Una psicooncóloga analiza las palabras de Borja Sémper tras contar que padece cáncer: «El apoyo social protege del malestar mental durante el tratamiento»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección del partido.
El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección del partido. Mariscal | EFE

La experta Silvia Castellanos explica que la reacción de cada paciente es única y sus emociones deben ser validadas

16 jul 2025 . Actualizado a las 13:51 h.

El portavoz del Partido Popular, Borja Sémper, anunció este lunes que padece cáncer. Lo dio a conocer en una rueda de prensa, que tuvo lugar después de la reunión del Comité de Dirección del PP. Aunque no profundizó en el tipo de tumor que padece, explicó cómo este diagnóstico ha alterado su vida en lo personal. Sémper, que reconoce que siempre ha sentido «cierto pudor» para hablar «de estas cosas en público», entiende que hacerlo ahora es un peaje de la política, y prefiere contarlo así «antes de que se cuentan de otra manera y mal». 

El político vasco escogió un comienzo con el que muchos pacientes se pueden sentir identificados. «Llevo días intentando encontrar las palabras para contaros lo que os tengo que contar; no está siendo fácil», decía al abrir la rueda de prensa.

La comunicación de la enfermedad no es tarea sencilla. Es un quehacer que viene después del diagnóstico, y no todos los pacientes lo afrontan de la misma manera. «Es un shock inicial porque, a veces, la persona está sola y no lo espera, ya que en un principio acude al médico para recibir los resultados de una prueba rutinaria», reconoce Silvia Castellanos Cano, profesora del Máster Universitario en Psicooncología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

La detección supone un antes y un después para la vida de todos los afectados. «Primero, suele venir un bloqueo o una sensación de irrealidad, y luego, llega el miedo y la ansiedad. El paciente no conoce lo que tiene», apunta la experta, que añade: «La primera pregunta suele ser: “¿Me voy a morir”?».

Para Castellanos, la manera de contarlo de Sémper destila una gran «fortaleza» y destaca una doble lectura: «Por un lado, es una forma de decirse a sí mismo que reconoce lo que le está pasando y se permite nombrarlo; y, por otro, que no necesita fingir invulnerabilidad, que puede estar enfermo y seguir siendo un profesional», apunta la experta.

Un tratamiento exigente que hará que mi físico cambie

El político vasco compartió también que la detección ocurrió a raíz de una revisión rutinaria: «Me detectaron un tumor cancerígeno que me llevará a someterme a un tratamiento exigente que hará que mi físico cambie y que mi presencia pública se vea alterada», precisaba.

Pese a su efectividad, la quimioterapia provoca efectos secundarios, que no son iguales entre los pacientes. Este fármaco actúa sobre las células cancerígenas, que derivan de las células sanas y tienen mecanismos funcionales en común. Esto hace que, en mayor o menor medida, también les afecte y aparezcan los efectos tóxicos o secundarios sobre el resto del organismo. «Las células más afectadas son aquellas que comparten características con las células tumorales, especialmente la multiplicación celular a gran velocidad, como son las de los folículos pilosos, de la médula ósea, el tubo digestivo y el sistema reproductor», explica la Sociedad Española de Oncología Médica, en un documento, donde insiste en la idea de que, incluso en un porcentaje importante de pacientes, estos síntomas son leves o incluso inexistentes.

Los más comunes son los que, a su vez, aparecen de manera inmediata o precoz como las náuseas y vómitos, la caída del cabello, el cansancio, la anemia, la aparición de moraduras, las llagas en la boca, la sequedad de piel o el cansancio.

La mayoría desaparece después del tratamiento, aunque en ocasiones puede producir daños permanentes.

La SEOM también repara en los fármacos antidiana o terapias dirigidas, capaces de reconocer las células tumorales, y actuar sobre proteínas o mecanismos implicados en el crecimiento de estas. El objetivo es retrasar o detener el crecimiento del cáncer. En comparación a la quimioterapia, este tratamiento produce menos efectos secundarios, aunque también puede provocar algunos como toxicidad cutánea, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca o problemas gastrointestinales como la diarrea, entre otros.

Un tumor en una fase primigenia

Sémper también ha precisado que el tumor está en una fase «primigenia» y que «las perspectivas médicas van a ser razonables». El estudio de la extensión de la enfermedad se llama estadificación y las fases evolutivas en la que se encuentra el cáncer o que puede encontrarse, estadio. Cada estadio se relaciona con un pronóstico y, generalmente, a un tratamiento concreto en función del tipo de tumor. Cuanto mayor es el estadio peor es el pronóstico. Así, un estadio I corresponde a un tumor pequeño y localizado; mientras que un estadio IV, a un cáncer avanzado que alcanzado otras partes del cuerpo, cómo órganos distantes y se habla de metástasis.

En general, cuando la neoplasia se limita a una sola zona, se suele recurrir a un tratamiento local como la radioterapia o cirugía, y esas pueden resultar suficientes; sin embargo, cuando se ha diseminado, no suelen serlo.

«Vamos a intentar que en lo profesional afecte lo menos posible»

En la rueda de prensa, el portavoz del PP habló de las perspectivas que tiene en cuanto a su actividad laboral: «Esto ha alterado mi vida, sobre todo en lo personal, pero vamos a intentar que lo profesional sea lo menos posible, aunque será difícil».

Con estas declaraciones, Sémper habló del compromiso que mantiene con el partido. Castellanos explica que, en personas con puestos de alta responsabilidad, es habitual que quieran seguir trabajando. «Significa que no quiere despegarse de su normalidad, es un anclaje y una forma de preservar la identidad previa al diagnóstico», indica la experta. Una identidad que, en mayor o menor medida, tiende a cambiar.

Eso sí, seguir o no trabajando no es ni una mejor ni una peor decisión. La psicooncóloga apunta que cada paciente tiene sus ritmos, su forma de expresarlo y una manera diferente de prestar atención al cuerpo.

El apoyo del entorno

También tuvo palabras de agradecimiento para el presidente del partido, Alberto Núñez Feijoo, y el resto de dirigentes de la formación, porque estos días le han mostrado su «talla humana». Además, destacó el apoyo de su familia y amigos. Algo que, para Castellanos, resulta esencial: «El apoyo social es uno de los factores principales que protegen del malestar psicológico durante el tratamiento oncológico», precisa. Que el paciente se sienta acompañado y comprendido «reduce los posibles trastornos que puedan ocasionarse posteriormente», añade.

«La alternativa no me gusta nada»

«Espero que dentro de no demasiado tiempo podamos celebrar una recuperación y podamos celebrar mi curación, entre otras cosas porque la alternativa no me gusta nada», bromeaba, seguro de que las preguntas que a continuación le harían «nunca serán tan complicadas como el reto» que afronta.

El portavoz del PP elegía un tono sarcástico y con cierto nivel de humor entre líneas para, según la experta, rebajar la tensión del momento. «Utiliza el humor como defensa saludable y es una forma muy interesante y madura de afrontarlo», precisa la profesora de la UNIR, que detalla que esta perspectiva favorece la conexión con los demás y disminuye el riesgo de aislamiento social.

Si bien el político vasco lo ha hecho público, no se trata de una decisión que se pueda exigir a todos los pacientes. «No existe una única manera de reaccionar ante un diagnóstico de esas características tan importantes», aclara la especialista. Para Castellanos, es fundamental acompañar validando todas las emociones que la persona experimente, «sin imponer discursos como los que a veces manifestamos: “Tienes que ser fuerte o tienes que luchar”», dice. Todo lo contrario, se debe comprender tanto que la persona se sienta mal como bien.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.