Atul Malhotra, especialista en sueño: «Las personas que duermen cinco o seis horas suben más de peso»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Atul Malhotra es investigador en Medicina del Sueño en la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos).
Atul Malhotra es investigador en Medicina del Sueño en la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos).

El experto estadounidense participó como invitado estrella en el congreso de la Sociedad Española de Sueño (SES), donde presentó los resultados de una investigación sobre obesidad y apnea obstructiva de sueño

27 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La apnea obstructiva del sueño es una de las patologías más peligrosas que pueden afectar a la salud y a la calidad de vida de las personas. Se trata de una enfermedad que causa eventos en los que el paciente deja de respirar durante la noche, mientras duerme. La buena noticia es que existen cada vez más tratamientos para esta enfermedad asociada a la obesidad y al sobrepeso.

El doctor Atul Malhotra, director de la Unidad de Neumología, Cuidados Intensivos y Medicina del Sueño del Hospital University of California Health (UCH) y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Diego, dirigió el estudio SURMOUNT-OSA, que ha demostrado la eficacia de la tirzepatida, un medicamento para la diabetes comercializado bajo la marca Mounjaro, en el tratamiento de las apneas obstructivas de sueño asociadas a obesidad.

El experto fue el invitado estrella en la XXXII Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño (SES), celebrada en Sevilla entre el 24 y el 27 de septiembre, donde presentó los resultados de la investigación. En concreto, destacó que esta medicación ha logrado una reducción de hasta un 56 % en los eventos de apnea o hipopnea durante la noche para los pacientes, un dato alentador sobre un fármaco que ha sido catalogado por la comunidad científica como revolucionario.

—¿Qué impacto tiene el sueño en la salud metabólica?

—Hay que diferenciar entre la apnea del sueño y la privación de sueño, que es el hecho de no dormir suficientes horas al día. La apnea del sueño ocurre cuando dejamos de respirar al dormir. Y hay bastante evidencia de que la privación de sueño está asociada al aumento de peso a lo largo del tiempo. Hemos hecho un estudio hace unos años que analizó a pacientes que reportaban tener pocas horas de sueño nocturno, entre cinco y seis horas diarias. Y vimos que estos pacientes ganaban más peso a lo largo del tiempo que aquellos que dormían las horas adecuadas, independientemente de otros factores. Esto demuestra que la privación de sueño contribuye al aumento de peso.

—¿Por qué subimos de peso cuando dormimos menos?

—Hay estudios fisiológicos que han analizado la leptina, que es la hormona que suprime el apetito, y la grelina, conocida como la hormona del hambre, que promueve el apetito. Se vio que ambas hormonas están sujetas a la influencia del sueño y pueden verse impactadas por la privación de este. También se ha visto en otras investigaciones que las personas con privación de sueño, específicamente, de sueño profundo, empiezan a tener un perfil de mayor resistencia a la insulina, lo que conduce a la diabetes.

—¿Se pueden ver efectos negativos también durmiendo en exceso?

—Hay algunas investigaciones en este sentido. El exceso de sueño se asocia a problemas también, pero creemos que esta relación no es exactamente causal. Las personas que duermen 11 o 12 horas por noche suelen tener otras patologías como la depresión o como algunas condiciones inflamatorias, entonces, lo que pensamos es que no es el sueño excesivo lo que causa esos problemas, sino que parece ser un marcador de esas condiciones.

—¿Qué otros elementos, además del peso, pueden tener impacto en el sueño?

—Los tres pilares de la salud, que son el sueño, la alimentación y el ejercicio, interactúan y se influyen mutuamente. La idea es que, si descuidamos uno de estos aspectos, los otros dos van a verse perjudicados. Entonces, es importante priorizar esos tres factores. Y la luz brillante de las pantallas también puede impedir a las personas dormir. Por eso recomendamos dejar el móvil y la televisión fuera del dormitorio.

—¿Cómo debería ser la alimentación para dormir mejor?

—Lo primero es que el dormir mal es un factor que tiende a favorecer una dieta más pobre, más basada en alimentos altos en grasas saturadas y en azúcar, por estos cambios hormonales que ocurren a nivel metabólico, y a su vez, se tiende a comer más cuando se duerme peor. En términos de alimentación para ayudarnos a dormir, lo más importante es eliminar los tóxicos: el tabaco, el alcohol y el café por la noche. Cenar tarde también se asocia a una disrupción del sueño.

—¿Cómo ve el panorama de la apnea de sueño actualmente?

—Estimamos que aproximadamente hay mil millones de personas en el mundo que tienen apnea del sueño. La obesidad es el principal factor de riesgo reversible para sufrirla, aunque no todos los pacientes la sufren, se calcula que entre un 60 y un 70 % de los que vemos en las unidades del sueño por esta patología tienen obesidad.

—¿Cómo influye la obesidad en la apnea del sueño?

—Básicamente, las personas con apnea del sueño tienen despertares nocturnos porque dejan de respirar mientras están dormidas. Estas pausas en la respiración pueden deberse en muchos casos al sobrepeso. La grasa corporal se acumula en la zona que rodea a las vías respiratorias y esto puede obstruir la respiración.

—¿Cómo se llevó a cabo el estudio SURMOUNT-OSA?

—Se hicieron dos grupos de participantes. A unos se les trató con las máquinas CPAP que se usan tradicionalmente para la apnea del sueño, y otro grupo recibió tratamiento con tirzepatida. En ambos grupos se vieron mejoras en la apnea de sueño.

—¿Qué beneficios se obtienen al tratar la apnea del sueño con este enfoque basado en el peso corporal?

—Se ha visto que tratar ambas condiciones al mismo tiempo es mejor que tratar solo la apnea del sueño o solo la obesidad. Básicamente, la obesidad tiene efectos importantes en el metabolismo y en funciones físicas como la secreción de insulina. La apnea del sueño impacta más en otros aspectos, como los niveles de oxígeno o los niveles de adrenalina. Entonces, en realidad, son dos problemas separados. Tratar ambos al mismo tiempo es lo más beneficioso para los pacientes.

—¿Cuáles han sido los resultados del estudio SURMOUNT-OSA?

—Observamos el número de ceses y de reducciones en la respiración por hora de sueño, un índice que nos ayuda a entender cómo cambia la apnea con el tratamiento, y vimos que mejoraba estadísticamente y a nivel clínico con el tratamiento con tirzepatida, en comparación con el placebo. Además, analizamos una serie de efectos de este tratamiento y vimos mejoras en la presión sistólica y en la proteína c reactiva, que es un marcador de riesgo cardiovascular. También pudimos observar una disminución de la carga hipóxica, que es un indicador del tiempo, la frecuencia y la profundidad de la hipoxia nocturna provocada por la apnea. Y pudimos comprobar estos efectos a su vez en los reportes de los propios pacientes con respecto a sus síntomas, tanto durante el día como durante la noche, reportaron mejorías en sus cuadros.

—¿Cuándo deberíamos consultar con el médico por problemas del sueño?

—Generalmente, la recomendación que damos es que, si crees que puedes llegar a tener un problema, consultes con tu médico. Si roncas mucho y muy fuerte, si estás cansado todo el tiempo o si te sueles quedar dormido en situaciones cotidianas, esos son motivos de consulta. Muchas veces el roncar no se considera un problema serio y las personas incluso se lo toman con humor, haciendo bromas al respecto, pero la verdad es que es muchas veces es un síntoma de algo más severo y si roncas, debes consultar.

—¿Qué retos quedan por superar en el campo de investigación sobre el sueño?

—Es difícil entender el sueño y estudiarlo. Es complicado analizar el cerebro mientras el paciente duerme, no podemos moverlo mucho, de lo contrario, se despertaría o su sueño no sería estable. Además, durante el sueño, las diferentes regiones del cerebro se mantienen activas en distintos niveles, lo que dificulta la investigación desde un punto de vista metodológico. Por otro lado, todavía no sabemos exactamente por qué tenemos la necesidad biológica de dormir.

—¿Qué teorías hay sobre por qué necesitamos dormir?

—Una teoría es que dormimos para restaurar nuestros niveles de energía a nivel celular, pero no lo sabemos con certeza aún.

—¿Qué avances se verán en el estudio del sueño en los próximos años?

—Lo que estamos por ver son más avances farmacológicos en el tratamiento de la apnea del sueño y de sus consecuencias y sus causas. Aunque los tratamientos actuales con CPAP suelen ser bien tolerados, esto es variable. Si bien la mayoría de los pacientes responden bien, sí que hay otros que por, diferentes motivos, no. Tener opciones farmacológicas podría ayudarles, pero hace falta hacer estudios comparativos aún para saber si esto puede ser igual de efectivo que el arsenal terapéutico que tenemos actualmente para ofrecer.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.