Adrián Chico, psicólogo: «Que tu pareja no te admire es una "red flag"»

SALUD MENTAL

El experto remarca que «la felicidad no depende de si estamos o no con alguien» y que, al igual que planificamos comprar una casa o ascender profesionalmente, también debemos hacerlo para encontrar pareja
02 mar 2025 . Actualizado a las 22:05 h.Adrián Chico consideraba que existía mucha literatura sobre cómo gestionar una relación sana o cómo intentar resolver los conflictos que pueden llegar a darse en ella, pero muy poca sobre el paso previo: buscar pareja. Por eso, este sexólogo y psicólogo experto en vinculación afectiva acaba de publicar Tu camino hacia el amor (Bruguera, 2025). Porque las relaciones «no surgen de la noche a la mañana» y, en esta época, requieren tomar una serie de decisiones para que sean «duraderas, sanas y con criterio».
—«Ya llegará», se suele decir. ¿Está bien que una persona quiera buscar pareja de forma activa?
—Claro. Al final, creo que tenemos un problema con este tema. Damos por hecho que todo lo demás sí se debe buscar. Si quieres ser médico, te planteas tener que estudiar esa carrera y hacer un MIR; si quieres comprarte una casa, te pones a buscar, a ver pisos, comparas y eliges. Querer compartir tu vida con alguien me parece un proyecto vital tan válido y tan necesario como cualquier otro, como querer tener un hijo o comprar una casa. Al final, son cosas que uno hace porque siente que le van a llenar más o le van a hacer más feliz. Por lo tanto, si tú sientes que compartir tu vida con otra persona, formar una familia o encontrar una pareja con la que viajar te va a llenar y te va a hacer más feliz, por supuesto que tiene sentido hacer una mínima planificación, igual que planificas todo lo demás. Y en este caso, tratándose de la persona con la que vas a compartir tu vida, requiere que por lo menos tengamos un criterio sobre dónde nos estamos metiendo a la hora de encontrar a alguien.
—¿Puede dar miedo querer compartir vida con alguien?
—Creo que muchas veces ese miedo nos paraliza porque se plantean muchas preguntas: ¿Estaré preparado? ¿Seré lo suficientemente bueno? ¿Voy a ser capaz de llevar a cabo toda la responsabilidad que conlleva? En realidad esto es, un poco, los pactos que haces con tu pareja. Pero sí, conlleva ciertos sacrificios y cambios en tu vida. También puedes llegar a ver otras parejas a tu alrededor que no les va muy bien y todo influye. Es normal que nos planteemos si de verdad es para ti o no, sobre todo cuando ya llevas varios fracasos acumulados o estás harto de las apps de citas. Llega un punto en el que se crea desesperanza y esta te lleva a pensar que quizás el problema eres tú o que no estás preparado.
—¿Debemos crear una especie de lista sobre cómo nos gustaría que fuese esa persona?
—Sí, de hecho en el libro justo propongo un ejercicio sobre esto. Crear, estructurar un poco esa búsqueda en el aspecto físico, psicológico y de lo que te aporta. Una lista estructurada de las cosas que tenemos que estar buscando o nuestras preferencias. Y aquí matizo. Una cosa es crear una lista de cosas que quieres que tu pareja tenga, perfilar un poco esas características, que está bien; y otra, volverse obsesivo como si fuese una lista de checks que se deben cumplir y si no se cumple uno, esta persona no me vale. Hay que tener mesura a la hora de escoger esas características. Por eso yo diferencio entre cosas generales que pueden ser preferencias, o los innegociables.
—¿En qué se diferenciarían?
—Dentro de las cosas que puedes preferir que tenga sentido del humor, que sea educado, que transmita seguridad y que sea fiel. Esa es una lista de cosas. Pero si no tiene sentido del humor y cumple lo demás, no pasa nada. Sin embargo, que me haga sentir seguro, puede ser una cosa innegociable. Si esa persona no me transmite eso, no quiero tener una relación de ese tipo. Al final, tienes que saber cuáles son tus innegociables. Está claro que no pueden ser cientos, sino tres o cuatro cosas que sabes que para ti son tremendamente importantes. La sinceridad, la honestidad y la seguridad, por ejemplo. Cada uno tiene que ser realista y, sobre todo, decir sin miedo, lo que necesita y lo que busca sin sentir culpa. Coger a alguien e intentar modificar quien es de todas las maneras posibles, eso significa que has cogido un «proyecto de», más que a una persona aceptándola como es.
—A la hora de hablar de red flags, ¿cuáles dirías que son sutiles pero, como profesional de la salud mental, te parecen importantes por lo que dañan o implican?
—Diría que el hecho de que tu pareja no te admire. Parece una tontería y no es una red flag que se suela comentar mucho.
—¿Qué implica esa admiración?
— Ver cosas en tu pareja que a ti te inspiran y que te hacen querer aprender o presumir de ella y que te gusta resaltarlas delante de los demás. Esto, cuando se hace, queda muy bonito y todos lo vemos. Pero cuando no se hace, la gente no lo suele percibir hasta que no se da de una manera muy agresiva, como un: «Cállate que me avergüenzas». Creo que si tu pareja no te hace sentir como si fueras especial, como si lo que has conseguido en la vida o tú eres fuese algo increíble… Eso es una red flag. A mí me gusta mucho esa mirada de crecimiento, belleza, como si fueses un árbol que está a punto de florecer en primavera. Si tu pareja no te mira de esta forma, creo que puede llegar a ser un problema a largo plazo porque tú puedes sentirte en inferioridad. Puedes llegar a sentir que él o ella está muy por encima o que ha evolucionado y que tú tienes mucho que aprender. Tampoco estamos hablando de que nos adore ciegamente, pero sí que es verdad que es importante que alguien nos haga sentir especiales.
—¿En la falta de admiración puede esconderse la envidia?
—Sí. A veces, ni siquiera hace falta que a uno le vaya mejor que a otro. Cuando una persona está frustrada de por sí y siente que su vida no es suficiente, que no hace nada bien y no le gusta su trabajo, al final está frustrada de forma constante y puede que se sienta inferior o no quiere que el otro se de cuenta de lo inferior que él mismo se siente. Esto incluso suele ser mecanismo de maltrato. Hacer sentir a la otra persona que es inferior o pequeña para no desvelar que es él mismo el que se siente así. Pero entender la mente de estas personas es complicado.
—Justo ahora que se está emitiendo La Isla de las Tentaciones, se habla mucho sobre esto: ¿es normal sentir atracción por otra persona, aun teniendo pareja?
—Claro que es normal sentir atracción por otra persona. Cuando llevamos un tiempo con una persona, la fase de enamoramiento en la que estamos hasta arriba de hormonas, eso disminuye un poco, tenemos más vista a nuestra pareja, más normalizada y es normal, cuando vemos a personas que nos gustan, fijarnos en ellas. Eso va a ocurrir prácticamente siempre. He visto casos raros en los que no, pero eso es raro que ocurra.
—¿Y si además de atracción física, sentimos atracción por la personalidad de esa persona?
—Es normal que, además de encontrar gente guapa, encontremos a gente con la que conectaríamos como pareja o a la que vemos interesante. Diría que el kid de la cuestión está en: ¿qué hago con esta atracción? Ahí está la decisión. Si yo tengo un proyecto de vida con una persona y me veo contigo en un futuro, creo que lo que tenemos merece la pena y no quiero que se estropee, no voy a dejar que este impulso con otra persona siga creciendo. No voy a darle aire a la llama para que siga aumentando. Lo que voy a hacer es intentar disminuirla porque sé que quiero lo que tengo. Por lo tanto, no voy a hablar contigo por Whatsapp, no voy a mandarte mensajitos por Instagram, no quedaré contigo a tomar un café los dos solos. Porque sé que por mucho que me interese, si yo sigo por este camino, al final me vas a interesar más y me vas a confundir con respecto a lo que quiero y voy a tener dudas sobre mi propia relación. Si ya estás bien, creo que se debe de poner un freno. Ahí creo que está el límite.
—El libro se llama Tu camino hacia al amor. Pero ¿y si no se encuentra a esa persona?
—No pasa absolutamente nada. Es cierto que los estudios dicen que hay una tendencia a que las personas que viven en pareja son más felices, pero eso no quiere decir que las personas que no la tienen sean infelices y no puedan vivir más años. Quiere decir que hay una tendencia en general. En mi caso, confieso que lo he vivido con mis dos abuelas: una soltera durante toda su vida y otra casada. Las dos son maravillosas y para mí son el ejemplo de que se puede ser feliz de las dos formas. La felicidad no depende de si estamos o no con alguien. Una cosa es que para nosotros sea importante encontrar alguien con el que compartir nuestra vida o conseguir un proyecto común, y otra es encontrar otras formas de rellenar esos huecos y encontrar un proyecto nosotros, solos. De hecho, para mí, perder el miedo a no encontrar nadie debe de ser la primera cosa que debemos hacer para poder vincularnos. Y desde ahí, cuando ya no tengo miedo, conocer gente sabiendo que no me voy a conformar o quedarme donde no me conviene, porque si no encuentro a nadie no pasaría nada.