Carmen Vidal Pan, alergóloga: «A veces son peores los estornudos que te dan conduciendo que el uso del antihistamínico»

ENFERMEDADES

La alergóloga del CHUS, Carmen Vidal Pan.
La alergóloga del CHUS, Carmen Vidal Pan. La Voz de la Salud

Recuerda que el polen provoca, esencialmente, síntomas respiratorios en los pacientes alérgicos y descarta un uso preocupante de estos fármacos entre la población

06 may 2025 . Actualizado a las 13:00 h.

Si hay una voz autorizada para hablar de alergia —que no alergias en plural, recalca nada más iniciarse la charla— es la de Carmen Vidal Pan, jefa del servicio de Alergología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Y aclara que, por mucho que persista la idea de que la primavera es el momento del año en el que los servicios de alergología reciben más pacientes, alergia hay todo el año. Le pedimos centrarnos en el polen, una pequeñísima parte de su actividad clínica sobre la que, sin embargo es capaz de recitar nombres de proteínas como si fuesen los días de la semana. Por algo es una referencia en su campo. 

—¿Hasta qué punto impacta esta alergia al polen en esta época del año?

—Si hablamos de «impactar», te diría que impacta, en primer lugar, desde el punto de vista mediático. Es decir, por vuestra culpa (ríe). Por otro lado, el paciente que tiene una alergia, por ejemplo a los ácaros, a los hongos o a los epitelios, la padece durante todo el año y sus síntomas van fluctuando. En una época los puede padecer más y, en otras, menos. ¿Pero qué le ocurre al paciente polínico? Pues que pasa de estar perfecto a, de repente, encontrarse mal. Y le ocurre, además, en una época en la que todo el mundo, con el buen tiempo, quiere salir a la calle. Y es precisamente esa circunstancia la que le provoca los síntomas. Claro, resulta chocante e impactante haber estado bien durante todo el año y que, cuando llega una época del año en la que a todo el mundo le gusta disfrutar, tú te tengas que quedar en casa porque el polen te hace daño; porque te has hecho alérgico. En ese sentido, tiene un impacto muy importante en la vida de las personas alérgicas. Pero desde mi punto de vista, como alergóloga que soy, teniendo en cuenta que el 80% de los pacientes que vienen a esta consulta son alérgicos a los ácaros del polvo y no a los pólenes, pues no me resulta tan impactante. Eso desde mi perspectiva, claro, que es distinta que la del paciente que es quien lo sufre.

—¿Hasta qué punto el polen produce una reacción exacerbada a nivel inmune? Sabemos que ingerir marisco para un alérgico a esa proteína puede, por ejemplo, llegar a situaciones de shock anafiláctico. ¿Puede el polen llegar a provocar semejantes situaciones?

—No. El polen va a producir síntomas, fundamentalmente, respiratorios. Eso sí, pueden ser respiratorios y graves, porque puede producir asma. Obviamente, una persona puede morir a consecuencia de una crisis de asma grave, pero la sintomatología que provoca la exposición al polen en los que son alérgicos al él, es, fundamentalmente, respiratoria. Puede haber picor de ojos, taponamiento y picor de nariz, ojos que se ponen rojos, estornudos e incluso te pueden picar los oídos o el cielo del paladar. Y luego, en los sujetos que, además, desarrollan asma bronquial, puede aparecer la sintomatología propia de la enfermedad: dificultad respiratoria, tos, pitidos en el pecho y opresión torácica que algunos pacientes describen como si tuvieran una coraza que les impide respirar. Pero aquí hay un detalle que es muy importante. Ocurre que los pólenes, igual que otras cosas que producen alergia, son proteínas, glicoproteínas, lipoproteínas, partículas que están en el ambiente, y que se pueden parecer a otras proteínas que están, por ejemplo, en alimentos. Particularmente, de origen vegetal. De esta forma, un paciente que tiene alergia al polen, por ejemplo al del abedul, que es el que tenemos en este momento en cifras más altas, puede presentar algunos síntomas: picor en la boca, hinchazón de los labios o, incluso, alguna reacción un poco más grave, tras comer algunas frutas y frutos secos, siendo la manzana y la avellana las más representativas para el caso que nos ocupa. Y esto es debido a que comparten con el polen del abedul una proteína y provocan lo que llamamos reactividad cruzada. 

—Pues me imagino que esto dificultará bastante el diagnóstico. Gente que se presenta en consulta asustada porque se comió una avellana o una manzana cuando el culpable era el abedul. 

—Efectivamente, esto puede suceder. Lo más frecuente es que el paciente debute con síntomas respiratorios y que posteriormente veas que también tiene problemas al comer ciertos alimentos. Pero también hay el caso de pacientes que han tenido síntomas leves, localizados en la nariz o en los ojos, y que un día, de repente, comiendo avellanas, se les hinchan los labios, les pica la boca o presentan más dificultad para respirar. Cuando escuchas esa historia y le haces el estudio, te das cuenta de que todo se debe a una reactividad cruzada con el polen del abedul. Sin embargo, curiosamente, en este ejemplo ese polen de abedul está siendo menos relevante clínicamente que las avellanas. Este tipo de cuadros confusos que me planteas en la pregunta pueden suceder. Cuando aparecen, lo primero en lo que pensamos los alergólogos es en la PR-10 que comparten ambos: polen y alimento. En el caso del polen del abedul, es concretamente la Bet v 1; y la de la manzana es Mal d 1. De esta manera podemos identificar lo que llamamos el sensibilizante primario a través de un diagnóstico molecular.  

 —¿Qué es eso de sensibilizante primario?

—Aquello a lo que, primariamente, produjo que el paciente se haya convertido en alérgico. Y que ,secundariamente, por esta reactividad cruzada, provoque que también reaccione frente a cosas.

—¿Conoce esa expresión que dice que no hay que mezclar peras con manzanas? Tiene cierta gracia que en su campo, de alguna manera, se junten manzanas con abedules. 

—En realidad, no es así. Cuando a mis alumnos les explico esto, les pregunto: ¿de dónde vienen las manzanas? ¿Es que las manzanas vienen de los abedules? No, vienen de los manzanos y no tienen nada que ver el polen del manzano con la manzana fruta. Estamos hablando de una proteína muy antigua de la escala filogenética, pero que se parecen mucho una y la otra. La explicación es tan ''simple'' como que el sistema inmunológico reacciona frente a una proteína por el hecho de que es prácticamente igual a otra. Pero no es que la manzana venga del abedul, o que un manzano se haya cruzado con un abedul.

—Dice que ahora estamos en el momento del abedul, ¿vendrán sucediéndose otras especies con otras proteínas capaces de generar alergia?. Es decir, después del abedul, ¿qué viene?

—Por supuesto, claro que sí. Por ejemplo, los pólenes de las gramíneas, que son los que vendrán después de los árboles. En el grupo de la polinización van, primero, los árboles; luego, las gramíneas; y después, las malezas o malas hierbas. Aunque dentro de las malezas, el grupo de la Parietaria, de la familia de las estrugas u ortigas para entendernos, es capaz de polinizar durante casi todo el año. Prácticamente se podría decir que no hay polen de Parietaria durante los meses de noviembre, diciembre y enero. Pero, en condiciones normales, polinizan primero los árboles, luego las gramíneas y luego las malezas. Hablando de las gramíneas, también presentan reactividad cruzada frente a una molécula llamada profilina, que está presente en muchos vegetales. Muchas veces los pacientes, cuando tienen alergia al polen de las gramíneas, notan que les pica la boca al comer ciertas frutas y vegetales. Pero normalmente se queda en eso, en picor, nada más. Por ejemplo, comen un melocotón y les pica la boca.

—¿Y por qué pasa esto?

—Pues porque la profilina es una proteína muy lábil, que se destruye muy fácilmente. Por lo que si me tomo, por ejemplo, una mermelada de melocotón, esa profilina ya está destruida y ya no va a producir síntomas. ¿Esto quiere decir que todos los alérgicos al melocotón son alérgicos a la profilina? No, porque el melocotón tiene muchas proteínas diferentes y solamente la profilina es la que produce estos síntomas. Si eres alérgico a la proteína LTP del melocotón, puedes sufrir una anafilaxia que te puede matar.

—¿Podemos desarrollar una alergia al polen en cualquier momento? 

—No solamente se puede, sino que es imposible ser alérgico a algo con lo que no se ha contactado previamente. Por tanto, es imposible ser alérgico en el primer año de tu vida. Necesitas una exposición para hacerte alérgico.

—Pero una cosa es desarrollar una alergia a los nueve años. ¿Pero puede pasar también a los sesenta?

—Sí, te puedes volver alérgico a los nueve años, a los quince, a los veinticinco o a los sesenta. También es verdad que, cuanto más joven seas, más fácil resulta hacerse alérgico.

—Hay cierta preocupación con el tema de antihistamínicos, los asociamos mucho al sueño durante la conducción. Me gustaría preguntarle por estos fármacos, ¿suelen ser seguros?, ¿estamos en consumos preocupantes?

—Depende mucho del tipo de antihistamínico. No todos tienen la misma potencia ni son capaces de provocar sueño de la misma manera. Por ejemplo, el uso de la loratadina y la desloratadina está aprobado para los pilotos de aviación. Por tanto, serán de los que menos sueño producen, pero serán menos potentes que otros. Lo que es verdad, es que los antihistamínicos llegan a inducir cierta tolerancia. Es decir, cuando tomas el antihistamínico varios días seguidos, se va disminuyendo la sensación de sueño. También disponemos de otros fármacos que se pueden utilizar, incluso de tratamiento tópico. Por ejemplo, usar el antihistamínico tópico en la nariz o utilizar un corticoide a  dosis bajas, e incluso asociaciones de los dos y antihistamínicos en los ojos. Y eso no produce sueño. Pero no hay unos consumos preocupantes, nada que diga que tenemos que alarmarnos por el uso que se les está dando. A veces son peor los estornudos que te dan conduciendo y te hacen desviar la atención de la carretera, que el uso del antihistamínico. 

—Oiga, y para esto, ¿hay vacuna?

—El tratamiento específico de la alergia respiratoria mediante vacunas es capaz de disminuir la intensidad de los síntomas e, incluso, frenar la progresión de la enfermedad. Eso sí, para que sean realmente eficaces será necesario que estén bien indicadas y que el especialista en alergia haya identificado bien ese sensibilizante primario del que hablábamos antes. Algo que, como creo que ya ha quedado claro, puede no ser tan sencillo y requiere de la atención especializada del alergólogo.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.