Padraic Ward, CEO de Roche Farma: «La ciencia médica avanza a un ritmo sin precedentes con tratamientos antes impensables»

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Padraic Ward en Santiago de Compostela. El CEO de la empresa biotecnológica más grande del mundo firmó en Galicia un acuerdo con el Sergas.
Padraic Ward en Santiago de Compostela. El CEO de la empresa biotecnológica más grande del mundo firmó en Galicia un acuerdo con el Sergas. SANDRA ALONSO

Acaba de firmar en Galicia un acuerdo estratégico con el Sergas para abordar enfermedades de la retina

09 sep 2025 . Actualizado a las 09:44 h.

Padraic Ward llegó a Galicia directamente desde la sede del grupo Roche en Basilea (Suiza). 24 horas de intensas de reuniones —aunque también hubo tiempo para recorrer las calles del casco histórico de Santiago —, que terminaron con la firma de un acuerdo «pionero» con el Sergas, que sitúa a Galicia a la vanguardia mundial en el abordaje de las principales enfermedades de la retina, que son la principal causa de ceguera en adultos.

—El Sergas y Roche Farma acaban de firmar un acuerdo calificado como «pionero». ¿Por qué Galicia?

—El acuerdo con el Servizo Galego de Saúde no es una colaboración más, sino una alianza estratégica centrada en lo que realmente importa: el valor que generamos para los pacientes, en este caso afectados por enfermedades de la retina, y también para su entorno familiar y social. Lo que lo hace único y pionero es su enfoque, ya que se centra en transformar todas las etapas del diagnóstico, tratamiento y seguimiento de cada paciente, y en la medición del impacto real de las innovaciones. El objetivo, por lo tanto, es trabajar en el recorrido integral del paciente de principio a fin: cribado, intervención temprana, seguimiento, tratamiento y medición de resultados.

Este enfoque representa un auténtico cambio de paradigma, y para nosotros es una confirmación de nuestra visión de la innovación, que trasciende el mero tratamiento en sí y se extiende a la forma en que colaboramos para mejorar la vida de las personas. A mi juicio puede proporcionar al Sergas un modelo de gestión avanzado que alinea los intereses de todas las partes, desde la industria hasta el sistema público, para lograr una atención más eficiente y centrada en el paciente.  Este acuerdo, además, sitúa a Galicia a la vanguardia internacional en el abordaje de las enfermedades de la retina, que son la principal causa de ceguera en adultos.

—40.000 gallegos padecen Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), ¿cómo le explicamos la importancia de esta colaboración?

—La importancia de esta colaboración tiene mucho que ver con el impacto social de esta y otras enfermedades de la vista que también causan ceguera, como el Edema Macular Diabético (EMD). A los afectados por estas patologías hay que sumar a todas las personas que forman parte de su entorno y padecen también, cada uno a su manera, las consecuencias de estas enfermedades. Para los pacientes, la medición de los resultados en salud va a permitir, en primer lugar, que adopten un rol más activo en el abordaje de la enfermedad, junto con los profesionales sanitarios, al incorporar la medición de los datos de vida real al abordaje terapéutico. Los profesionales de la salud, por su parte, van a poder tomar decisiones clínicas más acertadas al contar con mucha más información. El resultado serán tratamientos mucho más dirigidos y personalizados y, tal como esperamos, con mejores resultados en términos de salud y calidad de vida, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones que puede suponer la ceguera para el día a día de cualquier persona.

 —Uno de los objetivos es medir el impacto real de los tratamientos en la vida de las personas. ¿Qué tipo de indicadores de valor van a emplear para saber si este acuerdo funciona?

—Este acuerdo va a permitir el desarrollo de proyectos concretos que medirán distintas variables, dependiendo de las necesidades del paciente y de las decisiones de los profesionales sanitarios. No puedo ser muy preciso en este momento, pero esperamos que el modelo nos permita la medición remota de aquellas variables de la vida real que más impactan la calidad de vida y el manejo de la enfermedad.

Estas variables pueden ser clínicas, como la agudeza visual o la medición de distorsiones visuales que pueden ser indicativas de la progresión de la enfermedad o relacionadas con la calidad de vida, lo que llamamos PROMs (Patient-Reported Outcome Measures), como el impacto de la enfermedad en actividades cotidianas (leer, conducir, ver la televisión, reconocer rostros…). También se podría medir el impacto en el aspecto emocional y la satisfacción del paciente con el tratamiento, así como su nivel de comprensión de la enfermedad y la adherencia al tratamiento.

La combinación de todo esto con los datos clínicos tradicionales, ofrece una imagen completa de la evolución de la enfermedad y el verdadero impacto de las intervenciones en la vida del paciente.

 —¿Ve este modelo de colaboración como un piloto exportable a otras comunidades autónomas o incluso como referencia para otros países?

 —Se trata de un acuerdo pionero que hemos alcanzado con el Servicio Gallego de Salud por la solidez de su sistema sanitario, el rigor científico de sus profesionales y el compromiso de sus gestores sanitarios. Estoy convencido de que va a ser un antes y un después en la forma de abordar enfermedades altamente discapacitantes y con un gran impacto social, emocional y personal. Por ello, personalmente, estoy muy esperanzado en que podamos exportar este modelo, dentro de no mucho tiempo, a otros lugares tanto de España como a otros países.

 —Uno de los pilares es reforzar la capacidad investigadora en oftalmología de los hospitales gallegos. ¿Qué planes concretos hay en materia de formación y creación de unidades de investigación?

 —Como indicaba antes, por ahora tenemos un acuerdo estratégico que ahora nos toca desarrollar, pero nuestra idea es colaborar con el Sergas para impulsar la formación de los profesionales sanitarios en ensayos clínicos y estudios observacionales en el ámbito oftalmológico, así como asesorar en todo lo que tiene que ver con la creación o mejora de las unidades de investigación en los hospitales del Sergas con actividad en oftalmología.

 —Es uno de los máximos responsables de Roche, una compañía con más de 120 años de historia, líder global en investigación biomédica, pionera en oncología y con una fuerte apuesta en diagnóstico, datos de salud e innovación tecnológica. Dicho esto, ¿cómo le gusta a usted explicar, en sus propias palabras, qué es Roche?

 —Han cambiado muchas cosas, yo diría que casi todo, desde que fuera fundada Roche en el año 1896, pero nuestro propósito es el mismo: trabajamos para investigar y desarrollar las mejores soluciones para mejorar la salud y la calidad de vida, tanto hoy como en el futuro, ya que siempre tratamos de anticiparnos al futuro. Nos basamos en la ciencia para lograr avances que salvan y mejoran vidas y eso, hoy, significa ir más allá del simple desarrollo de medicamentos. Roche es además la única empresa que integra bajo un mismo techo la investigación farmacéutica con el poder del diagnóstico y el análisis de los datos de salud para entender las enfermedades a un nivel molecular y ofrecer tratamientos mucho más precisos y personalizados.

«La Unión Europea es la región que más tarda en aprobar nuevos medicamentos»

Ward habla en exclusiva con La Voz de Galicia para analizar el potencial de España como «socio estratégico», mientras advierte del peligro de que Europa pierda posiciones en investigación.
Ward habla en exclusiva con La Voz de Galicia para analizar el potencial de España como «socio estratégico», mientras advierte del peligro de que Europa pierda posiciones en investigación. SANDRA ALONSO

 —Roche ha pasado de liderar en neurociencia a antibióticos, antivirales y luego oncología. ¿Dónde está ahora el “corazón” de la compañía y dónde cree que estará dentro de 20 años?

 —Es difícil hablar de los próximos 20 años porque todo va muy rápido, pero sí le puedo decir que seguiremos estando en las áreas donde podamos ofrecer un mayor al paciente y al sistema sanitario, y eso nos dibuja además un escenario donde el enfoque personalizado es cada vez más dominante. Sobre nuevas áreas, por supuesto que seguimos trabajando intensamente en oncología, neurociencias, enfermedades raras e incluso en antibióticos, pero siempre queremos aportar allí donde podemos sumar soluciones. Un buen ejemplo, en el presente, es la oftalmología, y otro es el de las enfermedades metabólicas como la obesidad.

 —España es un polo destacado en ensayos clínicos. ¿Qué áreas terapéuticas considera prioritarias para reforzar aquí en los próximos cinco años?

 —España es un socio estratégico para nosotros gracias a sus excelentes profesionales sanitarios, la solidez de su sistema sanitario, su infraestructura de investigación, el compromiso de gestores sanitarios y la involucración de los pacientes. De hecho, España es el tercer país del mundo para Roche, en términos de participación de pacientes en ensayos clínicos, solo por detrás de Estados Unidos y China, un dato que habla por sí solo. En los próximos cinco años, nos gustaría reforzar nuestra colaboración en áreas donde vemos un enorme potencial y una necesidad no cubierta: oncología, oftalmología, neurociencias o enfermedades cardiometabólicas son buenos ejemplos.

 —Roche España lleva más de nueve décadas. Más allá de la investigación, ¿qué compromisos concretos asume la compañía con la sanidad española para los próximos años?

 —En efecto, llevamos en España desde 1933, y nuestro compromiso sigue siendo estar a la cabeza en I+D biomédica para ofrecer a los pacientes españoles las mejores innovaciones posibles para sus problemas de salud, siendo además un socio estable y sólido para los distintos sistemas sanitarios. Pero también generamos empleo de gran calidad, y mantenemos un modelo empresarial de enorme valor estratégico para el país, algo que nunca sería posible sin el apoyo que recibimos por parte del propio sistema sanitario y sus gestores en un marco de colaboración público-privada.

 —¿Cómo se equilibra la necesidad de sostener sistemas públicos de salud con el altísimo coste de terapias avanzadas como las CAR-T o las terapias génicas?

 —Garantizar la sostenibilidad de los sistemas públicos de salud es una prioridad que todos compartimos, incluida la industria farmacéutica. Sin sostenibilidad, la innovación se estanca y los pacientes corren el riesgo de perder el acceso oportuno a los tratamientos que necesitan.

Creemos que es esencial trabajar en colaboración para encontrar soluciones que apoyen tanto la innovación como la sostenibilidad del sistema. Es importante ver las terapias innovadoras no solo como un coste, sino como una inversión fundamental. Al mantener a las personas sanas y permitirles seguir siendo miembros productivos de la sociedad, estos tratamientos contribuyen al crecimiento económico y ayudan a equilibrar el gasto sanitario a largo plazo.

El acuerdo aquí en Galicia es un gran ejemplo de cómo los nuevos enfoques pueden ofrecer mejores resultados para los pacientes a la vez que se apoya la sostenibilidad a largo plazo del sistema.

 —La detección precoz es y será clave; Roche cuenta con una división de diagnóstico. ¿Cuál sería, a su juicio, el próximo gran hito en diagnóstico temprano que podría cambiar la supervivencia de miles de pacientes?

 —La detección temprana es crucial y, en Roche, nuestra división de diagnóstico desempeña un papel clave. En la medicina personalizada, un diagnóstico preciso es el primer paso para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado en el momento oportuno, lo que mejora significativamente los resultados.

Nos centramos en las áreas con la mayor carga de morbilidad a nivel mundial. Las enfermedades transmisibles siguen teniendo un gran impacto, mientras que las no transmisibles, como las cardiopatías, la diabetes, el cáncer y los trastornos neurológicos, aumentan rápidamente. Estamos comprometidos a avanzar en la investigación en estas áreas críticas para abordar las necesidades urgentes de salud pública.

Aunque es difícil predecir avances específicos, creemos que las herramientas digitales y la inteligencia artificial impulsarán los próximos grandes avances en la detección temprana, ayudándonos a identificar enfermedades de forma más rápida y precisa. Al centrarnos en los desafíos de salud más urgentes, podemos marcar una verdadera diferencia en los resultados y la supervivencia de los pacientes.

 —En una década, ¿qué enfermedades cree que habrán dejado de ser crónicas o mortales gracias a terapias avanzadas?

 —Aunque es difícil predecirlo, confío en que los rápidos avances médicos, combinados con la inteligencia artificial y las tecnologías digitales, impulsarán un progreso significativo. Ya hemos visto avances notables en áreas como la oncología y las enfermedades genéticas, y este impulso alimenta el optimismo sobre lo que depara el futuro.

 —Usted ha advertido que Europa se está quedando atrás en innovación biomédica. ¿Qué riesgo real existe de que la próxima ola de descubrimientos no nazca aquí, sino en EE.UU. o Asia?

 —La posición de Europa como líder global en innovación biomédica está en riesgo. En la última década, la cuota de Europa en la investigación y desarrollo global ha disminuido de casi un 37 % en el 2010 a un 32 % en el 2020, y se proyecta que caerá aún más, hasta el 25 % en el 2030 y el 21 % en el 2040. Esto no es solo una estadística; tiene consecuencias reales para los pacientes y la economía.

Menos investigación y desarrollo significa menos ensayos clínicos y un acceso más lento a los tratamientos más recientes para los pacientes europeos. Actualmente, la Unión Europea es la región que más tarda en aprobar nuevos medicamentos, lo que amplía aún más esta brecha.

 Para seguir siendo competitivos y garantizar que los pacientes se beneficien de los avances, Europa debe actuar con rapidez para crear un entorno que apoye la innovación. Las sociedades más saludables impulsan el crecimiento económico y un futuro sostenible, y por eso esta cuestión es tan importante.

—La percepción que tiene la población de la industria farmacéutica no es positiva en un porcentaje considerable. Muchos ciudadanos opinan que su principal objetivo es maximizar beneficios más que ayudar a los pacientes. ¿Cómo responde Roche a esta creciente desconfianza? 

 —Creo que todos estamos de acuerdo en que la confianza es fundamental y que las percepciones se forman por factores complejos. En Roche, nuestro objetivo es y siempre ha sido ofrecer resultados significativos para los pacientes y la sociedad. Fomentamos la confianza a través de la transparencia: compartiendo datos clínicos y participando en debates honestos sobre el valor de nuestras innovaciones. También mantenemos los más altos estándares éticos, garantizando un acceso equitativo a los tratamientos, especialmente en regiones desatendidas.

En última instancia, nuestra meta es mejorar vidas a través de la innovación y las alianzas que crean un valor duradero para la sociedad. Creemos que la confianza se gana a través de la integridad y las acciones con propósito en todo lo que hacemos.

 —Los pacientes reclaman rapidez en el acceso a tratamientos, la administración habla de sostenibilidad y la industria de retorno a la inversión. ¿Qué mecanismos concretos cree que pueden alinear esas tres visiones para que los fármacos lleguen antes a quienes los necesitan?

 —Esta es una pregunta crucial que se encuentra en el centro de los sistemas de salud actuales. Creo que el acceso de los pacientes, la sostenibilidad del sistema y la innovación están interconectados y no son prioridades contrapuestas. Lograr los tres requiere una verdadera colaboración en todo el ecosistema de la salud.

Para los pacientes, el acceso al tratamiento es urgente y profundamente personal. Cada retraso es importante. Si bien la industria tiene un papel claro, un progreso significativo depende de que todas las partes interesadas trabajen juntas para encontrar soluciones locales que hagan llegar los medicamentos a quienes los necesitan.

Por eso, la colaboración entre los sistemas de salud, las instituciones de investigación y la industria es esencial. Cuando nos alineamos en torno a un propósito compartido, podemos hacer que la innovación llegue a los pacientes más rápido, sin comprometer la sostenibilidad a largo plazo de nuestros sistemas de salud.

 —La inteligencia artificial está cambiando la manera en que se investigan, desarrollan y aplican los tratamientos médicos. Desde la perspectiva de Roche, ¿cuáles son las áreas donde la IA tendrá un impacto más transformador en la medicina en los próximos años y cómo planea la compañía aprovecharlo?

 —La inteligencia artificial no es el futuro, es ya el presente. A mi juicio, el impacto más transformador lo veremos en la aceleración del descubrimiento de fármacos, llevando la investigación clínica a nueva dimensión por la enorme capacidad de análisis de datos que tienen estas herramientas; y en el desarrollo exponencial de la medicina de precisión.

En todo caso, en Roche ya estamos integrando la IA en todas las etapas de lo que llamamos el patient journey, es decir, todo el recorrido del paciente desde el momento del diagnóstico hasta el seguimiento una vez superada una enfermedad.

 —¿Qué lecciones personales ha aprendido tras casi 30 años en la industria?

 —En las últimas tres décadas, una de las lecciones más importantes que he aprendido es que los avances más significativos en la atención médica y los verdaderos beneficios para los pacientes solo son posibles mediante la colaboración. Los gobiernos, el mundo académico y la industria desempeñan funciones distintas, pero es cuando trabajamos juntos, aprovechando nuestra experiencia y visión colectivas, cuándo podemos crear una innovación real y duradera.

 —Si tuviera que lanzar un mensaje a los pacientes españoles que esperan un tratamiento innovador, ¿qué les diría?

 —A todos los pacientes que esperan tratamientos innovadores, quiero reconocer los desafíos a los que se enfrentan y la esperanza que mantienen. Estamos comprometidos a avanzar en la ciencia y a llevar nuevas terapias a quienes las necesitan lo antes posible.

La ciencia médica avanza a un ritmo sin precedentes, y muchos tratamientos que antes eran impensables son ahora una realidad. Junto con los profesionales sanitarios y las autoridades, Roche se compromete a hacer que estos avances sean accesibles para todos los pacientes, y acuerdos como el de SERGAS son un paso adelante en esta dirección.

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.