¿Qué es la ortorexia? El trastorno que padecía el actor Obi Ndefo, conocido por su papel en «Dawson Crece»

La Voz de la Salud

SALUD MENTAL

Obi Ndefo, en una escena de «Stargate SG-1».
Obi Ndefo, en una escena de «Stargate SG-1».

Se define como un comportamiento obsesivo en relación a la alimentación que puede tener como consecuencia déficits nutricionales, anemia o bradicardia, entre otros

02 sep 2024 . Actualizado a las 18:36 h.

Obi Ndefo, el actor estadounidense conocido por su papel en Dawson Crece como Bodie Wells, falleció este sábado a los 51 años. La noticia la compartió su hermana, Nkem Ndefo, en sus redes sociales: «Con el corazón roto por la pérdida de mi hermano menor y sabiendo que está finalmente en paz», decía en una publicación en la que aparecía junto a su hermano. 

Un día después, la hermana revelaba también la enfermedad que padecía el intérprete: ortorexia. Lo hacía para concienciar sobre la severidad de la enfermedad, «y con la esperanza de que aquellos que sufran esta devastadora enfermedad reciban el cuidado que se merecen», añadía. 

¿Qué es la ortorexia?

Según la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, consiste en un comportamiento obsesivo que se caracteriza por una preocupación excesiva por una alimentación saludable. Si bien aún no ha sido incluido como un trastorno propio en el DSM-V —el manual de diagnóstico y estadístico elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría—, ya hay documentos que intentan conceptualizarlo y definir, de manera correcta, sus características. 

¿Cómo se manifiesta?

Los síntomas de la ortorexia son comunes a otros trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia o bulimia, pues implican un patrón alimentario restrictivo, alteración de la percepción del cuerpo y un control patológico del peso. En la ortorexia, el paciente limita la variedad de alimentos que consume y que considera saludables, «con argumentos en relación con la calidad de los mismos y no tanto la cantidad», señala la entidad.

Así, busca productos que etiquete como puros. «Algunos individuos eliminan determinados alimentos por considerarlos perjudiciales, otros grupos alimenticios enteros, como las grasas o los lácteos; y en otros casos, rechazan todo conservante o colorante», añade. También puede suceder que el individuo evite todo alimento que no tenga un origen concreto —como por ejemplo, que sea orgánico— o cocinados de una manera particular (crudos). 

Con esto en mente, existen muchas formas de manifestarse, pero el rasgo común en todas ellas es que, con el tiempo, se va volviendo más restrictivo, lo que tiene como consecuencia que se reduzca la lista de los permitidos. «Llevado al extremo esto aumenta el riesgo de malnutrición o déficit de nutrientes esenciales. El tiempo y el esfuerzo que conlleva la búsqueda y la preparación de esta alimentación aleja las relaciones sociales y hace difícil la compatibilidad con la vida diaria», alertan desde la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia. 

¿Cuál es el perfil del paciente?

No existen demasiados estudios al respecto. En aquellos que se tiene en cuenta el perfil del paciente, se encuentra que existe una relación entre una mayor tendencia a este trastorno con el perfeccionismo, la preocupación por la imagen y los apegos evitativos; así como con haber padecido otro TCA previamente. 

¿Qué implicaciones tiene?

El progreso de este comportamiento se puede dividir en dos fases. En un primer momento, las personas tienen una preocupación moderada por mejorar sus hábitos de vida, mejorar la alimentación, hacer más ejercicio y adelgazar. Después, en una segunda etapa, «se observa una preocupación excesiva con los tipos de alimentos que ingieren y la imagen corporal.  Habitualmente, con la reducción del peso hay un aumento de la actividad física y la obsesión por los alimentos “saludables” empieza a ocupar más parte del tiempo del individuo», recoge en su documento la entidad de salud mental. 

Además, cuando los alimentos no permitidos se presentan en su día a día y los consumen, puede hacer que caigan en dietas más restrictivas, «de purga», como una forma de imponerse un castigo. Como consecuencia de ello, las personas pueden presentar carencias nutricionales —hipovitaminosis o déficits de minerales—, anemia, osteoporosis, bradicardia o acidosis metabólica, entre otros, con una importante morbimortalidad.