Todo sobre la «vacuna contra el cáncer» que desarrolla Rusia: cómo funciona, en qué fase está y quiénes podrían beneficiarse

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La vacuna contra el cáncer se encuentra en fase de ensayos clínicos.
La vacuna contra el cáncer se encuentra en fase de ensayos clínicos. iStock

EnteroMix es un fármaco formulado a base de cuatro virus genéticamente modificados que ha entrado en ensayos clínicos para el tratamiento de pacientes con tumores

26 sep 2025 . Actualizado a las 14:39 h.

Un equipo científico del Centro Nacional de Investigación Médica de Radiología de Rusia ha desarrollado un compuesto con acción oncolítica que ha bautizado como EnteroMixal que se ha definido como una «vacuna contra el cáncer». A pesar de lo que este término puede connotar, no es una vacuna en el sentido preventivo. Se trata, en realidad, de un tratamiento para pacientes que ya han sido diagnosticados. «Este fármaco está enfocado en destruir el tumor en personas que ya tienen cáncer», aclara en este sentido Marta Mosquera, farmacéutica y vocal de Analistas Clínicos del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (Cofc).

El laboratorio detrás del desarrollo de este fármaco ha dado a conocer unos resultados prometedores en los ensayos clínicos, en los que mostró efectividad en animales y en pruebas in vitro. Si bien está lejos de su distribución comercial, EnteroMix es parte de una generación de vacunas que abren la puerta para el desarrollo de nuevas terapias contra tumores.

¿Cómo funciona la vacuna contra el cáncer?

Según explican desde el Centro Nacional de Investigación Médica de Radiología de Rusia (NMRRC, por sus siglas en inglés), «este fármaco se basa en una combinación de cuatro virus no patogénicos que tienen la capacidad de destruir células malignas y, simultáneamente, activar la inmunidad antitumoral del paciente». Marta Mosquera señala que «estos no son virus tal y como los conocemos, sino que han sido editados».

«Estos virus oncolíticos, modificados genéticamente, pretenden infectar directamente las células tumorales de una forma selectiva para destruirlas», detalla el doctor Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. El experto ha participado en ensayos clínicos con este tipo de tratamientos «inyectados a nivel local el virus en la zona donde se encuentra el tumor, para que lo ataquen o estimulen la inmunidad frente a él».

El mecanismo de acción del fármaco del NMRRC se diferencia de los enfoques personalizados que utilizan otras terapias dirigidas contra el cáncer, como lo son aquellos en base a mRNA, o ARN mensajero. Estas utilizan moléculas que influyen en los tipos de proteínas que producen las células. Es el caso de algunas vacunas frente al covid-19, por ejemplo.

En concreto, en lugar de utilizar versiones inactivas de virus, las vacunas de mRNA contienen una serie de instrucciones genéticas que llegan a las células del organismo y les dan indicaciones para producir antígenos específicos que permiten al sistema inmunitario identificar amenazas para poder atacarlas. Tras la inoculación, el organismo produce anticuerpos contra el patógeno. El interés en estas terapias radica en el hecho de que son dirigidas, lo que las diferencia de los tratamientos sistémicos contra el cáncer, como la quimioterapia, que daña tanto a las células cancerosas como al tejido sano.

En el caso de EnteroMix, se utilizan virus «para destruir de manera directa el tumor y activar la inmunidad innata, mientras que las vacunas de mRNA funcionan a nivel molecular, programando una respuesta específica antitumoral para eliminar tumores específicos, en base a su perfil molecular», resumen desde el NMRRC.

Este enfoque es novedoso, además, por su naturaleza dual. «Es una inmunoterapia que produce una respuesta doble. Ataca de manera directa a la célula tumoral, pero también activa nuestros linfocitos para que la ataquen. Tiene esas dos funciones», explica Mosquera.

¿En qué fase está el desarrollo?

La 'vacuna' EnteroMix ha entrado en ensayos clínicos en humanos con 48 participantes, tras haber logrado resultados prometedores en las pruebas preclínicas. En las fases anteriores de la investigación, se evaluó de manera preliminar la seguridad y eficacia de la terapia en modelos de laboratorio y en animales. Se analizó la reducción de los tumores, la capacidad del tratamiento para frenar la progresión de la enfermedad y la aparición de efectos secundarios graves, como daño a los órganos de los animales.

Estos estudios se han desarrollado a lo largo de tres años, según detalló Veronika Skovrtsova, funcionaria de la Agencia Federal Médico-Biológica de Rusia y exministra de Salud del país. Los resultados de los estudios han sido prometedores, con una reducción del tamaño de los tumores y una desaceleración de su crecimiento que osciló entre el 60 y el 80 %, según el tipo de cáncer. Un modelo halló una tasa de éxito del 100 % y calificó el nivel de toxicidad y efectos adversos en animales como «muy bajo». Los investigadores describieron asimismo una mejora en las tasas de supervivencia en los sujetos analizados.

En todo caso, podrían pasar años hasta que concluyan los ensayos. «El desarrollo de un fármaco suele demorarse diez años como mínimo. Esto está aún en fase 1 y queda mucho camino por recorrer. Tengamos en cuenta que hace falta pasar por cuatro fases para la aprobación de un fármaco y en cada una se examinan diferentes aspectos de su efectividad y seguridad. Los ensayos clínicos deberán demostrar, sobre todo, la seguridad del fármaco, porque no deja de ser un virus modificado. Podría ocurrir, por ejemplo, que destruya las células tumorales, pero que tenga unos efectos secundarios que no compensen, o que interaccione con otros medicamentos que toman estos pacientes», detalla Mosquera.

En este sentido, el doctor López estima un plazo mínimo de cinco años antes de que podamos ver un uso clínico de este fármaco, en caso de que los resultados de los ensayos sean favorables. Hay que tener en cuenta que a los tiempos de la investigación se suma el elevado coste de llevar adelante todas las fases de ensayos necesarias. «Se habla de 2.000 millones de dólares —algo más de 1.700 millones de euros—», apunta el oncólogo.

Tras los ensayos en Rusia, la medicación tendría que recibir el visto bueno de la FDA estadounidense, así como el de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), «que tienen criterios de seguridad y eficacia muy estrictos», señala la vocal del Cofc.

¿Qué tipos de cáncer podrían ser tratados con esta vacuna?

Inicialmente, EnteroMix se ha enfocado en el tratamiento del cáncer colorrectal. Sin embargo, los investigadores están estudiando su uso en otros tumores agresivos como el glioblastoma, un tipo de cáncer que afecta al tejido cerebral y que tiene una tasa de supervivencia a cinco años menor al 6 %. También se está explorando la utilización de esta vacuna mRNA contra diversos tipos de melanoma, como es el caso del melanoma ocular.

¿Qué efectos adversos puede tener esta vacuna?

Al tratarse de un virus, el mayor desafío en el desarrollo de este fármaco está en conseguir que no ataque a las células sanas del paciente, causando una infección. «Fundamentalmente, el riesgo es que se contaminen todas las células del cuerpo con una viriasis. Evitar este problema es una dificultad importante», destaca López.

También puede haber un riesgo al potenciar la respuesta inmunitaria. «El mecanismo de la inmunidad puede verse exacerbado y en ese caso existe la posibilidad de que el propio sistema inmunitario se vuelva contra el huésped», explica el doctor López. Durante los ensayos clínicos, el fármaco deberá demostrar que es capaz de sortear estos problemas.

¿Existen otras vacunas contra el cáncer?

Las vacunas de inmunoterapia frente al cáncer son un campo en constante crecimiento, con más de 120 ensayos clínicos en desarrollo a nivel mundial actualmente. Muchas de estas vacunas utilizan tecnología de mRNA, que busca producir anticuerpos para que el sistema inmunitario pueda reconocer y destruir las células tumorales, dejando intactas al resto de las células.

En el plano internacional, existen diversas iniciativas que buscan elaborar vacunas frente al cáncer. En 2023, el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido lanzó la Plataforma de Lanzamiento de Vacunas contra el Cáncer en colaboración con la farmacéutica BioNTech. El objetivo, según la página web del NHS, es «acelerar el acceso a ensayos clínicos de vacunas contra el cáncer personalizadas con ARNm para personas diagnosticadas con cáncer» y «acelerar el desarrollo de vacunas contra el cáncer como tratamiento». El pasado mes de agosto, algunos pacientes de Europa, Estados Unidos y Turquía con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) se convirtieron en los primeros participantes en un ensayo pionero con 130 personas para poner a prueba una vacuna contra esta enfermedad desarrollada por BioNTech, denominada BNT116.

En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó en el 2010 el uso de la vacuna Sipuleucel-T, indicada para el cáncer de próstata. Esta terapia personalizada consistía en recolectar células inmunitarias del paciente, exponerlas a una proteína abundante en las células del cáncer de próstata y luego reintroducirlas en el organismo. Si bien fue innovadora, solo prolongó la supervivencia unos cuatro meses. En España, también «se lleva años trabajando en tratamientos con virus en cáncer de cabeza y cuello y en melanomas», señala López.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.