Verónica Portillo, terapeuta de pareja: «Hay que ser amigo de tu pareja, que no todos lo son»
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SALUD MENTAL
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La psicológa explica las diferencias entre una relación equilibrada y sana, donde los miembros comparten proyecciones de futuro, y una desequilibrada
27 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Dice Verónica Portillo, psicóloga especializada en terapia sexual y de pareja, que hace unos meses se encontró con una buena amiga que le contó que nunca había sentido lo que estaba sintiendo por una persona. «Todo lo que pasa entre nosotras parece de peli», le decía. Unas semanas después, cuando volvieron a verse, la efusividad había desaparecido. Las cosas no fueron como esperaban y descubrió que una no encajaba con la otra. En su nuevo libro, Amar bien, querer mejor (RBA, 2025), la terapeuta aborda las aristas de las relaciones sexoafectivas, que por su naturaleza, no son mejor que las de amistad o las familiares, pero sí son diferentes. Hay una etapa de seducción, de enamoramiento, de amor y de descubrir al otro tal cual es. Se suman las proyecciones que uno vierte sobre el otro, que dejan paso a las comparaciones, las cuales, según el dicho, «son odiosas».
—Explica que el miedo social que hay en la actualidad hace que la gente no se atreva a construir vínculos de intimidad, de pareja. ¿Lo observa en consulta?
—Sí. Por un lado, esto parte de algo que, realmente, es positivo. La sociedad se ha dado cuenta de que tenemos la posibilidad de cambiar de pareja. Es decir, las personas debemos estar juntas porque queremos, porque lo deseemos así. Esto implica que cuando una relación se termina y ya no queremos estar más ahí, tenemos la posibilidad de cerrar ese episodio. Por otro, esta nueva forma de entender las relaciones hace que la mayoría de personas repitan un patrón de monogamia secuencial, lo que quiere decir que tenemos varias parejas a lo largo de la vida. Todas ellas nos aportan experiencia y aprendizaje, vamos descubriendo lo que queremos, lo que nos hace bien y lo que no, pero también, hace que en ocasiones nos deje un pozo de miedo y de inseguridades con respecto a futuras relaciones. Por eso, todo el mundo va con un poco de prudencia a la hora de empezar una relación nueva.
—¿Cómo influyen las aplicaciones de ligar en las relaciones?
—Desde el covid, se produjeron muchas relaciones con este origen, donde conocemos a la gente por internet. Esto hace que, por una parte, sea un acceso que está muy bien para conocer personas y podernos acercar, pero tiene la contra de que a veces se puede deshumanizar un poco al otro. Caemos en conductas como el ghosting, por ejemplo, me intereso por ti tres días y luego dejamos de hablar y luego de repente aparezco al cabo de un mes y luego te dejo de hablar otra vez. Todo esto genera un poquito de desconfianza y a la hora de empezar una relación, asusta lo que quiere el otro o lo que no quiere. A veces nos da miedo preguntar, a veces nos da miedo entrar en conversaciones que son básicas para entendernos y para ver si estamos en la misma página.
—¿Cree que existen los flechazos?
—El flechazo puede existir, puede haber una conexión muy inmediata, que a veces se pasa, y otras veces, no. Es decir, no todas las relaciones empiezan así, pero cuando sucede se observa una conexión inicial muy intensa, que tampoco se sabe muy bien por qué se da entre ciertas personas o con algunas personas y con otras no. El caso es que hay una serie de factores que sí que hacen que esto a veces se dé. Ahora bien, el flechazo tampoco es un enamoramiento, es como el primer punto inicial que, en todo caso, si a ti te apetece explorar y a la otra persona también, se puede entrar en esa dinámica que luego sí puede derivar en un enamoramiento. Pero sí que se puede dar, lo que pasa es que hay muy pocos datos sobre por qué nos pasa esto. Tiene mucho que ver con las proyecciones que hacemos en el otro, que alguien nos guste, nos llame la atención y, de repente, proyectar en esa persona que puede ser mi pareja ideal.
—Y luego viene el batacazo.
—Claro. A veces, es muy curioso porque en parejas que llevan un tiempo siendo amigas y, de repente, hay un click de mirarse como posibles parejas. No tienen un enamoramiento tan intenso porque no puedes proyectar tanto en el otro porque ya lo conoces. Tienen más información.
—¿Las relaciones que surgen de una amistad son más seguras en ese sentido?
—Son minoría las que nacen así, pero es verdad que el tiempo da favor a conocerse y genera un vínculo más sólido que hace que, por una parte, si te acercas de forma romántica a esa persona, estés siendo más consciente, y por otro, hay más compatibilidad, porque ya conoces mejor por donde va. Eso favorece que te puedas entender mejor.
—¿Debemos ser amigos de nuestra pareja?
—Sí, independientemente de cómo te hayas conocido, en las relaciones largas y estables que seas amigo o amiga de tu pareja es una cosa muy buena, porque tienes ganas de hacer cosas con ella y te apetece compartir experiencias. Puede parecer una cosa muy obvia, pero no todas las parejas son amigas.
—Señala que las relaciones son complejas, pero el buen amor es fácil y sencillo. Vaya dicotomía.
—Claro, las relaciones tienen muchas aristas igual que las personas, al final no somos una sola cosa, ni se nos puede definir de una sola manera, porque tenemos muchos colores. Las relaciones tienen complejidad en ese aspecto, porque tienen muchas dimensiones. A nivel de facilidad, hablo del respeto de cómo se siente una relación que está yendo bien, a que todo es sencillo, a que las dos personas ponen voluntad, a que estamos en el mismo punto en el sentido de que hay colaboración, hay ganas, hay proyección de crear un proyecto común, que todo es sencillo en ese aspecto, que no existe la sensación de tener que pelear por la relación o para que las cosas salgan adelante, porque como estamos en el mismo barco, ya buscaremos la manera.
—En una crisis de pareja, ¿hasta qué punto se debe trabajar la unión?
—A mí me gusta enfocarme más en la idea de trabajar una relación, que en la idea de luchar. Esa sensación de lucha está muy ligada también al tema de los mitos del amor, como que todo lo puede, que si quieres a alguien te tienes que quedar ahí, y eso es algo que nos cansa más que nos ayuda. En las relaciones hay que hacer un trabajo conjunto, hay que poner de nuestra parte porque no todos los momentos van a ser fáciles, va a haber momentos difíciles y crisis. Todo el mundo tiene sus límites y, en ocasiones, hay personas que deciden que no quieren trabajar más el vínculo. Que consideran que han hecho todo lo que estaba en sus manos y que no se puede hacer más.
—¿Qué etapas se atraviesan en una relación?
—Si una relación empieza con un flechazo y es mutuo, se transita hacia un enamoramiento, que no es más que toda esa reacción física, bioquímica que se da entre dos cuerpos, que es más pasional. Hay mucha intensidad emocional, hay una parte de placer y de euforia muy fuerte. Esta etapa dura entre dos y tres años, y luego pasado este tiempo, se suaviza, porque claro, el cuerpo está un poco drogado, por así decirlo. Se activan circuitos igual que los activan las anfetaminas, es decir, es una reacción muy potente. El cuerpo no puede estar así para siempre, por lo que relaja esa sensación y da pie al amor, el cual se ha ido construyendo en todo el margen anterior. Está más ligado, por ejemplo, al afecto físico, a la vinculación, desde la tranquilidad y la felicidad, no tanto desde la euforia. El amor es la parte elegida de una relación y la que se tiene que cuidar.
—¿Cómo se explican las mariposas en el estómago?
—Las mariposas en el estómago es una de las sensaciones muy presentes en el enamoramiento. Se deben a las sustancias que se producen en este punto en nuestro cuerpo, principalmente, la dopamina, la norepinefrina y la feniletilamina. Están relacionadas con el placer y con las sensaciones intensas. Las mariposas en el estómago son ansiedad, esto de que se te eriza los pelos de la espalda, te recorre un escalofrío. Es una sensación física de alerta, de ansiedad, pero es buena, es agradable, es positiva.
—¿Tener pareja condiciona la vida?
—Totalmente. Si tienes una relación sana y buena, te va a condicionar muy positivamente, te va a sumar. Si tienes una relación que te está haciendo sufrir y te está haciendo pasarlo mal, te va a generar un desgaste de energía muy grande. Por eso, a la hora de elegir a alguien, es importante tener en cuenta las emociones y los sentimientos, pero también pensar que esa persona va a ocupar un lugar muy importante en tu vida, de mucho peso. Tú conscientemente puedes elegir qué tipo de persona quieres a tu lado.
—En su libro establece las diferencias entre una relación sana y equilibrada, y otra que es todo lo contrario. Deme dos claves de una y otra.
—En una relación equilibrada, en general, se hace un buen equipo. No significa que las dos den un 50 % cada una, sino que hay temporadas en las que uno tira más del carro que otro,y viceversa. Siempre se funciona en equipo, hay una proyección de futuro conjunta y el uno suma al otro. En una situación contraria, tenemos una relación donde hay más ratos malos que buenos, donde una persona tira del carro mucho más que la otra, que ni se involucra. Eso nos tiene que hacer reflexionar, porque la relación tiene que ser fácil.
—¿Es posible que una persona cambie?, ¿o querer que una persona cambie?
—El cambio hay que entenderlo como una cosa que tú quieres hacer, porque es un proceso interno en el que yo tengo que identificar una cosa que no está colocada en su sitio, que me está generando problemas, tomar una decisión sobre cómo voy a actuar a partir de ahora, actuar de esa manera y sostener, en el tiempo, lo que estoy haciendo diferente, en otras palabras, sostener una cierta incomodidad. Por eso, intentar que una persona cambie es muy complejo, porque significa hacerse cargo de un proceso que solo depende del otro. En las relaciones de pareja tiene que haber una adaptación con el otro, siempre va a haber cosas que modifiquemos y en las que nos adaptemos, pero yo no puedo generar cambios en la personalidad, por ejemplo. Si yo soy muy introvertida y mi pareja quiere que yo sea súper sociable, esa no soy yo. Todo lo que son factores de personalidad, es mejor que la persona que conozcamos nos encaje con el pack completo. Esto no quiere decir que nos guste todo del otro, sino que a mí me funcione la persona que es.