo que ofrece protección frente a las enfermedades de transmisión sexual», indica Rodríguez.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.